Se descubrió que el terpeno, que es un lípido natural que se encuentra dentro de muchas plantas, es una importante sustancia que podría ayudar a los cardiólogos a evitar el llamado daño por reperfusión. Este daño consiste en el deterioro del corazón cuando se produce un infarto y se requiere que la circulación vuelva después de desatascar los capilares.

Este fenómeno fue descrito por Rosenkraz y Buckberg en el año 1983, en dónde fue llamado como “los mecanismos que disminuyen el éxito y que producen alteraciones funcionales en el flujo sanguíneo de la arteria coronaria”.

El estudio se publicó en Biochem Pharmacol gracias al equipo del doctor Americo Basurto Martinez, así como en la Red de investigación cardiovascular. En el estudio se provocó un infarto a ratones al cortar el flujo sanguíneo ligado a la arteria coronaria ascendente durante media hora. Con esto los investigadores provocaron infartos, después, mientras reoxigenaban al corazón, se añadían los terpenos. En el ensayo se observó que solo se necesitan cantidades muy pequeñas de estos compuestos para conseguir que el área que sufrió daño se redujera hasta un 88%.

Luego de que se comparó con otros animales que no recibieron el terpeno, se observó mucho menos fibrosis a nivel cardiaco, que es la cicatriz que queda por el infarto en el corazón, mostrando una reducción de hasta el 89% en tan solo 21 días. Asimismo el equipo mejoro el volumen de inyección al aumentar la cantidad de sangre que el corazón es capaz de expulsar al contraerse, y se hicieron equivalentes en los animales que no habían sido víctimas de un infarto, sin mostrar ninguna diferencia importante.