La parasitosis intestinal. Un serio problema medico-social. Revision Bibliografica
Autor: Dra. Erdie Cristina Santana Fonseca | Publicado:  29/12/2009 | Enfermedades Infecciosas , Gastroenterologia , Medicina Tropical | |
La parasitosis intestinal. Un serio problema medico-social. Revision Bibliografica .3

- Metazoos-helmintos: Seres Multicelulares complejos con SNC desarrollado y algunos órganos. Estos se reproducen sexualmente y dan origen a huevos (quistes) y larvas que son eliminadas por el huésped, lo que contribuye notablemente a su contagio entre grupos humanos. Dentro de los mismos se encuentran:

 

NEMÁTODES (gusanos redondos).

 

  • Áscaris lumbricoides (Ascariasis).
  • Trichuris trichiura (Tricocefalosis).
  • Enterobius vermicularis (Oxiuriasis).
  • Strongyloides stercoralis.
  • Ancylostoma duodenalis y Necator americanus (uncinariasis).
  • Onchocerca volvulus (Nemátode tisular).

 

CÉSTODES (gusanos planos)

 

  • Hymenolepis nana.
  • Taenia solium y Taenia saginata.
  • Echinococcus granulosus (Quiste hidatídico).

 

TREMÁTODES

 

Fasciola hepatica. (Fasciolosis).

Schistosoma mansoni. (Esquistosomiasis).

 

En la patogenia de la enfermedad parasitaria se pueden mencionar factores como: (36)

 

1. Cantidad de parásitos

2. Trofismo

3. Mecanismos específicos de daño tisular:

 

a) Efecto mecánico

b) Invasión y destrucción celular

c) Reacción inflamatoria al parásito

d) Competencia para los nutrientes.

 

Los protozoos son organismos unicelulares con un complejo ciclo de vida que pasa por diferentes estadios y en ocasiones por diferentes hospedadores y/o hábitat. Casi todos presentan una forma de resistencia (quiste) en algún momento de su ciclo con una envoltura muy impermeable. Los quistes resisten las condiciones adversas como el bajo PH. El vehículo de transmisión puede ser el agua, los insectos, las plantas, los alimentos contaminados con restos fecales y a través de las manos, la carne cruda o insuficientemente cocinada también puede ser una vía de transmisión (24, 45).

 

Los protozoarios intestinales que se observan con mayor frecuencia son: Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, Cryptosporidium parvum y Blastocystis hominis.

 

La Entamoeba histolytica es la única ameba patógena para el hombre, y afecta al 5-10% de la población mundial. Se puede observar en cualquier parte del mundo, con una prevalencia entre el 0,5 y el 81%, presenta una distribución mayor en los trópicos y en zonas con condiciones socio-sanitarias deficientes. África, México, partes de Suramérica e India tienen problemas de salud significativos asociados a este parásito. La resistencia de la Entamoeba histolytica a los niveles de cloro de las aguas purificadas hace que estén presentes también en países industrializados. Éste parásito protozoo existe bajo dos formas, quiste y trofozoo ameboide (forma invasiva), que pueden invadir la pared intestinal y dar lugar a la amebiasis intestinal (24, 46).

 

La ameba se disemina a través de agua o alimentos contaminados con heces, lo cual es común en lugares donde los excrementos humanos se utilizan como fertilizantes. También puede diseminarse por el contacto con personas contaminadas, particularmente por contacto con el área bucal o rectal de una persona infectada. En los Estados Unidos, la amebiasis es común en personas que se involucran en relaciones sexuales anales y las que residen en instituciones. Existe un estimado de 50 millones de casos de amebiasis a nivel mundial, con 40.000 a 50.000 muertes al año (24, 46).

 

Las formas clínicas de presentación de la amebiasis son diferentes: (13, 46)

 

  1. Eliminación asintomática de quistes: La invasión tisular se produce tan sólo en el 2- 8% de los infectados, persistiendo el parásito como comensal en la luz del intestino.
  2. Diarrea aguda acuosa: Infección amebiana moderada que cursa con deposiciones blandas o líquidas, pérdida de agua y electrólitos que pueden agravar el cuadro.
  3. Colitis no disentérica: Con episodios recurrentes de diarrea (con moco y sin sangre), dolor abdominal y flatulencia.
  4. Disentería amebiana: Comienza de forma gradual, con dolor abdominal cólico, deposiciones frecuentes con moco, sangre y tenesmo, que se prolonga 1 ó 2 semanas con frecuentes recurrencias en pacientes no tratados.
  5. Colitis amebiana necrotizante fulminante: Más frecuentes en lactantes y niños pequeños, en países tropicales, en recién nacidos mal nutridos y en pacientes con SIDA existen casos graves con gangrena intestinal, peritonitis, obstrucción intestinal, perforación y hemorragias.
  6. Amebiasis extraintestinales: Con diseminación del parásito a diversos órganos internos como:

 

a)     Absceso hepático amebiano, que cursa con fiebre, dolor, distensión abdominal y hepatomegalia dolorosa.

b)    Amebiasis pulmonar, primaria o secundaria a la rotura de un absceso hepático.

c)     Amebiasis cerebral. Muy raros, únicos y de pequeño tamaño.

d)    Amebiasis cutáneas.

e)     Otros: úlceras ano-rectales, abscesos amebianos esplénicos y síndrome hemolítico- urémico.

 

La amebiasis invasiva se inicia con la colonización de la luz intestinal y la adhesión de los trofozoos a la capa de moco del colon. Las amebas proliferan y pasan a tejidos profundos. La invasión del intestino grueso por los trofozoos móviles se produce a nivel del ciego y colon ascendente dando lugar a la existencia de úlceras y a la formación de amebomas. En invasiones más profundas los trofozoos pueden penetrar las paredes de las vénulas mesentéricas y ser transportados por la circulación hasta el sistema portal y, de ahí, al hígado. Estos abscesos hepáticos pueden drenar hacia la cavidad pleural, el pulmón o el pericardio o pueden dar lugar a abscesos subdiafragmáticos, siendo rara la aparición de abscesos metastásicos. La acción citolítica de las formas invasivas produce unas ulceraciones en la mucosa digestiva, y la flora digestiva microbiana puede sobreinfectar secundariamente estas localizaciones necróticas (13, 46, 47).

 

La invasión amebiana induce la formación inmediata de anticuerpos específicos por parte del huésped, pero sin que se desarrolle una protección inmunitaria eficaz (reinfecciones). La inmunidad celular ejerce un papel protector; existe una correlación clínica entre el descenso de linfocitos T y el desarrollo de abscesos hepáticos amebianos, exacerbaciones de la colitis y megacolon tóxico sobre todo en SIDA (13, 46, 47).

 

La Cryptosporidiosis se trata de una zoonosis producida por el mismo protozoo que causa la diarrea epidémica en los animales. Es la tercera causa de parasitosis intestinal tanto en países desarrollados como en desarrollo, con distribución mundial y transmisión a través del agua, alimentos o fecal-oral. Center Disease Control and Prevention (CDC) estimó en los años ochenta, una prevalencia en pacientes con SIDA superior al 4% (14, 24, 45).

 

Los Cryptosporidium son coccidios protozoarios que invaden y se replican en el interior de las vellosidades que recubren el tubo digestivo y respiratorio de los animales vertebrados. Como todos los organismos productores de esporas (Isosporas, Cyclosporas y Microsporas), han aumentado de forma significativa su presencia con la aparición del SIDA; hoy en día pueden verse también en diarreas de pacientes inmunocompetentes. Se desconoce el mecanismo concreto por lo que el Criptosporidium produce la diarrea; los hallazgos histológicos no se corresponden con los de una enteropatía invasiva grave, ni con los de una diarrea mediada por toxinas y daño epitelial. Los microorganismos se hallan en los bordes en cepillo de las células epiteliales. En el intestino delgado podemos encontrar desde una histología normal a una enteropatía activa con atrofia vellositaria e infiltrado inflamatorio.


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