Desarrollo de la inteligencia emocional en la infancia. Un nuevo enfoque para la prevencion del tabaquismo
Autor: Dra. Gisela de la Caridad Sardiñas López | Publicado:  22/06/2012 | Psicologia , Pediatria y Neonatologia , Articulos | |
Desarrollo inteligencia emocional infancia. Un nuevo enfoque prevencion del tabaquismo .1

Desarrollo de la inteligencia emocional en la infancia. Un nuevo enfoque para la prevención del tabaquismo.

Dra. Gisela de la Caridad Sardiñas López.

Especialista de Primer Grado en Otorrinolaringología. Máster en Enfermedades Infectocontagiosas. Audióloga del Área Norte de la Provincia de Ciego de Ávila. Profesor Instructor.

Institución: Hospital Provincial General Docente Roberto Rodríguez

RESUMEN

Se realiza un análisis de los conceptos de adicción e inteligencia emocional y las habilidades que deben ser incentivadas desde edades tempranas. Se enfatiza en la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional como herramienta radical en el afrontamiento de situaciones difíciles, evitando la alternativa rápida y comprometida del consumo de sustancias o adicciones de cualquier tipo. Concluimos que Promover la inteligencia emocional desde edades tempranas es sin duda un factor protector frente a los problemas de adicción y el desarrollo de la inteligencia emocional servirá desde esas etapas cruciales de la vida para ayudarlos a convertirse en adultos que se conozcan mejor, más dueños de sí mismos, más capaces de tomar decisiones responsables y más conscientes de la renuncia que supone el desarrollar conductas contrarias a las deseadas por la coacción del grupo o la curiosidad.

PALABRAS CLAVE: Inteligencia emocional/ tabaquismo, autocontrol, autoconocimiento, relaciones interpersonales.

ABSTRACT

In this paper we analize the concepts of addiction and emotional intelligence and the important skills that should be improve in early ages. We emphasize in the development of the emotional intelligence as an important tool dealing with difficult situations avoiding addiction to tobacco and any other substances. We conclude that promoting emotional intelligence in early ages is a protective factor against addiction problems,and in this important stage of life we should prepare children and teenagers for the future with more responsibility and better relationships with other people and themselves.

Key words: Emotional intelligence/ tabacism / self control/ self knowledge / interpersonal relationships.

INTRODUCCIÓN

Séneca escribió: "El más poderoso es aquél que tiene poder sobre sí mismo".

Cada uno de nosotros, como ser biopsicosocial, es único e irrepetible. Desde que comenzamos a relacionarnos con otros al hacernos mayores, empezamos a percibir la complejidad que se esconde detrás de la comunicación entre personas. Habitualmente, los diferentes instrumentos para medir inteligencia, van dirigidos a medir la fluidez verbal, los razonamientos numéricos y mecánicos, la abstracción, los conocimientos, la capacidad de retención y memoria entre otros, luego se compara con entes similares, es decir personas de edad parecida, el coeficiente de la inteligencia, es la media resultante de todas sus capacidades.

En el constante esfuerzo por mantener las emociones reguladas y equilibradas, olvidamos con facilidad que las emociones no solo representan una debilidad, sino también un potencial, para todos los especialistas en el área de la salud, sobre todo en el campo de la prevención. Nuestra solidez emocional es la que decide en qué medida conseguiremos desarrollar nuestras capacidades innatas. El hombre es una individualidad irrepetible que tiene el poder de contemplar su propia vida, así el profesional de la salud goza del privilegio de la conciencia así como también de sus conocimientos, y lo que puede mejorar con ello. La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica, es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido guardando durante nuestra vida. Uno de los principales factores que diferencian al ser humano de los animales es la conciencia de sí mismo. La capacidad humana de establecer una identidad, o darle un valor, establecer un juicio. Juzgarse y rechazarse produce un enorme dolor, dañando considerablemente las estructuras psicológicas.

Cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo, siendo los componentes fundamentales de los trastornos adictivos la pérdida de control y la dependencia, aspectos estrechamente relacionados con lo visto hasta ahora sobre la inteligencia emocional.

Para Griffiths cualquier comportamiento que cumpla estos seis criterios será definido inicialmente como adicción:

Saliencia: Actividad particular que se convierte en la más importante en la vida del individuo y domina sus pensamientos, sentimientos y conducta.

Modificación del humor: Experiencias subjetivas que la gente experimenta como consecuencia de implicarse en la actividad.

Tolerancia: Proceso por el cual se requiere incrementar la cantidad de una actividad particular para lograr los efectos anteriores.

Síndrome de abstinencia: Estados emocionales desagradables y/o efectos físicos que ocurren cuando una actividad particular es interrumpida o repentinamente reducida.

Conflicto: Se refiere a los conflictos que se desarrollan entre el adicto y aquellos que le rodean (conflicto interpersonal), conflictos con otras actividades (trabajo, vida social, intereses, aficiones), o dentro de los propios individuos (conflicto intrapsíquico) que están involucrados con la actividad particular.

Recaída: Es la tendencia a volver a los patrones tempranos de la actividad, restaurando incluso los patrones más extremos de la adicción tras muchos años de abstinencia o control.

Puede decirse que lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la dependencia, sino la relación que se establece con ella. Es una relación negativa, incluso destructiva que el sujeto se muestra incapaz de controlar.

¿En qué consiste la Inteligencia Emocional¬?

El término "inteligencia emocional" se refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos. Es un término que engloba habilidades muy distintas –aunque complementarias- a la inteligencia académica, la capacidad para aprender y conocer que exclusivamente mide el cociente intelectual. El planteamiento de dicho autor se fundamenta en el hecho de que no es tanto el cociente intelectual (CI) de una persona sino el manejo de estas habilidades el que determina su éxito en la vida o su felicidad. Algunas de estas habilidades son personales, es decir, afectan al mundo íntimo y privado de la persona. Otras conciernen a la esfera Interpersonal, al contacto de un tú y un yo, y al momento del encuentro entre dos seres que quieren ser. (1, 2, 3, 4,6,)

DESARROLLO

Mientras que el Coeficiente Intelectual ha aumentado unos 20 puntos en la población en general en lo que va de siglo, el coeficiente emocional parece estar disminuyendo vertiginosamente (fracaso escolar, violencia, delitos, embarazos no deseados, adicciones al alcohol, tabaco y otras drogas). (1,2,3,4,5)

Cada vez más en los tiempos que corren todo depende del tipo de relación que mantengamos con nosotros mismos, del modo en que nos relacionemos con los demás, de nuestra capacidad de liderazgo y de nuestra habilidad para trabajar en equipo. Estos son los elementos que ya, y mucho más en el futuro van a determinar nuestra realidad. Es otra forma de ser inteligente, es lo que llamamos INTELIGENCIA EMOCIONAL. No podemos cerrar los ojos a la necesidad de desarrollar las habilidades relacionadas con esta otra inteligencia desde edades tempranas en la vida.

Los Psicólogos de la Universidad de Hamburgo de EEUU, S. Brockert y G. Braun han identificado cinco habilidades que deben ser fomentadas desde la adolescencia y son: Autoconciencia, Autocontrol, Motivación, Empatía y Habilidad social.

Sin embargo, al convertirnos en educadores trabajadores de la salud y padres, tomamos además conciencia de la dificultad educar y enseñar a nuestros hijos y alumnos en este sentido. De hecho, no es esta una temática que se abordó en la escuela en nuestra preparación para la vida. Pero con la certeza de que la inteligencia emocional es incluso más importante que el coeficiente intelectual para tener éxito en la vida, manejar el stress, y combatir las adicciones, se impone que los jóvenes en el hogar, en la escuela, en el seno de la familia y en las distintas etapas de la enseñanza institucional, sean instruidos en el manejo de sus propias emociones en la relación con los demás en cada ámbito de su vida. Debemos enseñarles cómo ser sensibles a sus emociones y acompañarles a medida que van pasando las diferentes etapas del desarrollo en un ambiente familiar que promueva la expresión y comunicación de los sentimientos.


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