Algunos aspectos de Medicina catolica
Autor: Dr. Guillermo Murillo-Godínez | Publicado:  16/08/2012 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Historia de la Medicina y la Enfermeria , Otras Especialidades , Articulos | |
Algunos aspectos de Medicina catolica .1

Algunos aspectos de Medicina católica

Guillermo Murillo-Godínez. Medicina Interna

Honra al médico por sus servicios, como corresponde, porque también a él lo ha creado el Señor. Ec. 38,1

La ciencia sin religión es coja y la religión sin ciencia es ciega. Albert Einstein (1879–1955) (14)

Hacer Medicina sin ocuparse de la metafísica, es…imposible… es una profunda ilusión tratar de separarlas. Henri Bon (1885- ) (6)


Introducción

La Medicina y el catolicismo parecerían ser dos temas divergentes, y sin relación alguna, la primera, una ciencia racionalista, y el segundo, un asunto religioso y sobrenatural; sin embargo, los puntos de contacto entre ambos asuntos son múltiples, como lo demuestra la existencia de médicos católicos, algunos de ellos elevados a los altares; el hecho histórico de la existencia de un Cristo (fundador y base del catolicismo) médico; la dependencia vaticana llamada Pastoral de la Salud, etc.; la Medicina católica, es la Medicina considerada en sus conexiones con los dogmas, la moral y la legislación de la Iglesia Católica.

En las revistas médicas mejicanas, hay muy pocos artículos que traten temas médico-religiosos (3,12,13), en cambio, por ejemplo, en otros países como Francia, sucede lo contrario: ya en 1935, Henri Bon decía: «… podríamos citar más de un centenar de tesis de Medicina francesa, de obras didácticas empleadas en las Facultades de Medicina católicas y centenares de obras y artículos publicados por médicos y consagrados a problemas médico-religiosos…» (6). Dada esta deficiencia bibliográfica en nuestro medio, se justifica el tratar algunos aspectos de la Medicina católica, como los siguientes:

Sobre la inexistencia de médicos mejicanos santos (1)

Los Estados Unidos Mexicanos (Méjico), es un país con una población actual (2) de más de 112 millones de habitantes, de los cuales, más de 74 millones (3) se confiesan católicos; fue evangelizado por misioneros desde hace más de 480 años (desde 1531) (1). Cuenta actualmente con 30 personajes que han sido canonizados (o sea, que han sido declarados santos) (4) y con otros tantos (5), que han sido beatificados; sin embargo, ninguno de ellos fue médico (1,2).

Santos médicos

Las personalidades médicas que han sido declaradas bienaventuradas, beatas o santas, existen desde el siglo I y persisten hasta el siglo pasado, según se puede apreciar en la siguiente lista parcial (6):

Siglo I: San Lucas (c. 17-92), San Urscino (Ursicino), San Basilio, Santa Hermione (Ermione), Santa Zenaida, Santa Filonela; Siglo II: San Antioco ( -120), Santa Leonilda ( -166), San Medicus ( -172), San Alejandro ( -177); Siglo III: San Carpo ( -251), San Papilo ( -251), San Raven, San Rasiphe, San Taleleo, San Pantaleón, San Codrato ( -285), San Antioco, San Diomedes, San Leoncio, San Carpóforo, San Carponio; Siglo IV: San Orestes ( -304), San Zenobio, San Casiano, San Ciro ( -311), San Julián ( -312), San Juliano ( -361), San Cesáre(i)o, San Blas ( -316), San Teodoro (Teodoto) ( -334), San Juvenal, San Cosme, San Damián, San Eusebio (Papa) ( -310), San Basilio; Siglo V: Santa Nicereta ( -404), San Liberato ( -484), San Emiliano ( -484), Santa Sofía, San Pablo; Siglo VI: San Sansón ( -531), San Pablo; Siglo VII: San Isidoro; Siglo IX: Bienaventurado Iso, San Bertario; Siglo XI: Bienaventurado Volfiero (Gofiero) ( -1018), San Fulberto, San Alfano, San Guillermo Firmato ( -1090), San Agapito ( -1095), San Guillermo ( -1091); Siglo XII: Santa Hildegarda de Bingen, la sibila del Rin (1098-1179), Bienaventurado Alquerio ( -1169); Siglo XIII: Bienaventurado Pedro ( -1262), el extático, Bienaventurado Gil de Santarem ( -1265), San Alberto Magno (1206-1278); Siglo XIV: Bienaventurado Raimundo Lulio ( -1315); Siglo XV: Bienaventurado Bartolomé ( -1458), Beato Antonio de Aquileya (1424-1494), Bienaventurado Marco de Montegallo ( -1497); Siglo XVI: San Antonio María Zacarías (1503-1539), San Felipe Benizi (1533-1585), San Francisco de Meako ( -1597), San Joaquín Saccachibara ( -1597); Siglo XVII: Bienaventurado Juan Juvenal Ancina (1545-1604), Bienaventurado Gabriel de la Magdalena, San Martín de Porres (1579-1639) Siglo XX: Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962), San José Moscati (1880-1927) (4,5,6,7,14).

Cabe señalar que hay muchos otros médicos, que aunque aún no han sido declarados oficialmente personajes merecedores de culto público por parte de la Iglesia Católica, sin embargo, su vida y sus virtudes apegadas a su doctrina, los hace sujetos de admiración y respeto; entre tales podríamos señalar a: Gregor Johann Mendel (1822-1884), Jérôme Lejeune (1926-1994), Celestino Mutis (1732-1808), Giovanni Battista Morgagni (1682-1771), Lazzaro Spallanzani (1729-1799), Louis Pasteur (1822-1895), Rosalyn S. Yalow (1921-2011, judía), Ambrosio Paré (1510-1590, inicialmente protestante), Teófilo Protospatario (Siglo VII), Guido de Chauliac, Nicolás Stenon (1638-1686), Recamier (1774-1852), Juan Cruveilhier (1791-1874), Venerable Antonio Quinhnam (6,14); José Gregorio Hernández Cisneros (1864-1919, venezolano, declarado Venerable por el Vaticano, en 1986), etc. (15).

Santos médicos patronos

Entre los médicos católicos, se tiene por santos patronos particularmente a San Lucas (7), San Cosme y San Damián; específicamente, el primero se cuenta como patrono de los médicos no quirúrgicos (festividad el 18 de octubre), y los dos restantes, hermanos gemelos en vida, se consideran patronos de los cirujanos (pues se les atribuye el trasplante milagroso de una pierna) (27) (festividad el 27 de septiembre) (4). La biografía novelada de San Lucas, fue escrita por Taylor Caldwell, con el título de Médico de cuerpos y almas (8).

Oraciones de médicos, y a los santos médicos

Plegaria del médico (Siglo XII)

Señor: No permitas que la sed de ganancia y la ambición de gloria hayan de influirme en el ejercicio de la Medicina. Sostén la fuerza de mi corazón a fin de que siempre esté dispuesto para servir al pobre y al rico, al amigo y al enemigo, al bueno y al malvado. Haz que en el que sufre yo no vea más que al hombre.

Que mi entendimiento permanezca claro a la cabecera del enfermo, que no lo distraiga ningún pensamiento extraño.

Incúlcame, Dios mío, indulgencia y paciencia al lado de los enfermos toscos y testarudos. Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en el amor por la ciencia. Aleja de mí la idea de que lo sepa todo y de que todo lo pueda. Dame la fuerza, la voluntad y la ocasión de adquirir siempre mayores conocimientos. Que yo pueda hoy descubrir en mi ciencia cosas que ayer no llegaba a sospechar, porque el arte es grande, pero el pensamiento humano penetra siempre más allá

Oración de Guillermo del Val (7)

¡Oh, todos vosotros, Santos y Santas de Dios, que habéis llegado a la fama por la práctica de la Medicina y vuestros cuidados caritativos en pro de los pobres enfermos; vosotros, a quienes la Iglesia católica honra y venera por esta razón; vos, sobre todos, San Lucas, Evangelista de Nuestro Señor Jesucristo, patrono de los médicos cristianos y primero entre ellos, y vosotros, santos médicos ilustres, Cosme, Damián, Pantaleón, Ursicino, Ciro de Alejandría, Cosario de Bizancio, Codrato de Corinto, Eusebio de Grecia, Antíoco de Sebaste, Cenobio de Egea; vosotras también, piadosas y santas consoladoras de los enfermos, que habéis cuidado sus males ejerciendo el arte médico, Teodosia, mártir célebre y madre de San Procopio mártir, Nicerata de Constantinopla, Hildegarda, virgen de Maguncia, Francisca Romana, vosotras todas que os habéis señalado por vuestra caridad para con los pobres enfermos, y la gloria de vuestros milagros, interceded por nosotros ante Aquel en cuya fe y amor habéis vivido y por amor del cual habéis ejercido la Medicina, para que nosotros también, inspirándonos en vuestros ejemplos, fieles a ese ideal de santidad cristiana y de caridad para los pobres enfermos, pasemos nuestra vida en la práctica de la piedad y la paciencia, para merecer la recompensa mejor y más gloriosa, la de la felicidad eterna, por la bondad infinita de Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.

Oración de Mosé Ibn Maimón (Maimónides) (8) (Córdoba, 1135-Alejandría, 1204)

Dios Todopoderoso, Tú has creado el cuerpo humano con infinita sabiduría. Tú has combinado en él diez mil veces, diez mil órganos, que actúan sin cesar y armoniosamente para preservar el todo en su belleza: el cuerpo que es envoltura del alma inmortal. Trabajan continuamente en perfecto orden, acuerdo y dependencia.

En Tu eterna Providencia, Tú me has elegido para velar sobre la vida y la salud de Tus criaturas. Estoy ahora preparado para dedicarme a los deberes de mi profesión. Apóyame, Dios Todopoderoso, en este gran trabajo para que haga bien a los hombres, pues sin Tu ayuda nada de lo que haga tendrá éxito. Inspírame un gran amor a mi arte y a Tus criaturas.

No permitas que la sed de ganancias o que la ambición de renombre y admiración echen a perder mi trabajo, pues son enemigas de la verdad y del amor a la humanidad y pueden desviarme del noble deber de atender al bienestar de Tus criaturas.


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