La crisis hipertensiva es un problema que afecta física, psicológica y emocionalmente la salud del paciente, que en algunas ocasiones se origina por la depresión, el estrés y descuido de sí mismo, lo que pronosticaría el deterioro de sus funciones orgánicas. Las crisis hipertensivas muchas veces pueden ser prevenidas siempre que se establezca un diagnóstico precoz y un tratamiento específico. Se ha argumentado la incidencia de pacientes diabéticos mayores de 40 años en el Hospital del Seguro Social, detectando los posibles factores de riesgo que conllevan a un paciente hipertenso desarrollar la crisis.
La muerte súbita probablemente sea el desafío más importante de la cardiología moderna. Se considera muerte súbita la que ocurre de manera inesperada dentro de la primera hora desde el inicio de los síntomas o si se produce en ausencia de testigos cuando el fallecido ha sido visto en buenas condiciones menos de 24 horas antes de hallarlo muerto (1, 2).