Hay muy pocas cosas que las personas no podamos hacer si nos lo proponemos en serio. Tal vez en estos momentos depender de los tranquilizantes te resulte menos doloroso que aceptar los sentimientos que te produce la ruptura. Si una relación llega a su fin (independientemente de cuál sea el motivo) es porque no estaba madura, o no tenía futuro. Si buscas culpables y el dedo acusador siempre apunta hacia tí, tal vez estás equivocando el juicio. Analiza qué reproches te estás dedicando y piensa si estás siendo realmente justa contigo, si le dirías esas mismas cosas que te dices a tí misma a tu mejor amiga...
¿Cómo podemos culpar a los demás de no sentir que somos adorables si nos despreciamos a nosotros mismos?
En el peor de los casos, que él fuera la persona más maravillosa del mundo y tú la más horrible y tuvieras TODA la culpa de la ruptura, siempre podrías pensar en lo que has ganado en el tiempo que has pasado con él y no en lo que pierdes al dejarle. Y dudo mucho que te encuentres en el peor de los casos (porque es irreal completamente).
Puedes aprovechar la ocasión para salir con la autoestima reforzada o para convertirte en una yonki de los ansiolíticos, pero recuerda que la decisión en todo caso es tuya y de nadie más. La llave de lo que decidas hacer con tu vida la tienes tú. Si tú no quieres ayudarte no habrá psicólogo en el mundo capaz de hacerlo.
Te aseguro que no hay nadie tan despreciable como creemos ser cuando caemos en una situación como la que tú estás atravesando.