Hipertension arterial. Revision bibliografica
Autor: Dra. Yenys Góngora Ruiz | Publicado:  14/09/2009 | Cardiologia , Nefrologia , Medicina Interna , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Hipertension arterial. Revision bibliografica.2

Uno de los primeros mecanismos fisiopatológicos es la alteración en la autorregulación de ciertos lechos vasculares, en especial los cerebrales y renales, esta falta de autorregulación puede llevar a la isquemia de estos órganos. La autorregulación es la habilidad que tienen los vasos sanguíneos para dilatarse o vasoconstreñirse y mantener la perfusión adecuada en cada momento. (17-19)

 

Este mecanismo permite mantener perfusiones buenas con alto rango de presión arterial media (PAM), (habitualmente entre 60 y 150 mmHg), esta situación de equilibrio en las curvas de presión/flujo permite que en situaciones crónicas de hipertensión arterial se siga manteniendo una perfusión aceptable evitando fenómenos isquémicos. (19)

 

Cuando la presión se eleva por encima del rango que permite la autorregulación, se presenta daño tisular, bien debido a una autorregulación excesiva, a la pérdida completa de la autorregulación o a la pérdida de la integridad vascular. (18)

 

Los cambios estructurales compensatorios pueden explicar a veces porque los pacientes hipertensos tienen más tolerancia y no presentan problemas graves con tensiones mantenidas elevadas, y porque los normotensos o aquellos a los que se les eleve de forma relativamente rápida los niveles de presión arterial presenten complicaciones más graves siendo más frecuentes los cerebrovasculares y coronarios, dado por el vasoespasmo brusco y mantenido que compromete a su vez el flujo sanguíneo a estos órganos diana importantes en esta entidad. (19-21)

 

Otra complicación grave de la hipertensión arterial y cuya presencia se reduce notablemente con la terapia antihipertensiva, es la enfermedad cerebrovascular hipertensiva cuyas complicaciones son la hemorragia cerebral y la demencia. (21)

 

La hipertensión arterial también lleva a la nefroesclerosis, causa común de la insuficiencia renal. En todas las condiciones citadas que acompañan a los estados II y III de la enfermedad, lo prudente será siempre guiarse por la evaluación del riesgo cardiovascular más que por las cifras aisladas de la tensión arterial, para establecer las medidas pertinentes que incluyen modificaciones del estilo de vida y terapia farmacológica. (21,22)

 

Con el decursar del tiempo, la hipertensión arterial ha sido siempre un problema controversial en todos sus aspectos y hasta la fecha siguen surgiendo nuevas teorías como enfermedad que afecta a tantos millones de personas a nivel mundial y que se ha convertido en un verdadero azote para la humanidad. (23)

 

La hipertensión arterial es la enfermedad que se produce cuando las cifras de tensión arterial en condiciones apropiadas con intervalo de tres a siete días entre cada toma, se encuentran por encima de 140 MmHg de tensión arterial sistólica y 90 MmHg de tensión arterial diastólica, esta definición se aplica a adultos a partir de los 18 años de edad. (24, 25,26)

 

La falta de una frontera tensional definida entre la normotensión y la hipertensión arterial ha sido responsable de importantes discrepancias entre grupos de expertos sobre el nivel de tensión arterial (TA) que debe de ser considerado como normal. En este sentido, Sir George Pickering afirmaba en 1972 que “la relación entre presión arterial y mortalidad es cuantitativa: cuanto más alta es la presión arterial, peor es el pronóstico…” (24)

 

Aún cuando existen variaciones fisiológicas de las cifras de tensión arterial (ritmo circadiano de la tensión arterial), los médicos necesitan en la práctica una definición de los límites entre la normalidad y la enfermedad para poder tomar decisiones terapéuticas, pues debe de recordarse que el riesgo de discapacidad y muerte en la hipertensión arterial (HTA), está íntimamente relacionado con los distintos niveles tensionales, o sea, que las posibilidades de reducir dichas cifras de tensión arterial disminuye dicho riesgo. (26)

 

Basado en la evaluación de riesgo y beneficios un comité de expertos de la OMS definió en 1978, como hipertenso a todo individuo con cifras tensionales mayores o iguales a 160 mmHg la presión sistólica y 95 de presión diastólica. Este criterio permaneció vigente durante 10 años, hasta que sobre la base surgida tras 10 años de seguimiento, el Comité Conjunto Para La Detección, Evaluación y Tratamiento De La Hipertensión Arterial de Estados Unidos y la OMS en 1988 y 1990 respectivamente modificaron los criterios de normotensión y de hipertensión arterial a partir de los 18 años y consideraron normotenso a todo individuo con cifras tensionales iguales o menores de 140 con 85 mmHg, exceptuando los llamados “grupos de riesgos” (se llaman grupos de riesgo a los hipertensos que dentro de esta población presentan características especiales como por ejemplo diabéticos, ancianos y embarazadas). (27, 28,29)

 

La hipertensión arterial se clasifica teniendo en cuenta varios aspectos:

 

Según la magnitud de las cifras tensionales:

 

Atendiendo a la magnitud de las cifras tensionales, se recomienda una nueva clasificación para los mayores de 18 años, que es aplicable también a los ancianos pues se ha demostrado que el aumento de las cifras tensionales con la edad no es consecuencia del envejecimiento y el termino de hipertensión arterial necesaria en el anciano no se ajusta a la realidad, por lo que en este grupo se aceptan los mismos valores que en el adulto joven. Además este criterio de clasificación ofrece la ventaja de no referirse al grado de presión arterial (ligera, moderada o severa), lo cual puede hacer que se subestime la importancia de la atención a la hipertensión ligera, ya que si bien a mayor presión, mayor es el riesgo, el número de pacientes con hipertensión ligera es mayor que el resto, y, por tanto, en términos cuantitativos es mayor el número de personas en riesgo por este tipo de hipertensión arterial.

 

Así, considerar para su clasificación, tanto la presión sistólica como la diastólica y ubicar al paciente en un estadio según la cifra mayor de una de ellas, puede contribuir a una mejor atención de estos pacientes. (30)

 

Clasificación de la presión arterial:

 

Presión arterial sistólica (PAS)- mmHg – presión arterial diastólica (Presión arterial diastólica (PAD))- mmHg

 

  • Normal < 120 mmHg - < 80 mmHg
  • Prehipertensión 120-139 mmHg - 80-89 mmHg
  • HTA estadio 1: 140-159 mmHg - 90-99 mmHg
  • HTA estadio 2: > 160 mmHg - > 100 mmHg

 

En mayo del 2003 se presentó en el congreso americano de hipertensión arterial una nueva guía para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, con el objetivo de actualizar los conocimientos en base a nuevos estudios publicados en las diferentes revistas científicas y simplificar la clasificación previa en categorías de la presión arterial o tensión arterial (TA) y brindar una nueva guía sobre el manejo de la hipertensión arterial elevada. Se le ha denominado Séptimo Reporte de la Junta del Comité Nacional de Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la Presión Arterial elevada (7th Report of Join Nacional Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure-VII JNC). Este consenso fue publicado en la revista JAMA del 21 de mayo del 2003, y viene a reemplazar el 6to. Reporte publicado en el año 1997.

Esta clasificación está basada en el promedio de dos o más lecturas tomadas en cada una de las dos o más visitas realizadas tras el escrutinio inicial, y también la que recomienda el programa nacional de prevención, diagnóstico, evaluación y control de la hipertensión arterial en Cuba y en el resto de los países latinoamericanos. (31, 32,33)


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