Podría parecer una arbitrariedad pretender que un observador escéptico fuera capaz de afectar lo observado o aquello sobre lo que está pensando; en este caso, el experimento homeopático. Pero si somos un poco perspicaces, nos daremos cuenta que el escéptico lo es por posicionarse en la perspectiva reduccionista que deriva de su hemisferio izquierdo; emitiendo por tanto una fuerza/señal virtual muy diferente a la que emite quien contemplase o pensase en el experimento no escépticamente y por tanto desde su hemisferio derecho; ya que:
La diferencia de una emisión mental u observación escéptica es muy distinta; y por tanto han de serlo sus efectos reduccionadores... Pues la velocidad de trabajo y procesamiento de información de ambos hemisferios es totalmente diferente: mientras el hemisferio izquierdo procesa apenas unos 40 bits (unidades de información) por segundo, la plena capacidad de todo el sistema nervioso inconsciente (asentado, en su mayor parte, en el hemisferio derecho, el cerebelo y el sistema límbico alcanza de uno a diez millones de bits por segundo. Una de las observaciones (la reduccionista) es frustradota, bloqueante, y por el contrario, la observación holista es armonizadora, coadyuvante…Mientras que una síntesis de las dos sería neutra objetiva y adecuada para observar sin influir en el resultado del experimento. Recordemos el experimento de la luz y la doble rejilla...
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