La compresión del cordón umbilical secundaria al oligoamnios, el desprendimiento prematuro de la placenta normoinserta, las distocias de presentación y la propia infección materna y/o fetal, son elementos que contribuyen a aumentar la incidencia de asfixia perinatal entre un 10 y un 50% en los pacientes con rotura prematura de membranas. (67)
Al analizar el peso al nacer como factor de riesgo (Tabla No. 4), encontramos que el bajo peso al nacer estuvo presente en el 42,8% de los recién nacidos fallecidos, y solo en el 29,0% de los que sobrevivieron, por lo que cuando este factor está presente en un recién nacido séptico, este tiene 1,83 veces más probabilidades de fallecer. Estos resultados también fueron significativos desde el punto de vista estadístico (p< 0,05) al obtener un IC de 0,54 – 2,6 y un RAC% del 45,3%.
TABLA No. 4. - Distribución de pacientes según Peso al nacer.

OR =1,83 p<0,05
IC = 0,54 – 2,6
RAc% = 45,3
Nuestros resultados coinciden con otros estudios en que ha sido demostrado que dentro de los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de infección en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), tanto precoz como tardía, se encuentra el peso al nacer. (8) (68) Es superior a la de cualquier otra área del hospital y oscila entre un 20 y 33%. (20) Esta incidencia es mayor mientras más prolongada es la estancia hospitalaria, menor la edad gestacional y el peso al nacer. Se cita que es hasta 26 veces mayor para el grupo de menores de 1000 gramos. (68)
Sin embargo, en la medida que se desarrolla la terapia intensiva neonatal y aumenta la sobrevida de recién nacidos cada vez más pequeños el bajo peso al nacer cobra mucha importancia en la infección durante este período de vida, así muchos autores plantean que el peso al nacer constituye el más importante factor de riesgo en el desarrollo de la misma con una incidencia de 3 a 10 veces mayor que neonatos de peso normal y a término. (8) (65) (69)
El recién nacido de menos de 1500 gramos al nacer presenta hipogammaglobulinemia significativa con concentraciones plasmáticas de IgG que oscilan entre 200 y 300 mg/dl. El timo de los recién nacidos de bajo peso y de los pequeños para su edad gestacional es menos que el de un recién nacido normal y poseen una respuesta mitogénica linfocítica disminuida con un total de linfocitos T circulantes bajos. (33)
Al analizar el sexo del recién nacido (Tabla No. 5), se observa que el 57,1% de los fallecidos y el 56,2% de los sobrevivientes, fueron del sexo masculino, resultado este que no resultó significativo estadísticamente (p >0,05), contrario a lo que consideran otros autores quienes plantean que el riesgo de padecer una enfermedad infecciosa es de 2 a 6 veces mayor para el sexo masculino. (65) (70) (71)
TABLA No. 5.- Distribución de pacientes según Sexo.

OR = 1, 03 p>0, 05
IC = 0, 71 – 2, 5
RAC% = 2, 9
Una hipótesis que sustenta que estos procesos son más frecuentes en los varones, propone para afirmarlo, que los factores que regulan la síntesis de inmunoglobulinas pueden estar en el cromosoma X, por tanto la presencia de 2 cromosomas X produce un aumento en la diversidad genética a las defensas inmunológicas femeninas. (72) Nelson (73) también plantea la posibilidad de que existe un factor ligado al sexo en la susceptibilidad del huésped.
A pesar del progreso alcanzado en la Medicina Perinatal en las últimas dos décadas, el problema del nacimiento prematuro (antes de completar las 37 semanas del embarazo) no solamente presenta un resultado reproductivo desalentador sino que en los últimos tiempos se ha magnificado. Es más, en la actualidad, se le considera en diferentes foros internacionales el problema de Salud Pública más importantes del mundo.
El parto prematuro es la principal causa de la mortalidad perinatal, neonatal tardía y postneonatal en nuestro medio y su reducción es el objetivo de cualquier intervención terapéutica. Como con otros problemas de la Salud Pública sería más razonable prevenir la iniciación del trabajo de parto prematuro que intentar inhibir una cascada de eventos que ya se han instalado.
En la Tabla No. 6 donde se evalúa la edad gestacional en los recién nacidos estudiados, se observa que la prematuridad estuvo presente en el 50,0% de los fallecidos, y solo en el 26,3% de los sobrevivientes, lo cual resultó altamente significativo (p< 0,01). Un recién nacido pretérmino que cursa con un proceso de tipo infeccioso, tiene 2,8 veces más probabilidades de fallecer que uno con el mismo proceso, pero de término. El RAC% demuestra que si este factor no estuviera presente, pudiera disminuirse hasta en un 64,3% la mortalidad por sepsis en estos pacientes.
TABLA No. 6.- Distribución de pacientes según Edad Gestacional.

OR = 2, 8 p<0, 01
IC = 1,2 – 8,4
RAc% = 64,3
En los recién nacidos pretérminos, las deficiencias inmunológicas son más acentuadas que en los recién nacidos a término. Los niveles de IgG transferidos a través de la placenta, tienen relación directamente proporcional con la edad gestacional (74), tienen niveles inferiores y menor actividad de complemento, disminuida la cantidad y función de los macrófagos y está alterada la quimiotaxis de los neumocitos. (65) (66) Si a esto se suma que por lo general estos niños en su gran mayoría son también de bajo peso al nacer, que tienen mayor estadía hospitalaria y que en muchas oportunidades son sometidos a procederes invasivos, quedaría explicado científicamente el hecho de que la prematuridad constituya un factor de riesgo tanto para los procesos infecciosos de comienzo precoz como de comienzo tardío.
La presencia de antecedentes de riesgo potencial de infección en los neonatos estudiados, se muestra en la Tabla No. 7, donde se aprecia que estos estuvieron presentes en el 78,5% de los que fallecieron y solo en el 58,1% de los sobrevivientes, resultados estos que fueron altamente significativos (p< 0,01) con un OR de 2,6, un IC de 0,9 – 4,7 y un RAC% del 62,1%.
TABLA No. 7.- Distribución de pacientes según antecedente de Riesgo potencial de infección.

OR = 2,6 p<0,01
IC = 0,9 – 4,7
RAc% = 62,1
Estos resultados coinciden con lo hallado por otros autores, quienes consideran que la presencia de factores de riesgo para las enfermedades infecciosas en el periodo neonatal puede incrementar en más de un 40% la probabilidad de desarrollar un proceso infeccioso en los mismos (6) (22), de igual manera, aumenta entre 2 y 6 veces la posibilidad de fallecer en quienes lo desarrollan. (70) (71)
La distribución de los factores de riesgo potencial de infección, se muestra en la Tabla No. 8, donde se observa que el primer lugar lo ocupa el tiempo de rotura de membranas (TRM) de más de 24 horas, presente en el 100,0% de los fallecidos y en solo el 24% de los vivos, su presencia incrementa 44,2 veces la probabilidad de fallecer, y si no estuviera presente, se reduciría en un 97,7% la mortalidad por sepsis en estos pacientes. En orden de frecuencia le sigue el antecedente de uso de antimicrobianos en la madre, presente en el 92,8% de los fallecidos y en el 48,4% de los vivos, el recién nacido séptico con este antecedente, tiene 13,8 veces más probabilidades de fallecer, y si el mismo fuera eliminado, la mortalidad en este tipo de paciente se reduciría en un 92,7%.