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[*][b]Realice actividades físicas, como caminatas o gimnasia. [/b]Un buen ejercicio equivale a un antidepresivo. La ac­tividad física aeróbica estimula la produc­ción de ciertas sustancias químicas del cerebro, conocidas como endorfinas, que son las responsables de tres efectos fundamentales que tienen que ver con el estado del ánimo: el efecto analgésico que disminuye el dolor, la disminución de la ansiedad y el nerviosismo, y el aumento de la sensación de bienestar mental.
[*][b]Oxigene bien su organismo y tenga contacto con la naturaleza. [/b]Cuando llenamos plenamente los pulmones con aire puro, se oxigena mejor el cerebro, mejoran las funciones psíquicas y se experimenta una notable sensación de calma. Alguien dijo: «Respirar a medias es vivir a medias».
[*][b]Cuide la dieta: elimine los tóxicos y opte por lo saludable.[/b]
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[*]Suprima la cafeína (café, sodas, colas, té).
[*]Elimine la nicotina.
[*]Disminuya (en el mejor de los casos, elimine) el consumo de carne rojas (de res, de puerco, etc.).
[*]Elimine el consumo de alcohol. 
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[*][b]Evite el aislamiento, la soledad y la pasividad. [/b]Diversos estudios han descubierto que el retraimiento y la inactividad producen cambios en la química del cerebro que favorecen las emociones y los pensamien­tos depresivos. Por lo tanto, es muy im­portante no dejarse atrapar por la cama y el encierro, poniendo el cuerpo en mo­vimiento, a pesar de la falta de energía, interés y voluntad. Es cierto que en las depresiones muy severas, el organismo está casi imposibilitado para la acción. Sin embargo, tan pronto como sea posi­ble, es beneficioso salir y ponerse en contacto con la naturaleza y la gente.
[*][b]¡Exprese lo que siente, piensa y necesita a quienes le rodean![/b] “Expresar los sentimientos y ¡as opiniones propias favorece la construcción de la se­guridad personal, lo cual ayuda a preve­nir y [url=http://comosalirdeladepresion-ya.blogspot.com]superar la depresión”[/url]. Lo ideal es establecer relaciones satisfactorias con los demás, aunque lograr­lo es muy difícil cuando se está muy deprimido. Pero es posible expresar lo que se siente y piensa. Ese esfuerzo tiene en sí mismo valor terapéutico, ya que alivia la carga de aflicción y desánimo. Un mal compartido pesa menos. Además es importante comunicar a los allegados de qué manera ellos deberían actuar o hacer para brindarle lo que necesita para sentirse mejor. Si no lo dice, ¿cómo pueden saberlo? Cuando dejamos a nuestros familiares y amigos que adivinen qué deben hacer, probablemente tienen más posibilidades de equivocarse, aumentando la decepción y la soledad. Toda la investigación asegura que el apoyo social recibido es uno de los remedios más efectivos para combatir el desánimo.
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