Buenas tardes. Me presento. Mi nombre es José Luis, y el caso que me trae, es algo tan doloroso, como el fallecimiento de mi madre, por lo que creo, una serie de mala praxis (y negligencias constantes).

Por supuesto, yo no soy ningún experto, ni soy médico. Pero tal y cómo sucedieron los hechos, y hablar con alguna persona entendida en el tema, me hace sentir muy dentro de mí, que mi madre podría seguir viva y en buenas condiciones, en este mismo momento. Pero lamentablemente, ya no la tengo conmigo.

No sé, si alguien me puede arrojar un poco de luz en este tema, ya que voy bastante perdido. Y el dolor tan inmenso de perderla y aun más, de saber, si pudiera haberse salvado, me tiene roto.

Os paso a relatar los hechos, tal y como sucedieron:

El pasado 12 de diciembre, mi madre venía de pasar la tarde en casa de sus amigas. Estaba en perfectas condiciones. Cantó, bailó, se comió dos barquillos y poco más. Mi madre comía poco y aparte, era poco de dulce (como me duele hablar en pasado).

Sobre las 20hrs, cogió el bus que la llevaría a casa. Debo decir, que yo vivía con ella, desde hacía más de 20 años. Mi padre falleció, después de una larga enfermedad y ella se quedó sola y destrozada en casa. Tengo otro hermano, pero él tiene su familia.

Mi madre, tenía 81 años, recién cumplidos. Los hizo, el pasado 2 de septiembre. Aquello de que la edad es un estado de ánimo, era una gran realidad en ella. Era una persona vital, fuerte, sana (la última analítica, hace dos meses, era perfecta). Lo único destacable, era que tomaba una pastilla para la tensión (jamás la tenía mal) y un omeprazol al día, por una pequeña hernia de hiato.

Era super activa. No paraba de caminar, arriba a y abajo. Vivo en un barrio con cuestas muy empinadas, aparte de vivir en un sobreático, sin ascensor (82 escalones) y las subía, varias veces al día, cargadas de bolsas de la compra. No quería que la hiciera online, porque a ella, le gustaba ir al mercado y al super y elegir bien.

Aparte, era hiper flexible. Estaba operada de ambas rodillas y podía subir y bajar, con la espalda bien recta. Lo mismo que tocarse las puntas de los pies con las manos. Los médicos que la habían operado, flipaban con ella. Era fuerte, como un roble. Jamás se quejaba de nada.

Ese fatídico día, cuando cogió el bus, que la tenía que traer a casa, se comenzó a sentir indispuesta. Comenzó a tener fuertes mareos y sudores muy fríos. Y muchas ganas como de vomitar. Así que, en la siguiente parada, se bajó, vomitó un poco y tuvo un pequeño síncope.

Esto último me lo dijo ella y el chico que la recogió en la calle.

Me llaman desde el móvil de mi madre y al cogerlo, era ella con un hilillo de voz, diciendo que está muy malita. Al momento, se pone un chico y me dice que han llamado a una ambulancia, porque mi madre está mal en la calle. Mi madre, jamás se ha quejado por nada. Así que me asusté y corrí hacía donde estaba.

Cuando llego, la tenían sentada en una silla, en la calle y dos chicos muy amables, cuidándola. Entonces llegó la ambulancia.

Les dije, que por favor, llevaran a mi madre, a las urgencias del hospital Vall d'Hebrón (vivo en Barcelona), que todos los síntomas que tenía mi madre, me eran sospechosos de un infarto.

Aquí, quiero hacer un inciso. Hace 11 años, perdimos a mi primo, con 39 años, en unas circunstancias muy similares a mi madre. Fue a cenar, se comenzó a sentir indispuesto, con ganas de vomitar, mal de estómago, mareos y sudores fríos. Y finalmente, murió de un infarto. Así que, esos síntomas, me eran muy reconocibles.

Me puse muy alterado, porque conocía muy bien a mi madre y sabía que algo malo pasaba. Lo sentía por dentro.

Les insistí varias veces. Con solo que hubieran sido un poco empáticos, al verme tan nervioso, la cosa hubiera tenido un final diferente. Estoy convencido.

Me hicieron bajar de la ambulancia, para hacerle unas pruebas. Al poco me llamaron, para decirme que las constantes vitales eran normales y que estaban seguros de que se trataba de algo digestivo. Así que la iban a derivar a un CUAP (Centro de atención primaria de urgencias). Yo insistí, que la veía muy mal. Que de una indigestión no tienes esos mareos, ni esos sudores fríos. En ningún momento, hicieron caso del síncope, que mi madre les indicó. Y el chico que estuvo con ella.

Le hicieron unas preguntas tipo, si tenía dolor en el brazo o en la espalda y como era que no, siguieron adelante. Sin hacerme caso.

Mi madre, solo decía que estaba muy, muy mareada y que tenía muchas ganas de vomitar, pero que no podía. Ellos le preguntaron que qué había ingerido y le hacían bromas (imagino que para no preocuparle), que le habrían sentado mal los barquillos.

En el informe, que obtuve después, se observa que la temperatura de mi madre, en el momento del reconocimiento de las constantes vitales, era de 34,4º. Según me ha explicado un amigo médico, es una clara hipotermia. Cosa que no deberían de haber pasado por alto.

Tampoco entiendo, como no se le realizó una prueba tan rápida y sencilla, como un electro, para haber descartado, mi mayor miedo. Un infarto o angina de pecho.

Como me vieron tan nervioso, me dijeron que, en el CUAP, si vieran cualquiera cosa rara, la enviarían en ambulancia al hospital.

Llegamos sobre las 21 hrs al CUAP. Allí no nos dejaron acompañarla. En ese momento, yo estaba con mi hermano y mi cuñada.

A la hora, nos llaman, para que pueda pasar un familiar. Entro yo.

Mi madre seguía muy mareada. No se podía mantener de pie. Seguía con la piel muy fría y los sudores. Pidió, por favor, que le abrieran las ventanas.

Seguía con esas ganas de vomitar, pero no conseguía hacerlo. Aparte de que la sensación le subía hasta la mandíbula.

Le pregunté a la enfermera, que estaba en ese momento, si le habían hecho el electro. Me comentó que sí y también una analítica. Y que estaban esperando el resultado.

En ese momento, a mi madre, le habían suministrado Buscapina y Primperán, por vía intravenosa.

A los pocos minutos, mi madre se levanta nerviosa y expresa, que se haciendo de vientre. Que no puede aguantarse.

La acompaño como puedo al lavabo, porque no podía casi caminar del mareo.

Una vez allí, le pregunto que qué tal, y al ser el wc con una puerta corredera, abro y la veo aturdida, con los pantalones puestos y la tapa sin levantar.

Me asustó y le digo, si es que se lo ha hecho encima. Y me dice que no, pero que está muy mareada y que casi no puede hacerlo.

Le ofrezco mi ayuda, que rechaza. Y finalmente consigue defecar. Con mucho esfuerzo, se levanta, se pone el pantalón y se lava las manos. En ningún momento quiso mi ayuda, ni la de la enfermera. Tal era, la fortaleza de mi madre.

Al ocurrir este episodio de la diarrea, así de repente, también me vino a la cabeza, el tema infarto. He leído muchísimo sobre el tema y sabía que estaba pasando algo.

Así se lo comuniqué a la enfermera, quien seguía insistiendo en algo estomacal. No me hicieron caso en ningún momento. ¿Cómo es posible que, unos síntomas tan evidentes (especialmente en mujeres), los pasaran por alto? ¿Por qué no pidieron otra opinión?

En ese momento, salí yo y entró mi hermano. Estuvo como media hora con ella, donde en ningún momento remitieron los mareos, ni los sudores fríos. Tampoco esa sensación en la boca del estómago, que le subía hasta la mandíbula.

Cuando vuelvo a entrar yo, alucino cuando veo que le van a poner por vena, Tramadol. Todavía estamos alucinados, de el porqué le administraron este medicamento, cuando mi madre no refirió dolor en ningún momento. Sé que se usa para los dolores fuertes, tipo post-operatorio y demás. Y es un opiáceo, derivado de la Morfina. Quizá fuera el desencadenante, de lo que vendría después.

Cuando acabó el gotero y sin estar mi madre bien del todo (agotada, pobrecita mía), llegó por fin la doctora.

Le pregunté por los resultados y me dijo que le habían hecho una analítica completa de los valores del corazón, que había salido perfecta. Pero que en el electro había salido una arritmia controlada.

Yo, por desconocimiento, pensé que controlada, significaba que ya la tenían bajo control. Pero nada más lejos de la realidad. Significaba que fue un ataque acontecido antes de realizar el electro. Muy posiblemente fuera, cuando dijo haber sufrido el síncope, del que no hicieron caso los de la ambulancia.

De hecho, fueron tan sinvergüenzas (porque no hay otra palabra), que pusieron en el informe: Paciente que admite haber ingerido comida copiosa. Cuando es una mentira enorme. Mi madre comía poquísimo. Y me dijo a mí, que se había comido dos barquillos. Yo estaba delante y mi madre jamás dijo que había comido mucho.

El tipo de arritmia que salía, era una fibrilación auricular no especificada.

La doctora, dijo no ser cardióloga, pero que le gustaba el tema bastante y entendía un poco. Y que no se preocupara. Que era un tipo de arritmia que no era grave. Que le recetaba medio Sintrom, a partir del día siguiente. Hasta su visita con el médico de cabecera (que tenía mi madre el día 16) para que la derivara al cardiólogo.

Le preguntamos, una y otra vez y nos dijo que no pasaba nada, pero que no lo dejara, ya que entonces sí era peligroso. Ya que podía causar trombos. Sabiendo todo eso, le dio el alta bajo su responsabilidad.

Como los médicos están para dar confianza, le dijimos a mi madre, que se relajara ya, que estaba todo bien. Pero ella seguía muy nerviosa (no me extraña. Pobrecita mía).

Así que, le dieron el alta. El Tramadol había hecho su efecto y mi madre, ya se podía tener en pie, sin tanto mareo. Tenía mucha sed, pero le dijeron que no bebiera por el momento.

Nunca entenderé, el porqué, si el electro, se lo hicieron nada más llegar. A las 21hrs. No le dieron los resultados hasta casi tres horas después. En los informes posteriores, vemos que mi madre estaba con hipotensión. Tampoco hicieron caso a eso.

Tampoco entiendo que, con esa arritmia, no se pusieran en contacto con alguien especializado, para que hubiera decidido el que pasaba.

Una doctora, que dijo no ser cardióloga, decidió el destino de mi madre, dándole el alta.

Tampoco la dejaron en observación, ni le repitieron las pruebas. Como electro.

Tampoco nos dieron el informe, ya que no les iba la impresora. Nos dijeron que aparecería al día siguiente, en la App de la Meva salut.

Mi madre pudo caminar por su propio pie y mi hermano nos llevó a casa con el coche.

Nos despedimos de mi hermano y de mi cuñada y procedimos a subir las escaleras hasta mi casa. Mi madre lo hizo poco a poco, hasta llegar a mi piso.

De repente me dijo que abriera la puerta del terrado, que se estaba mareando mucho.

En ese momento, se desvaneció en contra de mis brazos, con los ojos en blanco, tragándose la lengua y con sonidos guturales. Movía la cabeza hacía los lados, como convulsionando.

Comencé a gritar, pidiendo ayuda. Y la zarandeé bien fuerte.

De pronto, abrió los ojos y me dijo: ¿Qué? No era consciente de lo que había ocurrido. Ni de que se encontraba en el suelo.

La levanté como pude y llamé al 112, para pedir una ambulancia.

Me tuvieron casi 5 minutos de espera, y cuando se puso una doctora, le informé casi llorando, todo lo ocurrido y que enviaran una ambulancia.

Mi madre, en ese momento, estaba completamente lúcida. Así que muy enfadada, dijo que ella no iba otra vez a urgencias, para nada. Yo le insistí y me dijo que no. Así que la doctora quiso hablar con ella.

Le hizo cuatro preguntas de rigor y caminar, a ver si se mareaba y luego habló conmigo y me dijo que se tomara una manzanilla con bastante azúcar.

Mi madre estaba exhausta. Así que me dijo, que ella se quería ir a dormir. Ella sola se quitó la ropa y se puso el camisón.

Se recostó en la cama, con un almohadón en la espalda (no estirada para dormir), Le preparé la manzanilla y se la tomó a sorbos. Todo parecía que iba bien. Me dijo que no me preocupara, que ya estaba mejor y que lo único que quería era dormir.

En ese momento, más relajado, le digo que como son más de las 12:30 de la noche y estoy sin cenar, me voy a hacer un sándwich.

No tardé ni un minuto, que estaba en la cocina, cuando escuché un sonido muy extraño. Por un momento pensé, que mi madre se había quedado dormida y estaba roncando.

Pero la realidad, era otra mucho más dolorosa.


Cuando entré en su cuarto, mi madre estaba agonizando. Hacia unos ruidos guturales muy extraños, movía la cabeza repetidamente hacía los lados y se tragaba la lengua.

Comencé a gritar, pidiendo auxilio, mientras la cogía y le pedía que estuviera conmigo. Que la necesitaba mucho.

Había llamado al 112 y me pusieron con un "médico" al otro lado. Quien me insistió con fuerzas, que le hiciera el masaje cardiorrespiratorio a mi madre. Me animaba a que no cejara en mi empeño, ya que la "vida de mi madre, estaba en mis manos" (cito literalmente). Que tenía un 50% de posibilidades, de que mi madre viviera. Una presión, del todo innecesaria. Tengo pesadillas con todo ello. Porque no pude hacer nada, aunque hubiera querido.

Yo sabía que mi madre, ya no estaba allí conmigo. Lo supe en el momento en que dejó de hacer ruidos. Y de que relajó totalmente la cabeza.

Yo gritaba al médico de la ambulancia. No entendía el porqué tardaban tanto. Primero me dijo estar a 500mts. Para finalmente decirme, cinco minutos después, que las ambulancias se habían perdido y que les diera un punto de orientación.

Las dos ambulancias tardaron, como unos 25 minutos en llegar. Cuando lo hicieron, solo pudieron certificar la muerte de mi querida madre.

Yo comencé a gritar desesperado y uno de los médicos, se comportó como un auténtico sinvergüenza. Frío y nada empático con la situación.

Les dije, que todo había sido culpa suya. Desde la primera ambulancia que recogió a mi madre. Por toda respuesta, me dijo, que me calmara. Ya que pacientes como mi madre, morían en el 90% de los casos en el hospital.

Le dije, que aún así, había un 10% de posibilidades. Y que si entendía que había perdido a lo más grande que tenía. Finalmente se disculpó.

En esos momentos, ya se encontraban en casa, mi hermano y mi cuñada.

Escuché hablar entre ellos a los médicos, que no sabían que poner en el informe. Uno dijo de poner causa desconocida. Y el otro le quitó la idea, ya que podía ir por causa judicial.

Entonces yo, gritando, le dije a mi cuñada lo que habían dicho. Y les dije, que sabía que todo había sido una gran negligencia de principio a fin.

Finalmente, mi hermano, más mayor que yo, no quiso que viniera el juez y pusieron como causa de la muerte accidente cardiovascular.

Pero algo dentro de mí, me dice que si la primera ambulancia, le hubiera hecho un electro y derivado a mi madre al hospital, mi madre seguiría viva. Fueron cuatro horas cruciales, en las que fue tratada, como si de una simple indigestión se tratara.

Estoy roto de dolor. Yo vivía con mi madre y lo era todo para mí. Ahora llegar al piso y no verla, oírla, olerla, sentirla, me destroza totalmente.

Somos gente sencilla. Sin dinero. Así que, tampoco nos podemos meter en juicios que cuestan un dineral. Pero quiero hacerla justicia y que estas cosas no ocurran nunca más a nadie. Que se den cuenta de que son vidas humanas, con las que están jugando.

Ya no solo, con la que se va. Si no, con los que nos quedamos y que ya no sabemos cómo vamos a vivir nuestras vidas, sin ellas.

Espero que, haya alguna alma caritativa, que me pueda ayudar, guiar y darme algo de luz, en todo este asunto.

Muchísimas gracias a tod@s.
Perdón, por el exceso de texto


Editado por José Luis SD (05/01/23 04:44 PM)