Carcinomas cutaneos. Presentacion de un caso clinico y breve revision de la literatura.1
Carcinomas cutáneos. Presentación de un caso clínico y breve revisión de la literatura.
Dra. Elsa Aguilar Gutiérrez. Máster en Ciencias. Especialista de Primer Grado en Cirugía Plástica
Dra. Tania Naranjo Sánchez Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral
Lic. Cándida Hernández León. Licenciada en Enfermería
Dra. Yaima C, Pino Peña. Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral
Dr. Marco J Albert Cabrera. Máster en Ciencias. Especialista de Primer y Segundo Grados en Medicina Interna. Especialista de Segundo Grado en Medicina Familiar. Profesor Auxiliar.
Introducción
El término cáncer de piel agrupa varios tumores que tienen en común un comportamiento biológico maligno y diferencias en cuanto a capacidad de invasión, tendencia al desarrollo de metástasis, mortalidad, etc. Los tipos más comunes son el carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide y el melanoma maligno, mientras que los adenocarcinomas de las glándulas sudoríparas o sebáceas son poco frecuentes, al igual que los linfomas y sarcomas de piel, aún cuando en los últimos años la frecuencia del sarcoma de Kaposi ha aumentado en relación al incremento de los casos de SIDA. 1
Los cánceres cutáneos del tipo no melanoma, aunque generalmente no son fatales, son responsables de una morbilidad significativa y si no se tratan, pueden ocasionar una desfiguración muy seria y en ocasiones la muerte. 2
El carcinoma basocelular (CBC) es la enfermedad maligna más frecuente que los humanos pueden sufrir a lo largo de su vida. 1,2,3,4 Corresponde al 75% de los cánceres cutáneos no melanoma (CCNM) en la población de raza blanca y su tasa de incidencia se ha incrementado un 20% en las últimas 2 décadas. 4
Con los cambios ecológicos que han provocado disminución de la capa de ozono, la frecuencia de estos tumores ha venido en aumento. Constituyen el cáncer más frecuente en los Estados Unidos, especialmente en los estados del sur. 1 Suelen diagnosticarse 900.000 nuevos casos por año, con una tasa ajustada para la edad de 475 hombres y 250 mujeres por cada 100.000 habitantes de la raza blanca. Australia muestra cifras de hasta 726 por cada 100.000 habitantes y se plantea que se ha producido un incremento del 1 al 2%, 4 mientras que en México ocupa el segundo lugar, después del cervicouterino. 1
La raza blanca, con poca capacidad de bronceado y exposición solar exagerada, son los factores de riesgo de primera línea para el desarrollo de esta enfermedad. 1,2,3 Esto explica la mayor incidencia en zonas cercanas al Ecuador y en poblaciones de piel predominantemente pálida (caucasianos, ojos azules, pelo rubio o pelirrojo). 1,3,4 En la actualidad, se considera que 3 de cada 10 personas de raza blanca tienen la posibilidad de desarrollar un CBC. 4
Aparece rara vez antes de los 40 años y es más común en hombres. 1,2,3 Es más frecuente en los grupos de mayor edad de la población y su frecuencia aumenta a partir de la sexta década. No obstante, en individuos de piel blanca que por su ocupación o sus aficiones se exponen en forma exagerada al sol, es posible diagnosticarlo en adultos jóvenes y aun en niños 1, sobre todo asociado a padecimientos genéticos predisponentes como el xeroderma pigmentoso, el albinismo o el síndrome de carcinoma basocelular nevoide. 1,2,4 Se ha comprobado la participación de mutaciones de distintos genes, entre las que se destaca la del gen supresor de tumor PATCHED (PTC) en el cromosoma 9q 22. 4
Otros factores relacionados se refieren a los antecedentes de quemaduras solares, fototipos de piel I y II, inmunodeprimidos sobre todo trasplantados renales, exposición a arsénico e hidrocarburos aromáticos policíclicos, úlceras crónicas, cicatrices anormales, traumatismos e irritaciones crónicas. 4
Se trata de un tumor epitelial maligno de localización cutánea, que surge de células pluripotentes de la zona basal de la epidermis y de la vaina radicular externa del pelo a nivel del istmo inferior y de la protuberancia. 4 Algunos autores proponen, con el fin de minimizar el malestar psicológico del paciente, el empleo preferentemente del término basaliorna o epitelioma basocelular en lugar del término carcinoma. 2,3
El carcinoma o epitelioma basocelular es un tumor de crecimiento lento y de malignidad local que evoluciona, habitualmente, sin dar lugar a la formación de metástasis 2,3, de ahí que por lo general goce de buen pronóstico. 3
Aparece en zonas de la epidermis con capacidad para desarrollar folículos pilosos, por lo que rara vez se localiza en el borde de los labios y la mucosa genital. 3 El 85% se presentan en la región de la cabeza y del cuello; entre un 25 y un 30% ocurren sólo en la nariz, la localización más frecuente. La forma pagetoide o superficial se desarrolla casi exclusivamente en el tronco. 2
Por lo general es una lesión única, localizada en la cara, sobre todo en zona centrofacial (periorbitales, sienes, frente y nariz), aunque puede localizarse en el cuello, tronco y extremidades, siempre en zonas provistas de folículos pilosos siendo en estos casos múltiples y por lo general planos. 1,3 Raramente se describen localizaciones en escroto, párpados, etc. 2 Pueden manifestarse bajo diferentes aspectos clínicos, siendo los más frecuentes el nodular, el ulceroso (ulcus rodens), el escleroatrófico morfeiforme y el pigmentado. 1,2
No obstante la gran variedad de aspectos morfológicos, el diagnóstico clínico del carcinoma basocelular es posible en la mayoría de los casos, especialmente en los que presentan el típico borde brillante de pápulas perladas característico de este tumor. 1 Suelen ser útiles al respecto una iluminación adecuada, el uso de lupa y la palpación cuidadosa de la lesión. 3
Aunque recientes estudios proponen el uso de la citología como técnica útil desde el punto de vista diagnóstico, el diagnóstico definitivo del carcinoma basocelular es histológico mediante la práctica de biopsia cutánea, 2 a través de la cual son apreciables las células con núcleo grande de forma oval y escaso citoplasma, 1,3 que se tiñen de azul intenso con hematoxilina eosina, poca anaplasia y mitosis escasa. 3 Su componente celular recuerda a las células indiferenciadas de la capa basal; razón por la cual recibe su nombre.1,2
Afecta tanto dermis como epidermis y las células se agrupan en masas de diferente tamaño, en cuya periferia se disponen perpendicularmente al estroma que las rodea en forma de empalizada.
El estroma adyacente es mucoide y se genera un espacio característico tipo artificio de técnica de retracción, que separa el tumor del estroma. La neoplasia contacta con la epidermis, brotando de su estrato basal, de los infundíbulos pilosos (carcinoma basocelular infundíbulo quístico) o de brotes siringoides (tumor fibroepitelial de Pinkus). Puede mostrar microfocos de diferenciación pilosa madura, sebácea o apocrina, así como quistes de material córneo, sin que ello genere cambios diagnósticos.
La presencia de áreas con células de mayor tamaño y nucléolos prominentes, define al carcinoma basocelular metatípico. 4 Las formas infiltrantes muestran cordones delgados de células neoplásicas que infiltran la dermis profunda. 1