En el examen médico escolar, me revisaron el pene. El médico me obligó a pelarmelo lo más posible; sin estar parado, el glande se torció y el frenillo quedó muy tenso.

Me dio consulta para el otro día con asistencia de mi padre. Le expuso el tratamiento y mi papá accedió.

En el mismo consultorio, me desnudé,la enfermera rasuró mis incipientes pelos, lavó cuidadosamente mi verga bien pelada y le untó desinfectante. Una inyección en el frenillo que fue un poco dolorosa, y después de quince minutos, acostado en el quirófano, el cirujano, con gran habilidad, en menos de dos minutos, eliminó el frenillo. Nada de sangre ni costuras.

A la semana siguiente, la herida estaba ya cicatrizada. Hoy, no queda señal alguna de lo que fue el frenillo.

Juro que no tenía fimosis, pero desde entonces el prepucio de mi pene se hizo más suelto, mi verga se pela al estar morcillona y jamás he vuelto a tener esmegma,como sucedió aquella noche, en que me despertó una erección que no era normal,la sensibilidad distinta pero sabrosa. Era que por primera vez mi glande descapullado rosaba la cobija. Al verlo, estaba atascado con placas de esmegma. El pene me había crecido de tal manera que tuvo que romper su capucha. Tenía trece años.

Hoy, recuerdo estas experiencias. Mi pene conserva su prepucio sin frenillo. Mi esposa disfruta el sexo y mis hijos, sin el lastre de la fimosis común en menores de edad, exponen en las regaderas del gimnasio,sin sonrojarse, sus glandes bien pelados con los prepucios arremangados sin frenillo, tal si estuvieran circuncidados.

Creo que por la temprana retracción de sus prepucios, hoy que son adolescentes, es notorio que sus glandes carecen de excesiva sensibilidad (con el glande pelado, sin gestos, se guardan el pene en sus splips) y sus penes han crecido normalmente, a tal grado que los prepucios cubren parcilmente esos glandes en estado de flacidez.

Comentarios:

Todos nacemos con un prepucio cerrado, pero antes de los tres años de edad, se debe descapullar el glande para asearlo,sin necesidad de circuncision. Es responsabilidad de los padres el aflojar el prepucio y lograr descapullarlo antes de la edad escolar. Enseñar al niño a pelarse diariamente el pene para asearlo con agua y jabón.

Evitar la circuncisión, salvo si se tiene un prepucio tan largo que en un adulto cuando se le pare su verga, quede el glande total o parcialmente cubierto por su prepucio.

Un prepucio que no deje pelada la cabeza por sí sola cuando se para el pito, debe cortarse.

Una señal:

Al despertar por la mañana, cada varón debe tener una erección y por consiguiente, amanecer con su pito bien pelado.
Si no es así, debe acudir a circuncidarse o a eliminar su frenillo.

Por consiguiente, debe ser obligatorio extirpar el frenillo a todo varón, sin alterar el prepucio, siempre que esa piel sea de un largo normal. Esta condición la podrá visualizar el urólogo al inicio de la pubertad, pero la frenuloplastia debe hacerse a todo varón, sin excepción, antes de la mayoría de edad.

Es falso que se elimine sensibilidad al quitar el frenillo. Se gana en higiene y en goce coital.

Queremos mujeres sin canceres en sus genitales.

Varones: a circuncidarse o por lo menos a eliminar el frenillo de su verga, que en sus arrugas produce y acumula esmegma; todos debemos lavar diariamte el glande; los incircuncisos deben acostumbrar a pelar totalmente su glande cuando orinen y de ser posible, llevar enrollado sus prepucios todo el día y toda la noche, de manera que no se produzca mal olor ni esmegma.