La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es una enfermedad crónica caracterizada por un curso clínico irregular, alternando brotes con periodos de remisión. Durante las fases de remisión, cuando el paciente está asintomático, la dieta va encaminada a mantener un estado nutricional adecuado y evitar déficits nutricionales; en las fases de brote, deben evitar alimentos que empeoren la sintomatología y dañen aún más la mucosa ya lesionada.
En ocasiones, cuando no hay respuesta al tratamiento médico, o aparecen complicaciones, es necesario recurrir a la cirugía. El tratamiento quirúrgico consiste en la resección de la zona lesionada, siendo en ocasiones necesario realizar una ostomía. Es en este momento donde la enfermería tiene un papel fundamental aportando tanto soporte educativo como apoyo psicológico.
La colonoscopia es una de la pruebas diagnósticas más fiables a la hora de detectar los diferentes tipos de lesiones que se comprenden entre el orificio anal y pudiendo llegar a sobrepasar la válvula ileocecal canalizando así el tercio final del intestino delgado o íleon. Así mismo su finalidad también puede llegar a ser terapéutica mediante la resección de pólipos y/o esclerosamiento de puntos sangrantes. Ha demostrado ser la más sensible de las pruebas en la detección del cáncer de colon.