La parasitosis intestinal. Un serio problema medico-social. Revision Bibliografica
Autor: Dra. Erdie Cristina Santana Fonseca | Publicado:  29/12/2009 | Enfermedades Infecciosas , Gastroenterologia , Medicina Tropical | |
La parasitosis intestinal. Un serio problema medico-social. Revision Bibliografica .6

La “Teniasis” en si no sobrelleva gran peligro, la tenia como huésped no es especialmente molesto, pueden observarse síntomas gastrointestinales leves, como náusea, dolor abdominal o diarrea, nerviosismo, problemas para conciliar el sueño, falta de apetito, pérdida de peso. Muchos casos cursan sin síntomas y algunos expulsan segmentos de tenias en las evacuaciones. La Teniasis se suele contraer al ingerir carne cruda o poco cocinada con una larva enquistada (57).

 

Actualmente las medidas higiénicas y normas específicas para erradicar este parásito hace improbable “contaminarse” de este modo. El problema más grave se suele dar cuando la infección se da directamente por huevos de la taenia, de este modo una persona que padezca teniasis puede autoinfectarse o infectar a los demás con sus huevos. Estos huevos al ingerirse entran en el aparato digestivo donde se abren y las larvas migran a través del cuerpo buscando un lugar donde enquistarse provocando la llamada “Cisticercosis” esta afección puede llegar a ser especialmente peligrosa cuando la larva elige órganos vitales para desarrollar su ciclo, pudiendo causar en casos excepcionales la muerte (57).

 

La cisticercosis puede provocar grandes daños, por ejemplo si la larva se desplaza al cerebro puede causar convulsiones y trastornos equivalentes a un tumor cerebral, ocasionando el fallecimiento del paciente. Así mismo puede ocasionar ceguera si se asienta en los ojos, trastornos cardíacos en el corazón, si afectan la columna vertebral se pueden presentar trastornos de la marcha, dolor u otros síntomas neurológicos. Estos son casos normalmente poco frecuentes pues habitualmente eligen lugares menos “conflictivos” para su ubicación como los músculos, es por esto que habitualmente se contraía a teniasis al comer carne de cerdo o vacuno, la larva enquistada se encontraba en un músculo que se ingería con pocas medidas higiénicas y poco cocinado (57).

 

Actualmente es de obligado cumplimiento el realizar un examen al sacrificar un animal para el consumo humano, entre las pruebas que se realizan se comprueba que no estuviese infectado. Aún así se deben tomar medidas para ayudar a prevenir la infección dentro de las que se encuentran: evitar la ingestión de carne de res o de cerdo crudas o poco cocidas, lavarse las manos después de manipular carne de res o de cerdo, igualmente lavarse las manos después de defecar. Las evacuaciones de un paciente enfermo con tenias deberán ser eliminadas cuidadosamente, pues son contagiosas para humanos o animales y las personas que albergan el parásito deberán recibir tratamiento de inmediato (57).

 

En lo que respecta al diagnóstico del parasitismo intestinal se realiza por el cuadro clínico y por estudios coproparasitológicos. Las técnicas de diagnóstico coproparasitológico siguen siendo las de elección para el diagnóstico de las parasitosis intestinales. El diagnóstico se basa en la detección de los parásitos y huevos característicos en las heces mediante examen directo, técnicas de concentración y otras técnicas de diagnóstico parasicológico.

 

Obtención de la muestra (36).

 

• Método Directo

• Método de concentración:

 

Formol éter para quistes, huevos y larvas.

Sulfato de Zinc (Faust): para quistes y huevos, no operculados.

Técnica de Baerman - Lumbreras: para Balantidium Coli, Strongiloides.

Sedimentación en copa: para operculados (fasciola y Paragonimus).

 

Técnicas de diagnóstico parasitológico (36).

 

• Intradermoreacción - Montenegro: Leishmania.

• Inmunofluorescencia indirecta: para Trypanosoma Cruzi, Trypanosoma Gondi, Leishmania.

• Doble difusión en AGAR (Arco V): para hidatidosis.

• Inmunoelectroforesis: para hidatidosis (Arco V), fasciolasis (Arco II).

• Elisa en Mancha: para amebiasis, giardiasis, hidatidosis Enterotest.

 

Las muestras deben examinarse mediante una técnica de concentración. El montaje húmedo directo es muy útil para la detección de trofozoitos móviles de protozoos intestinales y larvas móviles. Es también útil para la detección de quistes de protozoos y huevos de helmintos. El tamaño es importante en la diferenciación de los parásitos y se determina en más exactitud con un micrómetro ocular calibrado. La cantidad y momento de recolección de muestras fecales depende un tanto del diagnóstico presuntivo. Es aconsejable examinar múltiples muestras antes de excluir parásitos. La recomendación general es recoger una muestra cada 2 o 3 días, con un total de 3 muestras (33, 58- 66).

 

En general no existe una técnica que sea completamente eficaz para el diagnóstico de todas las parasitosis intestinales y la técnica que se elija dependerá de cual sea el objetivo a diagnosticar. Por otra parte en ocasiones es tan o más importante la destreza del que realiza el diagnóstico que el tipo de técnica seleccionada. Los estudios han demostrado que los huevos de la mayoría de los parásitos están uniformemente distribuidos en la masa fecal debido a la acción mezcladora del colon. La distribución de formas protozoarias es más variable. Puede haber menos trofozoitos en la primera parte de una evacuación que en la última debido a que se han deteriorado durante su estadio en el colon inferior (33, 58- 66).

 

Las muestras deben examinarse macroscópicamente para determinar la consistencia (dura, formada, blanda o acuosa), el color y la presencia de anomalías tales como gusanos, mucus, sangre o pus. Si se buscan gusanos adultos o porciones de tenias, las heces deben ser cuidadosamente pasadas a través de un tamiz con agua. Los gusanos pequeños pueden ser difíciles de ver si se utiliza gasa (33).

 

Las parasitosis intestinales son un fenómeno dinámico, por lo que su frecuencia o prevalencia, así como los tipos de parásitos, son diferentes entre países, estados o comunidades. Un porcentaje elevado de la población es portador de parásitos en heces fecales aunque en la mayoría de los casos de forma asintomático (67).

 

En términos generales se considera que existen hoy en día en la población mundial 1110 millones de personas infectadas por cestodos, 240 millones por tremátodos y 3200 millones por nemátodos. De igual manera se acepta que del 20-50% de la población mundial se encuentran afectada por protozoos, incluidos los países desarrollados, por tal razón debemos comprender con exactitud la magnitud del problema (28, 68, 27).

 

Anualmente son infestadas en el mundo 1 000 millones de personas por Áscaris lumbricoides, 900 por Ancylostoma y 500 por Trichuris trichiura, que suelen ser los más comunes (26).

 

En América, donde predominan los países en vía de desarrollo, prevalecen los helmintos del tipo del Necator Americanus, Strongyloides stercolaris, Áscaris lumbricoides, Enterobius vermicularis y protozoarios como la Entamoeba histolytica y la Giardia son menos frecuentes (24- 26).

 

En los Estados Unidos de Norteamérica, la giardiasis es considerada la responsable de no menos de 4000 admisiones en hospitales cada año, mientras que otros la señalan como la infección intestinal por protozoos más frecuentes en la población mundial (17, 18).

 

En México y Colombia, la infestación por enteroparásitos como la Entamoeba histolytica alcanza el 50% de la población infantil, mientras que Chile del 18 al 20%. En este último, el 24% de los lactantes padecen giardiasis (47).

 

Otros trabajos realizados en Cartagena de Indias cita al parasitismo intestinal entre las 10 primeras causas de consulta entre los 5 y 14 años con un 14,5% entre el 2001 y el 2002 (69), así como en Costa Rica donde entre 10 y 14 años ocupa en los casos nuevos atendidos (53), o en El Salvador como la segunda causa general de consulta en San Miguelito durante el primer semestre del 2003 (70), y en Chile, planteándose que la morbilidad, acorde a la de los países subdesarrollados, está marcada en los primeros lugares por esta enfermedad (71).

 

En Guatemala el Parasitismo Intestinal ocupa uno de los primeros lugares como causa morbilidad a nivel nacional. En 1999 se registraron 154911 casos con una tasa de 15,1 por 1000 habitantes y 442 defunciones atribuidas a esta causa (72, 73). En el Departamento de Quiché, donde en el año 2002 la enfermedad representaba el 11,5% del total de consultas (74), actualmente se mantiene ocupando la cuarta posición de manera general, y dentro de los menores de 15 años, está entre las tres primeras enfermedades atendidas en consulta (75). Según los datos recogidos en las Memorias de Labores del territorio nacional, en el 2004 la enfermedad de forma general, ocupó el 5º lugar en el cuadro de morbilidad nacional (72).


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