Sesenta y pico. Temas de la tercera edad
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  6/11/2008 | Geriatria y Gerontologia | |
Sesenta y pico. Temas de la tercera edad.5

d. Las depresiones secundarias.

 

Patologías inherentes a la clínica médica como las virosis e intoxicaciones, la medicación con citostáticos, antihistamínicos y antibióticos, producen cuadros depresivos. A manera de información general para el médico clínico, debe tenerse en cuenta factores exógenos tales como: los cambios de la estructura familiar tradicional, modificaciones del hábitat, pérdida del lugar y el poder, la abuelidad, la jubilación, el climaterio, la falta de descendencia, los cambios forzosos en los hábitos laborales que alteran la rutina familiar habitual, pérdida de fortaleza, muerte de familiares y amigos, son factores de depresión secundaria muy frecuentes.

 

lll.b. TEMAS PSICOANALÍTICOS.

 

Sentimiento de sí y de inferioridad.

 

Freud en "Duelo y melancolía, dice que "[...] la melancolía se singulariza [...] por [...] una rebaja en el sentimiento de si [...]", más adelante agrega, "[...] desagrado moral con el propio yo por encima de otras tachas; quebranto físico, fealdad, debilidad, inferioridad social (son) apreciación que el enfermo hace de sí mismo [...]".El sentimiento de inferioridad es la inversa del sentimiento de sí; como respuesta a la inermidad yoica que produce la herida narcisista.

 

Deviene de:

 

a) la captación de la pérdida de recursos internos, Freud, "El yo y el ello", dice que el cuerpo psíquico "[...] es visto como un objeto otro [...] proporciona [...] sensaciones, una de las cuales puede equivaler a una percepción interna [...]";

 

b) el fracaso de las conductas sobrecompensatorias para desmentir la caída (como por ejemplo la sobrecarga laboral, deportiva, status, recompensas, honores). Es un intento de restituir imaginariamente, una imagen de si identificada con el ideal para salvaguardar la autoestima.

 

El ideal del yo, promueve en el yo sentimientos displacenteros (de inferioridad), en cuanto que está ubicado como negativo del yo ideal. (Bleichmar). No hay posibilidades intermedias. Para ello es necesario un un funcionamiento esquizoide (lógica de las posiciones y la parte por el todo). La misma crea un estado de tensión narcisista, que opera como señal ante el peligro de colapso. La búsqueda de recursos externos al sujeto, para sostener una imagen inferior dominante, sustituye lo que debe generarse internamente. En consecuencia la posición es de un equilibrio precario y de dependencia extrema.

 

Este es el momento en que, ambición mediante y para neutralizar el sentimiento de inermidad, pueden cambiarse las metas por otras con las alter-nativas siguientes:

 

l) abandono de una meta genuina previa por una genuina actual;

 

2) abandono de una meta genuina previa por una no genuina actual;

 

3) abandono de una meta no genuina previa por una no genuina actual;

 

4) abandono de una meta no genuina previa por una genuina;

 

5) formas mixtas. Pueden despertarse también capacidades postergadas y esta posibilidad plantear la alternativa entre lo que es y no es genuino. Al perder la pulsión genital su hegemonía, las pulsiones parciales recobran autonomía, que al ser tramitadas devienen en ideales que motorizan las disposiciones postergadas.

 

Puede ser que no haya replanteo, o que el mismo quede solo como tal. La autoestima se mantiene en proporciones variadas desde el interior o desde el mundo. Pero el entusiasmo, proviene solo de lo interno y de cuanto hay de creativo o de identificatorio en el acto de trabajar. En el extremo patológico, surgen las adicciones como estimulantes engañosos y los tratamientos para "rejuvenecer". Freud, en "La transitoriedad", dice que [...] Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido [...] nuestra libido queda de nuevo libre para si, todavía somos jóvenes y capaces de vida, sustituimos los objetos perdidos por otros nuevos [...]". Con la palabra jóvenes, pienso que Freud se refiere a la actividad mental creativa. La creatividad deviene de la serenidad y la capacidad para ver la belleza presente y futura; y que necesita ser constantemente reconquistada en la incesante lucha por la vida. -Creatividad y rasgos de carácter.

 

En la tercera posibilidad de organización que describe Freud en "El esquema...", agrega que las pulsiones "[...] o bien experimentan una aplicación diversa dentro del yo, forman rasgos de carácter, padecen sublimaciones con desplazamiento de meta [...]". Así nos encontramos en el capítulo vinculado con la aparición de los hobbies, o de otros intereses que fueron desarrollados anteriormente durante la vida, y que van cobrando valor diferente según el punto de fijación de que se trate.

 

La sublimación, debe discriminarse de la creatividad. Esta no presupone la sublimación pero la sublimación presupone creatividad. A esta Freud la llama actos puramente internos porque implican procesos de autoconstrucción, diferentes del percibir y el vivenciar. Pueden posteriormente quedar incorporados al superyó con carácter de amparo y como intensificador para ligar las exigencias pulsionales. Amparo que como dice Platón, citando a Píndaro es una "dulce esperanza que le sirve de nodriza en la vejez". (El Estado o La República. Libro l.). Amparo que permite la adquisición del humor como transformación del narcisismo, reconociendo y aceptando su finitud. El humor se alcanza cuando el acento psíquico del yo, es transferido al superyó, (Freud, "El Humor"). La sublimación puede dejar al yo, expuesto a la pulsión de muerte sin ligar; la creatividad no tiene ese riesgo, da por resultado productos que denotan un buen enlace con el ambiente y una elaboración de las tres servidumbres del yo, con complejización creciente del psiquismo y generando neoformaciones.

 

La tramitación de los distintos erotismos deviene en ideales, pero para que una pulsión pueda sufrir un proceso sublimatorio que eleva su meta y la trueca por un ideal, existen varios requisitos. Uno es primordial, que esa pulsión forme parte del yo, y lo tome inicialmente como su objeto. En consecuencia queda representada por dicho yo en la relación establecida con las cosas del mundo sensible. Los ideales derivan de un sutil procesamiento del erotismo, y extraen del seno de la pulsión una meta distinta de la consumación directa, no obstante ajena a ella. Esta tarea de formación de ideales es constante, sea porque algunos de sus productos son revisados críticamente o bien porque como el yo llegó a ellos, se hace necesario formar otros más complejos. Pero, como en el caso que nos ocupa, puede por un camino regresivo producirse una reemergencia del erotismo inicial, que fuera trasmudado en sublimación.

 

En cuanto a los rasgos de carácter, solo diremos que los conflictos con la propia erogeneidad y con un superyó sádico pueden culminar en una creciente caracteropatización. Decía Freud, que se suele atribuir a los seres deformes o contra-hechos, un sentimiento de envidia por la diferencia irreversible con los demás. La captación de una diferencia insoportable, que comienza a insinuarse en éste período, imposible de neutralizar por la desmentida, puede devenir en rasgos conflictivos de carácter e identificación con objetos decepcionantes. "A esta altura de mi vida, soy así y que me aguanten", expresión habitual que pretende evitar el desarrollo del sentimiento de envidia nivelando por lo bajo. El rasgo de carácter patológico se vuelve hegemónico y para sostenerse puede apelarse a algún tipo de poder económico, político o cognitivo que permite imponer el criterio. Se instala la lucha por el poder y la herencia con los más jóvenes. "Con respecto a esas quejas de los viejos y de sus pesares domésticos, no es la vejez [...] sino en el carácter de los viejos en donde hay que buscar la causa. Con costumbres apacibles y tranquilas encuentra uno soportable la vejez. Con un carácter opuesto, la vejez y la juventud son igualmente difíciles, ("El Estado o La República". Platón. Libro I)

 

lll.c. REFLEXIONES

 

Los viejos no tienen un mundo para ellos.

 

No hay diarios con cuerpos adecuados para que puedan ser leídos por ellos, ni audición de televisión que hable lentamente, Socialmente se induce a la retracción, porque el viejo al no entender, se queda mirando al infinito, o apaga el televisor. No hay ropa adecuada para ellos, que sustituya los botones difíciles de usar cuando las manos tiemblan. Tampoco hay muebles, la mayoría de las sillas no tienen apoyabrazos, los restaurantes con excepción de las pastas o las pizzas no tienen comidas que puedan masticar fácilmente, Todo un capítulo es el de las barreras arquitectónicas que impone la ciudad; escaleras, pisos encerados, semáforos con tiempo insuficiente para cruzar, veredas resbaladizas, para nombrar algunos ejemplos. Los asilos por más modernos que sean, esconden la secreta intención de segregarlos manteniendo apartado de la vista aquello que se nos aparece como siniestro, la muerte.

 

Tiempo de morir.

 

"Oh, Dios Mío! Da a cada uno su propia muerte, da a todo el mundo la muerte nacida de su propia vida" .

Rainer María Rilke.

 

La actividad es una protección contra la muerte. Los desocupados mueren más jóvenes que los activos, los jubilados tienen una mortalidad más elevada que los activos de la misma edad. También el matrimonio parece ser una protección, la mortalidad de los solteros, separados y viudos dobla a la de los casados.

 

Las mujeres soportan mejor que los hombres la muerte del cónyuge. La urbanización acrecienta la desigualdad ante la muerte, la mortalidad es dos veces y medio mayor entre los asalariados agrícolas que entre los trabajadores de la ciudad.

 

Es por lo general en el medio hospitalario, donde se desarrolla una compleja complicidad entre el personal que atiende al anciano. Manifiestamente se actúa como si el muriente debiera vivir, pero de manera inconsciente las enfermeras responden de manera menos rápida a las llamadas. A partir de su admisión, dos personas en el mismo estado físico pueden ser designadas como condenadas o curables en función de su edad y de su posición social. Para un viejo el pronóstico de muerte cierta puede intervenir aún antes de la llegada del médico. Si no tiene la suerte de ser considerado "un caso médico", al cual por interés científico se le dedica atención es probable que su muerte integre una cadena de producción en serie.


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