En el artículo de hoy quisiera hablar de la relación que establecemos con nuestros problemas, es decir como enfrentamos los problemas y el aporte de la psicoterapia, dedicarnos a pensar en cómo reaccionamos a ellos más que en los problemas que tenemos.
Pero primero es necesario tener en cuenta que existe la posibilidad que frente a una misma situación se puede reaccionar de diversas formas.
Para hacerlo más gráfico podemos imaginar una escalera y que nosotros estamos en sus escalones, los cuales nos dan una perspectiva diferente según en qué escalón estemos.
Son como escalones que nos posicionan en diferentes grados, desde la oscuridad hacia la luz, desde la inconsciencia hacia la conciencia.
A medida que vamos, paso a paso, cambiando de escalón, se va generando mayor entendimiento sobre lo que nos rodea y sobre nosotros mismos.
Es como pasar de tener una visión focal y parcial hacia una visión de la situación más globalizada y panorámica; lo que cambia es la perspectiva de la situación y no la situación misma.
Éste cambio nos genera la posibilidad de interpretar de forma diversa la realidad externa e interna, aquello que antes era la verdad absoluta se relativiza y se vuelve a crear otra realidad con la conciencia de que ésta también puede cambiar, que es relativa.
Para ejemplificar mejor ésta idea basta con recordarnos a nosotros mismos de niños. Tratemos de traer a la memoria un momento en el cual nos hayamos sentido abrumados por una situación. Si lo interpretamos desde nuestro ser adulto veríamos que eran problemas simples y pequeños pero desde nuestra visión de niños era un problema que nos superaba.
Aquí lo que ha cambiado no es el problema sino desde que lugar lo vemos, como lo interpretamos y como esto afecta nuestras emociones y nuestra capacidad de resolución.
Desde la mirada del niño nos encontramos con una situación difícil y dolorosa, de la cual solo sentimos angustia, que no hay salida, que no tenemos los recursos para poder solucionarla; mientras que desde la perspectiva del adulto se percibe una situación que requiere una acción para su solución y la gestión de las emociones que se han desencadenado por la situación problemática.
Ésta forma de ver el mundo interno y externo varía en cada uno de nosotros según los diferentes aspectos de nuestras vidas. No es lo mismo si tenemos un problema con mi pareja, con mis hijos, con el trabajo, etc. Es decir que interpretamos la realidad desde diferentes escalones según el área de mi vida afectada por el problema.
Esto sucede porque hay áreas que en nuestra historia han sido dañadas o heridas y hasta el momento no las hemos sanado.
Si tengo muchas heridas abiertas mi mundo será interpretado desde una perspectiva más de niño indefenso, más desde la oscuridad, más desde la inconsciencia.
Entonces podemos decir que la realidad, que las situaciones adversas que vivimos no dependen de nosotros mismos, solo suceden; pero si podemos decir que el grado de sufrimiento dependerá de la perspectiva desde donde miremos e interpretemos ésta realidad.
Muchas veces creemos que la solución está en evitar las situaciones de sufrimiento; ésta es una lucha frustrada porque como decíamos antes las cosas suceden.
Depende de nosotros gestionar nuestras emociones, sanar nuestras heridas, ocuparnos de nuestros pendientes, para que nuestra mirada sea más limpia, para que nuestro niño interior no tenga miedo, para que seamos conscientes de que ahora sí tenemos recursos para defendernos o resolver, para tener una mirada más panorámica de las situaciones.

Psicoterapia:

Generalmente cuando iniciamos un proceso psicoterapéutico la mirada está puesta en el problema en concreto que me ha llevado a pedir apoyo psicológico.
Podemos decir que llegamos como niños mirando un mundo hostil y del cual no podemos defendernos ni escapar.
Poco a poco, vamos cambiando de escalón y la mirada empieza a dirigirse al interior, a buscar los recursos que tenemos para resolver los problemas, a gestionar las emociones más que ellas nos dirijan a nosotros, es decir a cambiar la perspectiva desde donde interpretamos nuestro mundo.
Quisiera poner la mirada en el crecimiento personal como pilar para superar nuestras dificultades.
Acudir a un psicólogo es una de las formas que nos ayuda a resolver nuestros problemas, no porque nos diga que tenemos que hacer sino porque trabajamos en nuestro interior, nos ocupamos de nuestras heridas, cuidamos nuestro niño interno, gestionamos nuestras emociones, es decir nos ocupamos de nosotros mismos para ser conscientes de que tenemos las herramientas necesarias para afrontar la realidad que se nos presente.

Un saludo para todos
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Psicologo en Barcelona Psicoemo
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