Resulta que llego a la consulta de la dermatóloga (ambulatorio de Bravo Murillo, Madrid) con unas verruguitas en el reverso de la lengua. La tipa coje una linterna pequeña (sucia y con olor raro; me refiero a ese olor a culo, como si alguien se hubiera metido la linterna sólo dios sabe dónde) e intenta tocarme los labios con ella, cuando no necesitaba tocar nada para iluminar la zona afectada. De hecho, llegó a tocarme un diente con la linterna.
Afortunadamente no me ha salido nada sospechoso, gracias a que en seguida me di cuenta de su maniobra y me retiré rápidamente. Salí de la consulta sin solución para mi patología (pues me dijo que eran angiomas, que ni de lejos lo son) y con una [i]in crescendo[/i] desconfianza ante los médicos
Entiendo que algunos COLEGIADOS lo que intentan es enfermarnos y no curar.
Tened cuidado