Factores psicosocioculturales y neurobiologicos de la conducta suicida. Articulo de revision
Autor: Dra. Teraiza E. Mesa Rodríguez | Publicado:  25/11/2009 | | |
Factores psicosocioculturales y neurobiologicos de la conducta suicida. Articulo de revision .3

En una primera instancia el individuo percibe que en la vida hay algo por lo que vale la pena luchar pero no puede obtenerlo a pesar de todos los esfuerzos que realice para tener lo deseado esta etapa recibe el nombre de desesperanza. Pasa luego al sentimiento de desesperación cuando entiende que hay algo por lo cual luchar pero que no puede ser alcanzado a pesar de los esfuerzo que haga. Entra entonces la soledad descrita como la sensación de incapacidad para contactar con el otro, de ser entendido, comprendido. Llega entonces a la convicción de que no existe nada mejor que lo perdido, por lo que no existe nada que valga la pena esperar de la vida. Lo anterior conduce al individuo a la conclusión de que no vale la pena la vida, en otras palabras siente cansancio de vivir (23). El proceso del suicidio se inicia en el momento en que comienza los pensamientos de cómo quitarse la vida, pasa luego por los primeros intentos, con un aumento de la letalidad, hasta que se logra. De esta forma se establece una secuencia de tipo progresiva (24,25,26). Previamente suele ocurrir actitudes de escape, venganza, altruismo o búsquedas de riesgo (27). Anudado a esto hay ciertas características de carácter como: pensamientos de derrota, percepciones de imposibilidad de escapatoria asociadas a alteraciones de la memoria biográfica ya sea por distorsión o hipermnesia disociativa, por último se presenta la percepción de imposibilidad de rescate, con abandono de cualquier intento por resolver las situaciones estresantes por intuir que carece de control sobre ellas (28-29).

 

En múltiples trabajos se señalan que el estrés de forma prolongada lleva a la desesperanza, fundamentalmente cuando estos acontecimientos se tornan incontrolables. Se entiende por incontrolable cuando, sin importar lo que se haga, los eventos seguirán ocurriendo. La exposición a estímulos adversivos sobre los cuales no se tiene control tiende a producir perdida de motivación para dar una respuesta, déficit cognoscitivo que impide un nuevo aprendizaje y abatimiento tanto motor como emocional (30).

 

Tras décadas de observación e investigación sobre el suicidio la teoría de Emile Durkheim sigue siendo preponderante. Por lo anterior el suicidio debería ser visto como un problema de salud pública más que como una patología psiquiátrica. Siendo en algunos casos el peor pronóstico de un cuadro psiquiátrico.

 

Aspectos Neurobiológicos:

 

Marcadores Biológicos: Los investigadores y los clínicos han reconocido que cada vez más los marcadores biológicos que pueden ayudar a identificar pacientes con riesgo de suicidio. Se han realizado importantes progresos en la comprensión psicosocial, psicológica y ambiental asociada con el suicidio, sin embargo, es sólo recientemente se ha prestado atención a la visión neuropsicobiología del mismo. A continuación se detalla algunos marcadores descritos hasta la actualidad.

 

Neurotransmisores:

 

Hay varios estudios que implican a la serotonina (5-HT) en suicidio. Pruebas iniciales señalan que hay niveles bajos del ácido 5-hidroxiindolacético en el líquido cefalorraquídeo (LCR) de pacientes deprimidos, con un historial previo de intentos de suicidio. Varias estrategias se han utilizado para examinar el sistema serotoninérgico en el comportamiento suicida, entre ellas esta, la determinación de serotonina y sus metabolitos en el líquido cefalorraquídeo (LCR) y tejidos de cerebros postmortem, así como subtipos de receptores de serotonina en las plaquetas de pacientes suicidas. Las estrategias neuroendocrinas, a menudo denominadas la "ventana al cerebro", ha sido ampliamente utilizada para evaluar el compromiso del sistema serotoninérgico en el suicidio (31).

 

La primera investigación del papel que juega la serotonina a nivel central en pacientes con conductas suicidas la realizó el Instituto Karolinska. Encontrando que en los pacientes con depresión e intento de suicidio la cantidad de ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA) en el líquido cefalorraquídeo (LCR) era más bajo que en aquellos pacientes depresivos que no intentaron suicidarse. Se propuso que los niveles de 5-HIAA reducidos en el LCR podrían vinculare con el comportamiento suicida (31).

 

Brunner J, Bronisch T. (1999) mencionan que el 5-HIAA se encuentra reducido en los pacientes que cometieron un intento de suicidio de tipo violento tales como ahorcamiento, inmersión, arma blanca, de fuego o a gas, pero no en los que utilizaron otro método tales como sobredosis (31) y esta reducción es independiente del diagnostico previo del paciente, siendo un fuerte predictor de futuros intentos de suicidio. Sugirieron además que esta disminución se fundamenta en la presencia de un déficit presináptico serotoninérgico compensatorio, en respuesta a un upregulation de los receptores postpsinápticos de la corteza prefrontal (32). En estudios postmortem del tejido cerebral de suicidas, ha permitido identificar un aumento de densidad de los receptores serotoninergicos del subtipo 5-HT1A en la corteza prefrontal y una disminución de los sitios de unión del transportador serotoninérgico en esta misma región. En los suicidas adultos jóvenes se describe un aumento de los receptores 5HT2A en las células piramidales de la capa V de la corteza prefrontal ("hotspot") y hipocampo no siendo así en personas de mayor edad. En correlación se encuentra una baja densidad de los receptores noradrenérgicos postsinápticos en la corteza prefrontal, probablemente secundaria a un aumento de este neurotransmisor de forma compensatoria (33).

 

Esta es una observación importante porque las neuronas piramidales ocupan una posición única, ya que modular e integrar funciones neuronales mediadas por los sistemas serotoninérgicos, glutamatérgicos, GABA-érgicos y dopaminérgicos (34). También es trascendental porque se ha demostrado que el soma y dendritas de las neuronas piramidales de la capa V reciben sinapsis dopaminérgica en el sitio de contacto con las terminales y del GABA. Se ha demostrado que el GABA y los receptores benzodiazepínicos, esta modificado en el cerebro postmortem de las víctimas de suicidio (35) , es muy posible que niveles altos de 5-HT2A en los receptores de las células piramidales causen un desequilibrio entre la 5-HT2A y el sistema GABA-érgico desempeñando ambos un importante papel en el comportamiento suicida (36).

 

Oquendo y col. 2003 evaluaron el funcionamiento de la serotonina cerebral mediante técnicas de captación de fludeoxiglucosa, en pacientes deprimidos con intento de suicidio de alta letalidad, comparado con depresivos con intento de suicidio de baja letalidad. Encontraron que en el primer grupo existía una hipofunción de la corteza prefrontal relacionada con un menor grado de impulsividad, mayor planeación de los intentos y mayor edad en el momento de cometer el acto suicida (37). Observaron también un mayor grado de unión del material radioactivo con los receptores 5-HT2A que se relaciona con una mayor densidad de estos receptores en todas las áreas de Brodman en los cerebros de suicidas comparados con los no suicidas especialmente en el área 8. Algo importante de señalar es la conclusión a la cual llego Baca-García (2001) quienes aluden que existe una relación inversa entre impulsividad y letalidad de los intentos de suicidio. Otro hallazgo importante es la disminución de los receptores de serotonina a nivel plaquetario en los pacientes depresivos con intento de suicidio en comparación con los depresivos sin intento de suicidio (38,39,40).      

 

Sin embargo, es necesario señalar que el mayor numero de receptores de 5-HT2A en lo suicidas puede ser secundario a cambios en otros sistemas, tales como anormalidades en el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA), aumento de los niveles de cortisol los cuales se ha observado en pacientes con depresión (41) y comportamiento suicida. La interacción entre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y el sistema serotoninérgico también se ha demostrado claramente por Chauloff, Kuroda et al., Fernandes et al., y, Mikuni et al. (42).

 

Pitcht W, Hansenne M, Gonzalez Moreno A, Wauthy J, Ansseau M. realizaron un estudio para identificar el rol de las catecolaminas en la conducta suicida, en una primera parte se evaluó la respuesta de la hormona del crecimiento (GH) a la clonidina, un selectivo alfa 2-agonistas adrenérgicos, y a la apomorfina, un agonista dopaminérgico, también compararon los niveles de cortisol a la 4.00 de la tarde posterior a la administración de dexametasona. Los grupos estaban conformados por pacientes depresivos sin intento de suicidio y pacientes depresivos con intento de suicidio. Ambos grupos difirieron significativamente en la respuesta pico de la hormona del crecimiento (GH) después de apomorfina, pero no hubo diferencia estadísticamente significativa entre los dos grupos después de la clonidina.


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