No nos medicamos ya,
ahora luchamos aquí en nuestro tiempo y espacio,
como primer paso hacia un mundo que deseamos luminoso e infinito.

Porque el árbol no da fruto sin raíces,
así nosotros buscamos el derecho a estar,
en nuestro viejo camino,
el único que nos permite entrar en el universo.

Los lobos no duermen, reposan, sepámoslo todos,
sus garras gobiernan en el ancho mundo, son los viejos psiquiatras ambrientos de sueños
y que saben elegir al paciente, al débil y devorarlo.

Ah!, si supiéramos y pudiéramos, quemar sus guaridas,
Sería necesario hacer algo si queremos que se nos ilumine nuestro universo de nuevo
y no tenemos ninguna herramienta más
de la que ganemos con la fuerza de todos, dejando la medicación.