Influencia del ejercicio fisico en una poblacion senil
Autor: MsC. Dra. Dunia Reyes Hernández | Publicado:  8/02/2012 | Medicina Familiar y Atencion Primaria , Geriatria y Gerontologia , Articulos | |
Influencia del ejercicio fisico en una poblacion senil .2

Se considera que los sujetos que poseen conocimientos y creencias positivas respecto a los beneficios del ejercicio tienden a promover la actividad física dentro de su estilo de vida, pero ello no conduce necesariamente a la incorporación regular al ejercicio (12). Los beneficios percibidos repercuten en la permanencia de los sujetos incorporados (13,14), es decir, que existe relación entre motivación y el beneficio percibido. Se ha observado que los sujetos con menor nivel educacional perciben menos y los que practicaron deportes en su juventud perciben más. (12)

No existen límites de edad para los beneficios del ejercicio, y entre esos se pueden mencionar el incremento del tono y la masa muscular y, por tanto, la fuerza, la mejoría de las condiciones hemodinámicas y de la mecánica ventilatoria y su eficiencia, la disminución de la tensión arterial, la prevención de la arteriosclerosis, la hiperlipidemia y la osteoporosis, la ayuda en el control de la diabetes así como la mejoría en la flexibilidad, el equilibrio y la movilidad articular. (15)

El aparato locomotor es, sin dudas, uno de los que más embate recibe producto del envejecimiento. Afecciones, como la osteoporosis, osteomalacia, artrosis y artritis en huesos y articulaciones, y la pérdida de la fuerza, resistencia y flexibilidad en los músculos por alteraciones metabólicas que afectan su masa son elementos que provocan rigidez, disminución de la movilidad, agotamiento físico, artralgias, debilidad y otras manifestaciones clínicas que a la postre son las que conducen a la discapacidad y/o invalidez (16,17). El incremento de la masa muscular en el adulto mayor permite el mejor desarrollo de las demás capacidades físicas, a su vez, contribuye al mantenimiento de una postura adecuada en cualquier posición y es un factor de protección del tejido óseo ante la descalcificación. El aumento de la masa muscular se consigue con tablas de ejercicios dinámicos que contengan reducidos componentes estáticos, como la utilización repetida muchas veces de pesas de mano ligeras.

Son las afecciones osteomusculares las responsables de parte de los cuadros depresivos que se presentan con frecuencia en el adulto mayor, afectan a más del 15% de estas personas. A lo contrario de la creencia popular, la depresión no es una parte natural del envejecimiento, es el resultado de las limitaciones motoras y de otra índole para lo que el geronte no se ha preparado psicológicamente. Por eso, la repercusión en la esfera psíquica de resultados motores positivos es significativa.

El ejercicio físico sistemático y programado es tan importante como el hecho de que estos sean aeróbicos y que se realice una previa identificación de enfermedades de base para individualizar estos.

Al penetrar en la tercera edad, es real la muerte de amigos, de los parientes más próximos, hasta del cónyuge, muchas de las personas que estaban en el círculo de interacción social o familiar se han alejado por las causas más diversas y puede sentirse un incremento en la sensación de soledad. A veces las limitaciones físicas, propias de la edad, las dificultades con la transportación o la manera de afrontar el proceso de envejecimiento tornan más difícil las visitas al hogar de anciano y la comunicación con los demás.

Algunos sienten que han dejado de ser dueños de su suerte porque dependen de sus parientes para subsistir. Han tenido que cambiar su lugar de residencia por seguir los intereses de las más jóvenes generaciones o para acoplar su vivienda a su menguada economía personal. Otros son marginados, como objetos en desuso en su propio hogar. También pueden afectar las relaciones, los problemas económicos que surgen a partir de la jubilación, con el decrecimiento de las finanzas personales.

El autor, quien se desempeña como médico de Barrio Adentro en el Consultorio de San Bosco en el Municipio Miranda del Estado Falcón, se ha percatado de la necesidad de realizar acciones que contribuyan a mejorar la calidad de vida de estos gerontes. Considera que la práctica de ejercicios físicos es una adecuada manera de introducirlos a la vida cotidiana, lo cual repercutirá favorablemente en su estado de salud y puede influir también en la elevación de su autoestima y en el incremento de las relaciones interpersonales.

Ante esta situación plantea el siguiente problema científico: ¿cómo contribuirá el ejercicio físico a mejorar la calidad de vida de los gerontes del Consultorio Médico Popular de San Bosco?

Por lo anterior, decide realizar el presente estudio que va encaminado a demostrar los cambios positivos orgánicos y psicológicos que produce el ejercicio físico en estas personas.

Revertir los mitos y realidades, retardar e impedir las discapacidades y/o postraciones debe ser la premisa de todos los profesionales de la salud para lograr una longevidad satisfactoria porque en un futuro esa será también la realidad de otros. En lo anterior radica la importancia teórica, social y práctica de la investigación.

MARCO TEÓRICO

La población mundial sigue aumentando la expectativa de vida, fundamentalmente en los países donde la salud pública ha alcanzado determinado desarrollo así como donde los avances sociales permiten que se humanice el trabajo y las condiciones de vida son óptimas. Entre los años 2000 y 2050, la población mundial de 60 años o más se multiplicará por más de tres, pasará de 600 a 2.000 millones. Las proyecciones actuales de Naciones Unidas indican que para el 2025 América Latina y el Caribe habrán experimentado un envejecimiento sustancial de su estructura por edades, explicable en cierta medida y justificando el comentario anterior, por el éxodo continuado a las grandes urbes. (18)

La transición demográfica en los países de Latinoamérica y el Caribe ha ocurrido más rápidamente que en cualquier otra zona del mundo. Si en 1950 la región tenía poco más de 5 millones de adultos mayores, hoy existen 50 millones y en los próximos 20 años esta cifra llegará a los 100 millones. En los últimos 25 años, la esperanza de vida se incrementó en 17 años. El 79% de los nacidos vivirá su tercera edad y casi un 40% vivirá sus 80 años.

En esta región, el 58% de las mujeres y el 51% de los hombres mayores de 60 años refieren una salud regular o mala. Dos de cada tres de estas personas reportaron tener una de las seis enfermedades crónicas frecuentes a esa edad (hipertensión arterial [HTA], diabetes mellitus [DM], asma bronquial, cardiopatía, hiperlipidemia y neoplasias). El 61% tenía sobrepeso y, de ellos, la mitad eran obesos. Tres de cada cuatro no realiza actividad física. (19)

Esto implica un importante desafío para los sistemas de salud que no cuentan con la capacidad necesaria. La región tiene una gran disparidad entre la disponibilidad y la distribución de recursos técnicos y humanos, que no solo garanticen la atención, sino también mejoren el conocimiento sobre el tema a través de investigaciones. Sin la presencia de los conocimientos y los recursos humanos necesarios va a ser imposible enfrentar el reto que el envejecimiento impone.

Venezuela como parte de esta región también envejece, ya que las condiciones sociopolíticas y, por tanto, sanitarias están convirtiéndose en favorables. Al cierre del año 2006, la esperanza de vida para los hombres era de 75,13 años y para las mujeres de 78,97. (19). En Falcón, la esperanza global estaba en igual fecha en 73,89 años, por lo que ronda la media nacional. (19)

Pero consideramos que el objetivo principal no es solamente prolongar la vida, lo verdaderamente importante es que esto se logre con calidad, o sea, lograr una longevidad satisfactoria, mantener al adulto mayor lo más operativo posible física y psíquicamente.

Según las referencias bibliográficas revisadas y en nuestra modesta experiencia, existen tres factores sobre los que se puede incidir para lograr conducir a estas personas hacia un envejecimiento lo más saludable posible. Son ellas las limitaciones motoras, el control de las enfermedades crónicas no transmisibles y los estados depresivos, ocasionados muchas veces por las dos causas anteriores.

El envejecimiento se asocia a una reducción de la capacidad aeróbica máxima y de la fuerza muscular así como de la capacidad funcional en general. El adulto mayor puede perder gran parte de su autonomía e independencia, menor tolerancia a cualquier tipo de actividad física de la vida cotidiana, como subir escaleras, levantarse de la cama, subir al ómnibus, elevar un peso a veces insignificante, etc., todo lo cual se hace aún más significativo si por causa del sedentarismo y una ingesta alimentaria superior en calorías a sus necesidades de consumo energético lo conduce al sobrepeso corporal y de ahí a la obesidad, en tales condiciones cualquier afección va a limitar al máximo su capacidad fisiológica y se convertirá en dependiente de los demás.

Ejercicio se define como un tipo de actividad física, el cual se caracteriza por tener un programa que esté estructurado, que sea repetitivo y se tiene que realizar con un objetivo. El ejercicio es de vital importancia, tanto física como emocionalmente, pero en orden de mantener la integridad física del cuerpo y una buena salud, cada ejercicio debe practicarse de manera correcta. Debe ser adecuado a la edad, sexo y capacidad fisicofisiológica e inducir una marcada mejoría de las funciones esenciales, retrasando el deterioro físico y la dependencia.

El ejercicio físico aeróbico produce efectos primordialmente sobre el sistema de captación, transporte y utilización del oxígeno, en el que se hallan implicados los aparatos respiratorio y circulatorio, los músculos y el sistema metabólico-endocrino. Se refuerzan las paredes del corazón y aumenta su masa muscular. Respecto a los componentes, se da un aumento de glóbulos rojos, hemoglobina que transporta el oxígeno, mitocondrias, mioglobina y elementos defensivos (leucocitos y linfocitos). Disminuye la frecuencia cardíaca, con lo cual el corazón se cansa menos al realizar una actividad. Al estar en reposo evita la acumulación de sustancias negativas (grasa) en las paredes de las arterias y aumenta su elasticidad mejorando la circulación. También aumenta la fuerza, resistencia y elasticidad en los músculos y órganos que intervienen en la respiración y hace aumentar el HDL (“grasa buena”) y disminuye el LDL (“grasa mala”). Paralelamente, mantiene correctos los niveles de glucosa y mejora la actividad desintoxicadora. (20)


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