Reflexiones: Una Perspectiva Antropologica, Personalista, Los Principios Introducidos por Jesus de Nazaret en la Medicina (El Amor, la ley Moral Nueva). Examinemos su Validez en la Practica Medica Moderna, Tecnologica y de la Postmodernidad. Primera parte
Autor: Dr. Juan Herrera Salazar | Publicado:  9/04/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Perspectiva Antropologica, Personalista. Principios Introducidos por Jesus de Nazaret Medicina .1

Reflexiones: Una Perspectiva Antropológica, Personalista, Los Principios Introducidos por Jesús de Nazaret en la Medicina (El Amor, la ley Moral Nueva). Examinemos su Validez en la Práctica Médica Moderna, Tecnológica y de la Postmodernidad. Primera parte.

Dr. Juan Herrera Salazar.Appointed Director del Proyecto del Centro de Bioética de la Universidad Juan Pablo II, Managua, Nicaragua.

Proemium

“Jesús de Nazaret, fue procesado por judíos y romanos, flagelado y sentenciado a muerte por crucifixión. … Sus muñecas fueron clavadas al patibulum, y luego de colgarlo al madero vertical, clavaron sus pies. La interpretación médica moderna de los eventos históricos indican que Jesús ya estaba muerto, cuando se le bajó de la cruz”.(JAMA 1986; 255:1455-1463).

Nosotros nos ocuparemos de presentar la influencia del pensamiento de Jesús en la medicina de los primeros siglos de nuestra era, su influencia y validez actual en la medicina moderna, tecnológica y de la postmodernidad.

Revisaremos el ejercicio de la Medicina antes de Cristo (mundo helénico y romano) y luego de la intervención de Jesús, introducción de sus principios (Amor, Ley Moral Nueva) a la práctica médica. Usaremos como fuente los evangelios, los Hechos de los Apóstoles, y los otros 22 libros del Nuevo Testamento, las referencias históricas, romanas, judías, no romanas y la tradición ética médica de su época.

Los primeros médicos cristianos, acogen la ética hipocrática, pero dan un salto cualitativo respecto a los médicos que siguen la tradición helénica del dualismo clásico platónico. Este dualismo antropológico, justifica el suicidio en muchos casos, la eutanasia e incluso la eliminación de los discapacitados. El médico cristiano, acoge una antropología que le permite ver de manera unitaria al hombre, como una unidad cuerpo-espíritu, considerado criatura de Dios, custodio corresponsable de la vida y el mundo frente al mismo Creador.

El mensaje fundamental de la Sagrada Escritura anuncia que la persona humana es criatura de Dios. Puesto al centro y al vértice de la creación. (Sal 139,14-18), (Gen1,27) “Imago Dei”, “Anima et Corpore Unus”.

El médico cristiano responsabilizándose de la vida y del jardín que le fue confiado, anticipa en dos milenios la visión, la exhortación explicitada con tonalidad catastrofística de Van Rensslaer Potter, de que cuidemos el planeta, publicada en 1970, (Bioethics, The science and survival), y que H. Jonas discute en 1979, en ámbito bioético europeo como “El principio de responsabilidad”, en su ética para una sociedad tecnológica.

El médico cristiano encarna la parábola del Buen Samaritano, si bien acoge la ética de la virtud, deja al personaje hierático de la medicina hipocrática, que por su rectitud, carácter fuerte, virtuoso, y demás características se sitúa sobre la ley.

El médico cristiano sigue el llamado de Jesús y se vuelve diácono, del que sufre, su servidor, como expresión de la comunidad que “tiene la obligación” de cuidar a sus hermanos, médico que asume la figura teológica del Cristo que asume la curación de la humanidad que sufre.

De manera que si el Evangelio establece el precepto que lo obliga a reconocer en el enfermo al “Christus patiens”, el médico se reconoce a sí mismo “Christus servus”.

La tradición médica hipocrática y galénica, la ética médica platónica y nicomáquea ven ante sus propios ojos, la introducción a la medicina del principio fundamental de su enseñanza el Amor, (Ley Moral Nueva), alrededor de la cual gravitan los otros principios que serán e incorporados a la práctica médica y elaborados como doctrina social en los siglos sucesivos.

Cabe resaltar que el Amor sirve de fundamento para el desarrollo en los siglos sucesivos de una medicina, que sigue su curso sobre dos ejes: uno vertical, dignidad de la persona humana, bien común, trascendencia, y otro eje horizontal relacional que mueve de manera dinámica, la persona-familia, (célula vital de la comunidad) a las comunidades en busca del bien común.

La conciencia moral está presente en el médico hipocrático, en el médico romano, (De Beneficiis, VI,16), Séneca, presenta el amor (amistad) que el mismo Platón en Lysis (217 a), “ el paciente se convierte en amigo de su médico a causa de su enfermedad ”.

Santo Tomás nos ayudará a dar una visión unitaria a nuestro escrito, él define la conciencia moral como la percepción de los principios de la moralidad (“ sindéresis ”), su aplicación a las circunstancias concretas mediante un discernimiento práctico de las razones y de los bienes, juicio concreto, sobre los actos médicos que va a realizar y o realizó.

La elaboración teológica de Santo Tomás, su doctrina de la persona humana, facilitará a nosotros médicos, reconocer su dignidad, que implica y exige la rectitud de la conciencia moral, que pretenden borrar del corazón humano, con los medios de comunicación masivos y especialmente en las escuelas de medicina, los grupos de poder económico político de la sociedad postmoderna, que pretenden que se enseñe y se de entrenamiento reglamentario en las facultades de medicina y eventualmente en las escuelas de enfermería, de las técnicas abortivas. (Ver proyecto de ley España) PSOE, Zapatero.

Teniendo en cuenta la dignidad y trascendencia de la persona nos aparecerá claro el itinerario recorrido por nuestra medicina, por nosotros como médicos, siglos antes de Jesús, hasta las novedades introducidas por Él, elaboradas y reelaboradas por los pensadores cristianos, desde diversos ángulos, a la luz de sus principios, válidos hoy más que nunca y de urgente aplicación, para curar la medicina tecnológica postmoderna.

Deseamos que estos apuntes nos sirvan para hacer una, reditio completa y a manera de síntesis propongamos un documento: racional, comprensible para el historiador y el filósofo, claro para el médico que ejerce una medicina científica, basada en la evidencia, desde el punto de vista gnoseológico, comprensible por cualquier biólogo, que se aproxime a las ciencias de la vida, no con una visión reduccionista de la misma, sino con un horizonte de sentido, que reconoce la dimensión espiritual de la medicina.

El documento que proponemos trata de ser objetivo, busca la verdad y el bien, escudriña los documentos históricos, que testimonian el quehacer ético del médico de la antigüedad e identifica las novedades introducidas por el Jesús histórico, y al mismo tiempo deja un espacio abierto a lo trascendente, para la reflexión teológica.

Haremos una exposición antropológica, presentando un Jesús histórico, que pone al hombre como punto de referencia cardinal, que es llamado a vivir en el Amor, para lograr el bien común y al médico a vivir de manera integral su profesión, con el cuerpo y el alma, con el corazón y la conciencia, el intelecto y la voluntad, para realizarse, siguiendo sus exhortaciones, válidas para todo hombre de buena voluntad y que para el universo cristiano, es precepto del Espíritu Paráclito, que vino a testimoniar la verdad y nos llama especialmente a los profesionales de la medicina, a defender en toda circunstancia la verdad y la vida. 

Queremos proponer un documento, que nos sirva para hacernos mejores médicos, en la modernidad y cada vez que seamos solicitados a satisfacer los deseos del paciente post-moderno, de manera que distingamos, sus necesidades y sus deseos lícitos o moralmente ilícitos y en este caso nos rehusemos a satisfacerlos.


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