11.
Entorno de la familia y la enfermedad terminal

12. FACTORES
INTRA-FAMILIARES QUE INTERVIENEN EN EL PROCESO DE ACOMPAÑAR A UN ENFERMO
TERMINAL:
12.1 Características
individuales: Son los recursos propios con los que se cuenta para afrontar
una situación de estrés. Aquí influye el tipo de relación con el ser
querido y con el resto de familiares.
12.2 Historia previa de
pérdidas: Si la familia ha pasado por muertes anteriores será más
vulnerable al proceso actual. Ante una nueva pérdida se reactivan los
sentimientos, temores y reacciones de duelos previos.
12.3 Relaciones
familiares: Los conflictos previos se exacerban ante la situación de
estrés.
12.4 Papel del paciente
en la familia
12.5 Tipo de enfermedad y
muerte
12.6 Recursos
socio-económicos: Un mayor apoyo en estos dos aspectos se traduce en una
mayor estabilidad familiar.
13. EL DIAGNOSTICO
Al conocerse el
diagnóstico de una enfermedad terminal, la familia sufre una importante
alteración psico-social al tener que afrontar:
13.1 Enfermedad y muerte
del ser querido.
13.2 Cambios en
estructura, funcionamiento y sistema de vida de sus miembros.
13.3 Anticipar el dolor
que se presentará tras la pérdida.
El familiar experimenta
un aprendizaje similar al del enfermo con relación a la idea de muerte,
considerándola cada vez como una posibilidad más real, hasta llegar a
admitirla en algunos casos.
14. MANIFESTACIONES ANTE
EL DIAGNÓSTICO
14.1 Shock: Período de
aturdimiento e incredulidad. Se activa la respuesta de alerta. Se recurre
a más opciones que buscan encontrar la posibilidad de curación.
14.2 Negación: Período
necesario para poder manejar el estado de shock, durante esta fase la
familia puede mantener el control y la estabilidad emocional. No todos los
miembros reaccionan igual. Comienzan a manifestarse sentimientos de:
· Ansiedad
· Miedo
· Desprotección
· Inutilidad
· Rabia y protesta (ante la sensación de vivir un castigo injusto)
14.3 Negociación:
Significa que se empieza a asimilar el significado de la enfermedad.
14.4 Conspiración del
silencio: acuerdo sobre no decir la verdad, aunque se tenga claridad sobre
ella, con el fin de protegerse unos con otros.
La conspiración relega
al paciente al aislamiento emocional dejándolo sólo con sus
pensamientos, ansiedades y temores.
14.5 Depresión: Al
avanzar la enfermedad, la familia se enfrenta a diversas pérdidas;
durante esta fase surgen sentimientos de:
· Dolor
· Tristeza
· Desasosiego
· Temor
· Ansiedad
· Confusión
· Desesperanza
14.6 Duelo anticipatorio:
o aceptación, ocurre cuando la familia halla mecanismos de adaptación,
se ve próxima la muerte del paciente y la familia emocionalmente se
siente preparada. Al aceptar los hechos y al abandonar terceras y cuartas
opiniones y curaciones milagrosas; la esperanza debe fortalecerse hacia el
acompañamiento y al adecuado control de síntomas, por lo que la familia
reorganiza su esquema, permitiéndose el pensamiento de pérdida, y al
mismo tiempo siendo la base del manejo.
15. TEMORES ANTE UN
FAMILIAR CON UNA ENFERMEDAD TERMINAL
Desde el mismo momento en
que la familia toma conciencia de que uno de sus componentes va a morir en
un plazo más o menos breve, surge una serie de miedos:
15.1 Al sufrimiento del
paciente y, especialmente, a que tenga una agonía dolorosa. incrementa
con el progresivo deterioro del ser querido, aumenta aún más con la
aparición de nuevos síntomas como:
· Disnea
· Convulsiones
· Hemorragias
· Vómitos
· Estertores pre-mortem
· Dolor
· Grado de conciencia
15.2 A que el paciente
sea abandonado y no reciba la atención adecuada en el momento necesario;
si está hospitalizado, sensación de poco oportunismo en la atención
pues piensan que para el personal de salud esta persona "ya no vale
por su incurabilidad".
15.3 A hablar con el
paciente. (conspiración del silencio)
15.4 A que el paciente
comprenda su condición física por las manifestaciones o actitudes de la
familia.
15.5 A estar ausente
cuando la persona fallezca, a separarse de ella un rato, lo cual entorpece
las necesidades de descanso y de realizar actividades propias de la vida
cotidiana.
16. LA COMUNICACIÓN EN
LA FAMILIA QUE ENFRENTA UNA ENFERMEDAD TERMINAL
Similar al trastorno de
comunicación y aislamiento del enfermo terminal, también la familia se
incomunica y aísla del y entre sí, apareciendo entonces la llamada
conspiración del silencio.
16.1 CONSPIRACIÓN DEL
SILENCIO
Se entiende la
conspiración del silencio como toda comunicación que pretenda mantener,
ante un tercero un "falso equilibrio" de normalidad, como si
nada estuviese pasando (conocimiento de doble efecto) frente a una
información estimada como angustiante. Esta reacción se debe a que el
familiar está más angustiado que el paciente.
La sobrecarga emocional
de la familia suele ser mayor que la del paciente, debido a la "doble
contabilidad" que deben llevar.
Este tipo de conducta se asume debido a motivos intra grupales y
socio-culturales complejos, respondiendo a una historia familiar y a la
imagen popular de la enfermedad; por lo que no es de fácil modificación.
El paciente y la
conspiración: la mayoría, sino todos los pacientes, conocen de la
existencia de una enfermedad grave ( lo habitual es que sepa mas de lo que
el entorno supone); aun cuando nadie se lo haya preguntado o dicho y puede
también estar callando o actuando ante su familia pretendiendo que no
sabe nada, asumiendo que ellos "no podrían asimilarlo".
Como afrontarla:
· Tener en cuenta que al principio puede ser difícil convencer a algunos
familiares de la importancia de una aproximación basada en la confianza y
la seguridad, pero si se mantiene en mente que tal discusión servirá
para propósitos educacionales, se podrá llevar a la familia hacia una
aceptación mas real de la situación y hacia una definición mas clara y
productiva de su rol al lado del paciente.
· Al facilitar un cambio de postura, el profesional recalcara que el es
el encargado natural de brindarla, liberando así a la familia de esta
responsabilidad.
· Anticipar y legitimizar la reacción del paciente.
· Acompañar al paciente luego de la "revelación" (no contar y
huir).
Otro factor que inhibe la
comunicación entre el paciente y los familiares es el miedo a la muerte y
a sus consecuencias que posea cada uno de los integrantes, muchas familias
reaccionan a sus propios miedos involucrándose en una aflicción
anticipada, viendo al paciente como si ya estuviese muerto, cuando aun no
es el momento de afligirse por ese motivo.
El entorno del hospital
es un factor que puede acrecentar el abismo en la comunicación, pues
debido a las demandas institucionales puede llegar a ser difícil dar
información al momento sin ser confuso e inconsistente. Se subestima la
capacidad de la familia como cuidadora, haciendo que se comporten mas
pasivamente, o que realicen funciones para las que no están preparados
emocionalmente, generando aun más confusión y sentimientos de abandono.
Finalmente, debe tenerse
en cuenta que el proceso de comunicación familiar no se refiere solo a la
capacidad y permisividad para hablar de los hechos relacionados con la
enfermedad y la forma de manejar los distintos problemas que se van
presentando; este proceso incluye la creación de un clima apropiado que
permita y anime la expresión abierta de los sentimientos individuales de
cada uno de los miembros del grupo, esto se refiere al termino cohesión
familiar.
16.2 COHESIÓN
Se refiere a como se
sienten los miembros de la familia entre si, a que tanto apoyo y
disponibilidad ofrecen, a la existencia de alianzas, subgrupos o
triangulaciones y reglas "tacitas" de la familia (Ej.: no
manifestar sentimientos tristes).
Elementos de la
Cohesión:
16.2.1 Comunicación
abierta y sin limitaciones tacitas en la expresión de sentimientos.
16.2.2 Grado de
sincronismo que existe entre las diferentes estrategias de afrontamiento
utilizadas por los miembros del grupo familiar.
Facilitando la cohesión:
Con frecuencia, el asistente tendrá que hacer de interprete y mediador,
explicando a unos individuos lo que otros piensan y saben; las causas de
su enojo o retraimiento y como perciben su situación y la de otros, de
esta forma se puede establecer un área de comprensión compartida como
base para continuar la interacción, facilitándose así las relaciones
interpersonales, y por ende, un mejor cuidado del enfermo.
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