Factores psicosocioculturales y neurobiologicos de la conducta suicida. Articulo de revision
Autor: Dra. Teraiza E. Mesa Rodríguez | Publicado:  25/11/2009 | | |
Factores psicosocioculturales y neurobiologicos de la conducta suicida. Articulo de revision .2

Los galos consideraron razonable el suicidio por vejez, por muerte de los esposos, por muerte del jefe o por enfermedad grave o dolorosa. De igual forma, para celtas Hispanos, Vikingos y Nórdicos, la vejez y la enfermedad eran causas razonables. En los pueblos germánicos (Visigodos), el suicidio buscaba evitar la muerte vergonzosa ("kerlingedale"), lo cual era loable y bien visto. En Grecia y Roma las referencias a los suicidios son innumerables por diversos motivos: por conducta heroica y patriótica, por vínculos societarios y solidarios, por fanatismo, por locura, por decreto (Sócrates) y el llamado suicidio asistido por el senado. Durante la antigüedad clásica, el suicidio de personas con enfermedades incurables era visto como una necesidad; en Roma sólo se penaba el suicidio irracional, prevalecía la idea de que quién no era capaz de cuidar de sí mismo, tampoco cuidaría de los demás, por lo que se despreciaba el suicidio sin causa aparente. Se consideraba que el enfermo "terminal" que se suicidaba tenía motivos suficientes. Se aceptaba pues el suicidio provocado por "la impaciencia del dolor o la enfermedad", ya que según decían se debía al "cansancio de la vida (...), la locura o el miedo al deshonor". La idea de "bien morir" (Eu thanatos) era un Summun bonum: "(...) porque es mejor morir de una vez que tener que padecer desdichas un día tras el otro" (Esquilo, Prometeo encadenado).

 

Séneca filósofo estoico señalaba que la vida debe ser considerada en cuanto a calidad de vida y no en cantidad, morir mas tarde o más temprano “no tiene trascendencia”. Por consecuencia estaría bien visto el suicidio en términos de decadencia moral y/o enfermedad. La aristocracia japonesa veía como honorable el sepuku (hara-kiri) reservado para una clase social alta, el cual es en realidad un ritual suicida, otro es el shinju pacto suicida entre los miembros de una pareja que se precipita desde las alturas atado uno al otro para morir juntos. En la india en Benarés se realiza la muerte por sutee: la viuda se inmolaba en la pila funeraria que consumía al esposo fallecido; en 1984 fueron reportado dos casos de sutee en ese país. En la legislación hebrea talmúdica se permite el suicidio en tres oportunidades: antes de apostar, antes de traicionar la lealtad de un amigo, y antes de someterse al incesto con un progenitor. En el antiguo testamento se señalan varios casos de suicidio tal es el caso del Rey Saúl, el de Sansón el que realiza una inmolación heroica por causas políticas, el de Abimélec militar desertor de la fila de los judíos quien al ser herido con una piedra de molino lanzado por una mujer e impedido el mismo para quitarse la vida le dijo a su escudero “saca tu espada y mátame, para que no puedan decirse que me mató una mujer”. En el nuevo testamento solo se describe el de Judas Iscarlote.

 

La condenación de la conducta suicida en la doctrina cristiana aparece desde el II Concilio de Orleáns en 533, siguiendo las enseñanzas de San Agustín según el quinto mandamiento “No matar” (De civitate Dei, I,20), mas adelante en el Concilio de Hereford en el 673 se les condeno a no recibir ningún rito funerario, y en el de Sínodo de Nimes se prohibió el entierro de los suicidas en el campo santo. El Concilio Vaticano II lo colocó con otros delitos que atentan contra la vida misma, juzgados como “cosas vergonzosas” que “atentan la civilidad humana... y constituyen el más grave insulto al Creador” (Gaudium et spes, 27). La tradición cristiana, la doctrina del Magisterio y la reflexión teológica no han tenido ninguna duda sobre la inadmisiblidad moral del suicidio. Si ha habido alguna evolución ha sido sólo en torno a la valoración de la culpabilidad y responsabilidad subjetiva del que se suicida o intenta hacerlo.

 

El Concilio Vaticano II lo colocó con otros delitos que atentan contra la vida misma, juzgados como “cosas... vergonzosas” que “atentan la civilidad humana... y constituyen el más grave insulto al Creador” (Gaudium et spes, 27).

 

La Iglesia católica solo ha canonizado a una suicida Santa Pelaya quien se lanzo a un abismo antes que permitir que abusasen de ella unos asaltantes. Al comienzo de la edad media en Italia y Francia los cadáveres de los suicidas eran arrastrados desnudos por la ciudad y luego eran colgados desnudos para público escarnio. Más recientemente esta el caso donde se suicidaron 900 personas pertenecientes a una secta político-religiosa llamada Peoples Temple inducidos a ingerir cianuro, y cuyo director se dio muerte con una pistola de 9 mm. A finales del año 1997 se suicidaron 40 junto a su líder ingiriendo barbitúricos y alcohol, colocándose una bolsa de plástico en la cabeza murieron por asfixia (11,12,13,14,15,16,17).

 

Aspectos Legislativos:

 

Desde el punto de vista legal en muchos países como por ejemplo España si un suicidio puede ser evitado por otra persona, debe hacerse. En lo contrario podría ser considerado como un caso de Omisión del deber de socorro, lo que está tipificado como delito en diversas legislaciones. El artículo 139 señala: Será castigado con la pena de prisión de quince a veinte años, como reo de asesinato, el que matare a otro concurriendo alguna de las circunstancias siguientes: Con alevosía. Por precio, recompensa o promesa. Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido (18).

 

De igual manera, en legislaciones como la chilena, el auxilio al suicidio es punible según señala el Artículo 393 del Código Penal: "El que con conocimiento de causa prestare auxilio a otro para que se suicide, sufrirá la pena de presidio menor en sus grados medio a máximo, si se efectúa la muerte." Aquí la muerte opera como condición objetiva de punibilidad, es decir, sólo será culpable la conducta en la medida que se verifique el resultado de muerte; y siendo así, incurrirá el autor en la pena señalada (541 días a 5 años) (19).

 

En Venezuela el suicidio no es considerado como delito por la legislación venezolana, pero sí la inducción y la ayuda al suicidio, siendo castigados con presidio de 7 a 10 años según el Artículo 414 del Código Orgánico Procesal Penal (20).

 

Aspectos Sociales:

 

Emile Durkheim fue el primero en explorar la influencia del contexto social y cultural sobre el riesgo de suicidio, menciona que los factores que pueden influir en la conducta suicida se encuentran: falta de lazo familiares o relaciones sociales relevantes, cuando por adversidad económica o social se rompe el vinculo entre el individuo o la sociedad a la cual pertenece, edad avanzada (hombres mayores de 45 años y mujeres después de los 55). En las personas de la tercera edad los intentos son menos frecuentes, pero el éxito es mayor. Los varones apelan a procedimientos violentos como horca, armas de fuego y salto al vacío y las mujeres a sobredosis o la inmersión. El suicidio es mayor entre los solteros, divorciados y viudos que en los casados, la ruptura de relaciones significativas ejerce un peso importante en la conducta suicida, problemas legales o laborales (21, 22). Con respecto a la religión es menos frecuente entre los judíos y católicos que entre los protestantes. Con respecto al estatus socio económico mientras más alto sea mayor es el riesgo, al igual que en las personas desempleadas. En cuanto a la profesión los médicos cursan con mayor riesgo, entre las especialidades se destacan los psiquiatras, oftalmólogos y anestesiólogos. Otros que cursan con un riesgo considerable son: músicos, odontólogos, policías, abogados y agentes de seguro (21).

 

Aspectos Psicodinámicos:

 

En la actualidad los expertos no creen que la conducta suicida se asocie a una psicodinamia particular o a un tipo de trastorno mental especifico, es mejor visto como consecuencia de una serie de factores que inciden sobre un individuo ya sea que este sano o enfermo mental y/o físicamente. Sin embargo esta permiten hacer conjeturas importantes que puede permitir esclarecer el motivo. Dentro de los aspectos más destacados de la psicodinamia de los pacientes suicidas se encuentran: venganza, poder, castigo, reparación, sacrificio, restitución, evasión, rescate, renacimiento, reunión con los muertos, vida nueva. Se cree que la probabilidad de hacer realidad estas fantasías se incrementan cuando se sufre la pérdida de un objeto querido, cuando se experimentan afectos abrumadores como furia o culpa y en aquellos que se identifican con la victima de un suicidio (21).


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