Debido a que es más probable que en las mujeres con preeclampsia sean positivas para HLA-DR4 que la normales (Simón y Cols 1998). Se ha sugerido que podría haber un defecto del gen recesivo de reacción inmunitaria ligada a HLA. (5)
En el presente estudio se observó que las pacientes que tenían el antecedente de que la madre había tenido una enfermedad hipertensiva gestacional presentaron 2 veces más probabilidad de desarrollar esta enfermedad que las que no tuvieron este antecedente (cuadro No. 5).
Al estudiar las hermanas se encontró que el riesgo relativo estimado (OR) fue de 1.3; sin embargo el límite inferior del intervalo de confianza fue menor que 1 por lo que no se demostró asociación causal entre antecedentes de toxemia en la hermanas y aparición de la enfermedad en la gestante (cuadro No. 6). Se hace necesario aumentar el tamaño de la muestra para llegar a conclusiones definitivas.
En un estudio de Saflas (20) encontró que el 88% de las pacientes que poseían el antecedente de que la madre presentara toxemia tuvieron preeclampsia y eclampsia en sus embarazos, lo que coincide con este estudio, no investigaron como se comportó respecto a las hermanas; sin embargo Mai (25) se obtuvo en su estudio que en el 77% de las gestantes en las que se recogió el antecedente de que su hermana padeció de enfermedad hipertensiva gestacional desarrolló toxemia en su embarazo, lo que no corresponde con nuestra investigación.
Se describe en la literatura revisada que la preeclampsia ocurre con mayor frecuencia en los primeros embarazos, resulta tentador especular que la enfermedad se debe a una reacción inmunitaria aberrante a los antígenos extraños derivados del padre, siguiendo esta línea de racionamiento las frecuencia más bajas de preeclampsia en segundos embarazos implicaría un efecto protector originado por la exposición previa al anfígeno paterno o a algunos placentarios desconocidos. (5)
En el cuadro No. 7 se muestra que las nulípara presentaron más posibilidad de desarrollar la enfermedad de la no nulípara.
Al revisar la literatura médica, los trabajos se corresponden con nuestra estadística; para Lloret (15) en el grupo de la hipertensión inducida por el embarazo la proporción se inclina a favor de las primíparas, además en estudios realizados por Low (3) de 27 pacientes con eclampsia 16 fueron nulíparas. En otras bibliografías revisadas no se encontró discrepancia con este estudio. (20, 22, 24, 36)
Al analizar los diferentes grupos de hipertensas en un estudio de Lugo Sánchez el porcentaje de hipertensión inducida por el embarazo fue mayor con la nuliparidad (64.9%).
Dos observaciones apoyan indirectamente dos hipótesis inmunogenéticas en el desarrollo de la enfermedad hipertensiva gestacional:
Primero: la frecuencia de la preeclampsia es mayor en embarazos concebidos por un nuevo compañero reproductor o cuando se utilizaba inseminación de donador y segundo la incidencia de preeclampsia es más alta en mujeres que se embarazan después de utilizar un método de control de natalidad que impide la exposición al semen (Klonoff - Cohen y Cols 1989) (5) lo cual se pone de manifiesto en este estudio donde se observa que existe 1.4 veces más probabilidad de desarrollar hipertensión en el embarazo en las mujeres que tuvieron un nuevo cónyuge que en las que mantuvieron la misma pareja para concebir otros embarazos (cuadro No. 8).
Butters (10) encontró en su estudio que las gestantes que utilizaron una nueva pareja para conseguir otro embarazo presentaron en el 80% de los casos la enfermedad hipertensiva gestacional, lo cual se corresponde con esta investigación. Curiosamente si una mujer cambia de compañero sexual su riesgo vuelve a aumentar como si nunca hubiera tenido hijos, aún sigue en estudio esta problemática. (11)
En relación a la ganancia de peso materna con la aparición de la enfermedad hipertensiva gestacional se observó que las pacientes que tuvieron una ganancia de peso excesiva tienen dos veces más probabilidad de desarrolló la enfermedad que en las que presentaron una ganancia de peso adecuada lo cual se muestra en el cuadro No. 9 descrito así en la bibliografía consultada donde se plantea que el aumento exagerado de peso puede conllevar a una toxemia en el embarazo.
Otros autores (11, 16, 20) plantean que la ganancia exagerada de peso constituye un signo precoz de desarrollo de la enfermedad y no un factor de riesgo de la misma. Alcántara en su estudio realizado en Perú describió que la ganancia exagerada de peso estuvo presente en el 78% de las gestantes toxémicas. (24)
Franco en Colombia en un estudio sobre la hipertensión inducida por el embarazo comenta que la ganancia de peso excesiva es un elemento importante a tener en cuenta en el estudio de los factores de riesgo de la preeclampsia. (33)
Cuando se estudiaron las gestantes con edades con edades inferiores a los 14 años (adolescentes precoces) y que además aumentaron excesivamente de peso durante la gestación el riesgo se incrementó 11 veces en relación con las embarazadas en las que estos factores estaban ausentes (cuadro No. 10).
Esto se puede explicar por el efecto multiplicador o potencializador que se puede presentar cuando dos o más factores de riesgo están presentes en una misma paciente. Resulta interesante señalar que en la búsqueda bibliográfica no se pudo encontrar parámetros de referencia que nos permitan realizar comparaciones con autores nacionales o internacionales lo que pudiera estar en relación con lo novedoso de este tipo de estudio fundamentalmente en el campo de la estadística inferencial donde se están dando pasos de avances a partir de la última década del pasado siglo.
La explicación del por qué la adolescencia y la ganancia exagerada de peso constituyen factores de riesgo fueron expuestas en los cuadros precedentes.
En el cuadro No. 11 se observa que cuando las pacientes que han tenido antecedentes patológicos de toxemia cambian de conyugue al concebir otra gestación el riesgo de padecer la enfermedad se incrementó 4 veces en relación a las mujeres en las que no estuvieron presente estos antecedentes.
CONCLUSIONES
1- En el estudio se encontraron como factores de riesgo de la hipertensión inducida por el embarazo:
La adolescencia precoz e intermedia.
El antecedente de toxemia en el embarazo anterior.
El antecedente patológico de enfermedad hipertensiva gestacional en la madre.
La nuliparidad.
El cambio de cónyuge.
La ganancia de peso excesiva.
2- No se encontró asociación causal en:
La adolescencia tardía.
El antecedente patológico familiar en las hermanas.
3- Se encontró efecto potencializador entre los siguientes factores de riesgo:
Adolescencia precoz con ganancia exagerada de peso.
Antecedentes personales de toxemia y nuevo cónyuge.
RECOMENDACIONES
Continuar el estudio con la finalidad de aumentar el número de casos para confirmar si existe o no asociación causal en los factores de riesgo en los que no se pudo demostrar en la investigación su relación con la enfermedad hipertensiva gestacional.
Establecer una estrategia de intervención basado en el manejo con enfoque de riesgo para prevenir las complicaciones de la enfermedad y mejorar los indicadores de salud materna infantiles.
ANEXOS
CUADRO No.1. FACTORES DE RIESGO DE LA HIPERTENSIÓN GESTACIONAL EN EMBARAZADAS DEL MUNICIPIO DE MANZANILLO. 2010-2011. EDAD MATERNA

OR =3,6
X2 de Martel Hanzen =6,12
Intervalo de confianza = [2,920-4,121]
P =0,00334