Los afectados por esta enfermedad se sienten incapaces de desenvolverse ante distintas situaciones. Aparecen sentimientos de ridículo, humillación y síntomas físicos como temblores y sudores, palidez o enrojecimiento, pasando por taquicardias. Su detección temprana es fundamental para evitar, por ejemplo, que algunos de estos adolescentes, que tienen serias dificultades para relacionarse con gente de su edad, busquen erróneamente en el abuso del alcohol y las drogas una vía rápida de desinhibición.

Distinguir la fobia social de la timidez

Los expertos opinan que es difícil distinguir una fobia social de un problema de timidez excesiva. Cuando la timidez excesiva interfiere en la vida social hasta el punto en que el afectado intenta eludir las situaciones en público hablamos de fobia social. Para facilitar la distinción, los especialistas proponen hablar con los adolescentes y conocer los temores y fantasías que tienen sobre sus relaciones sociales.

Para identificar una conducta de fobia social y distinguirla de la timidez, el médico formula preguntas al paciente para averiguar si el adolescente experimenta un bloqueo y temor ante las relaciones. "Piensa constantemente que le están criticando, si come teme atragantarse, enrojece si le miran, e incluso a algunos lo que más les avergüenza es precisamente que perciban esa vergüenza. Efectivamente son tímidos pero lo son de tal grado que desarrollan una intensa respuesta de ansiedad".