Las lesiones medulares ejercen siempre un impacto devastador en la vida de las personas que las sufren, ya que se afecta al unísono un conjunto de funciones biológicas tales como el deambular autónomo, la sensibilidad del propio cuerpo, el control de esfínteres, la sexualidad, la posibilidad de procrear y, a veces, funciones tan básicas como la respiración.