Tumor oseo de celulas gigantes. Presentacion de un caso. Revision de la entidad
Autor: Dr. David Reina Álvarez | Publicado:  12/05/2008 | Radiodiagnostico y Radioterapia , Traumatologia , Imagenes de Radiodiagnostico y Radioterapia , Imagenes de Traumatologia , Casos Clinicos de Traumatologia | |
Tumor oseo de celulas gigantes. Presentacion de un caso. Revision de la entidad.3


En contraposición al concepto de neoplasia existe la teoría de que el tumor de células gigantes es un proceso anormal de cicatrización; teoría fácilmente descartable por algunos autores, quienes no lograron descartar un trauma o lesión previos en sus series, como para explicar el mencionado proceso cicatricial. (7)

 

El tumor de células gigantes representa alrededor del 4-5% de todos los tumores primarios de hueso, y de los benignos el 18.2% (7,8), El 75% de los casos afecta a personas entre los 20 a 40 años de edad, siendo raro en menores de 10 años y en mayores de 50. Tiene mayor incidencia en el sexo femenino 57%. Con relación a la distribución geográfica es más frecuente en países orientales que en occidentales (8).

 

Es mucho más frecuente en los extremos de los huesos largos comprometiendo la epífisis y la metáfisis con localización excéntrica. Los tres sitios más afectados son: extremo inferior del fémur, extremo superior de la tibia y extremo distal del radio (entre estos conforman el 60-80% de los casos publicados), siguiendo otras localizaciones en huesos largos y muy raramente en la pelvis, rótula, vértebras, huesos del cráneo y costillas, apareciendo en este último lugar en menos del 1% de los casos. (9)

 

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de un tumor óseo de células gigantes. Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

 

  • Dolor en la articulación adyacente.
  • Una masa visible.
  • Hinchazón.
  • Fractura del hueso.
  • Limitación de la movilidad en la articulación adyacente.
  • Acumulación de fluido en la articulación adyacente al hueso afectado.

 

¿Cómo se diagnostica un tumor óseo de células gigantes?

 

Además del examen y la historia médica completa, los procedimientos para diagnosticar los tumores óseos de células gigantes pueden incluir los siguientes:

 

  • Rayos X - examen de diagnóstico que utiliza rayos invisibles de energía electromagnética para producir imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa.
  • Escáner con radionúclidos de los huesos - método nuclear de diagnóstico por imágenes para evaluar cualquier cambio artrítico y, o degenerativo de las articulaciones, para detectar enfermedades y tumores de los huesos y para determinar las causas de la inflamación o del dolor de huesos. Este examen sirve para descartar cualquier infección o fractura.
  • Biopsia - procedimiento en el que se extraen muestras de tejido (con una aguja o durante la cirugía) para examinarlas con un microscopio con el fin de determinar si existen células cancerosas o anormales.

 


Datos macroscópicos:

 

Las dimensiones del tumor de células gigantes oscilan entre 1 y 10 centímetros de diámetro. El tumor se compone de un tejido friable, muy vascular de color rojo parduzco con algunas tonalidades de gris.

Los tumores de gran tamaño tienen zonas quísticas y hemorrágicas; llegan a perforar la corteza extendiéndose sobre los tabiques musculares invadiendo los tejidos blandos adyacentes. (9)

 


Datos microscópicos
:

 

A este nivel las células gigantes tienen apariencia osteoclástica, lo cual ha sido confirmado con estudios por microscopio electrónico, histoquímico e inmunohistoquímico (8, 9, 10,11). La naturaleza de las células gigantes es mesenquimatosa más que hematopoyética; y los estudios en el ámbito de microscopía electrónica son compatibles con extirpe fibroblástico u osteoblástico. (8, 12,13).

 

Esto último es sostenido por el hecho de que un tercio de los tumor de células gigantes exhiben osteoide o hueso interpretado como una respuesta metaplásica de las células del estroma a una fractura o a un tratamiento inadecuado. (6).

 


Grados histológicos:

 

Los patólogos han dividido en tres grupos los patrones histológicos de este tumor mirando las características del estroma, la diferenciación celular, la cantidad de mitosis y la presencia de necrosis (6).

 

GRADO I: Estroma moderadamente vascular compuesto por células ovoides o fusiformes, sin mitosis y con gran población de células gigantes.

 

GRADO II: Un intermedio con escasas mitosis, población moderada de células gigantes y escaso pleomorfismo en el estroma.

 

GRADO III: Estroma pleomórfico, con núcleos de variadas formas y tamaños, mitosis muy comunes y células gigantes pequeñas y muy escasas.

 


En la práctica clínica la clasificación descrita no es muy confiable para predecir el comportamiento del tumor, como en un principio se había pensado; ya que no existe relación entre el crecimiento lento o rápido del tumor y sus características histológicas; de tal manera que es mucho más útil la clasificación en estadios de acuerdo a su comportamiento clínico. (6).

 

ESTADIO I: Tumor latente, cuya historia natural es el crecimiento muy lento durante la infancia o la adolescencia para luego permanecer inerte o incluso curar espontáneamente. Límites muy precisos formados por hueso esclerótico, maduro y la zona reactiva presenta escasa neovasculatura y pocas células inflamatorias. Aproximadamente un 10% pertenece a esta categoría.

ESTADIO II: Tumor activo, cuya historia natural es el crecimiento progresivo no autolimitado sin llegar a la latencia o a la curación espontánea. Los bordes son aún definidos e incluso se observa hueso maduro alrededor pero la zona reactiva muestra elementos mesenquimales inmaduros en extensión importantes dentro del hueso sano, circunstancia que implica una difícil remoción de toda la lesión. La mayoría de los tumores de células gigantes (80%) se encuentra en este estadio.

 

ESTADIO III: Tumor agresivo, comportamiento invasivo, crecimiento rápido, los bordes son imprecisos y vemos nódulos tumorales protruyendo dentro de la cápsula del tumor. Llama la atención que la zona reactiva presenta aumento considerable de la neovasculatura, esta edematosa, es densa y la recurrencia después de la resección intracapsular es segura. Afortunadamente solo un 10% de los tumores de células gigantes presenta este comportamiento clínico.

 


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