Hemostáticos de celulosa oxidada regenerada. Este es un hemostático fibrilar absorbible de fácil uso que se adhiere fácilmente a las superficies hemorrágicas, conformando un sello temporal que facilita los procesos de cicatrización y no requiere ser extraído, ya que se absorbe en 1 o 2 semanas. Por sus ventajas es bastante utilizado en cirugías vasculares periféricas, oftalmología, cirugías cardiovasculares y neurocirugía. Sus principales inconvenientes son el costo y las reacciones granulomatosas que se presentan en raras ocasiones. Además su uso se restringe a cirugías limpias, pues en presencia de infecciones representa un alto riesgo para el paciente por convertirse en medio de cultivo para microorganismos.
Hemostáticos microfibrilares de colágeno. Al igual que el anterior, se recomienda en procedimientos en que las técnicas de hemostasia por ligadura, sutura o cauterización no son apropiadas. Actúa por simple efecto mecánico al colocarse en el punto hemorrágico y carece de cualquier tipo de interacción con el proceso de cicatrización y hemostasia normal del individuo. Por la simplicidad de su funcionamiento y la comodidad de su uso puede aparentar ser una técnica muy segura y útil pero en realidad su uso está lleno de contraindicaciones que junto con su costo, lo postulan como una segunda opción. Está contraindicado para: el afrontamiento de piel porque dificulta el proceso de cicatrización y produce pésimos resultados estéticos; su uso en periostio por su mala adherencia, aunque se ha reportado que podría disminuir la presentación de callos óseos.
No puede ser utilizada en vasos arteriales con hemorragia pulsante; sólo puede ser utilizada en superficies previamente secas, para garantizar su adherencia a las paredes; además se desconocen las implicaciones de su uso a largo plazo. Ha mostrado ser poco efectivo en pacientes heparinizados o con alteraciones plaquetarias. Por su origen bovino pueden producir reacciones de rechazo. Tiene efecto de masa y comprime estructuras vecinas, ya que incrementa su volumen al absorber líquidos. No se conocen las implicaciones de su uso en niños ó mujeres embarazadas. Por todas estas razones se debe realizar una minuciosa valoración del riesgo y el beneficio antes de utilizar la técnica.
La transfusión de sangre y sus componentes es un proceder terapéutico de uso frecuente por parte prácticamente de todas las especialidades médicas, sin embargo esta práctica tiene posibilidad de provocar diversas reacciones no deseables que puedan ser causadas por componentes celulares o no de la sangre, anticoagulantes o aditivos incorporados a esta, iatrogenia en el proceder transfusional o transmisión de enfermedades del donante al receptor.
Las reacciones postransfusionales son los diferentes efectos adversos provocados o inducidos por una transfusión de sangre o sus componentes en su receptor que pueden ser ligeros como el rubor y la febrícula o graves como la coagulación intravascular diseminada, la falla renal aguda y la muerte. Estas se pueden clasificar en inmediatas y tardías de acuerdo con el momento de aparición de los síntomas y signos, inmunológicas no inmunológicos de acuerdo con los mecanismos fisiopatogénicos que intervienen en su producción. Al considerarse las inmediatas las que ocurren durante el acto de transfusión u horas después y las tardías las que ocurren en días semanas o meses después del acto transfusional.
Se define como reacción postransfusional inmunológica aquella reacción en cuya fisiopatogenia interviene la generación de una respuesta inmune de tipo humoral, celular o ambas, dirigidas contra elementos constituyentes de la sangre. La reacción no inmunológica aquella reacción en cuya fisiopatogenia no intervienen los mecanismos de respuesta inmune.
Clasificación
Reacciones postransfusionales inmediatas inmunológicas:
1. reacción transfusional hemolítica inmediata
2. Reacción febril no hemolítica
3. Atopía
4. Anafilaxia
5. Daño pulmonar agudo relacionado con la transfusión
Reacciones postransfusionales tardías de tipo inmunológico:
1. Reacción transfusional hemolítico retardada
2. Reacción de injerto contra huésped
3. Púrpura postransfusional
4. Aloinmunización
Reacciones postransfusionales inmediatas no inmunológicas:
1. Hemólisis no inmunológicas
2. Sobrecarga de volumen
3. Sobrecarga de citratos
4. Sobrecarga de potasio
5. Transfusión de sangre infectada
6. Efectos de sustancias vasoactivas
7. Reacción secundaria de pirógenos bacterianos y endógenos.
8. Hipotermia
9. Flebitis
10. Transfusión de materias extrañas, aire, agregados, fragmentos de piel y plásticos.
11. Coagulopatía postransfusional masivas
Reacciones tardías no inmunológicas:
1. Hemosiderosis
2. Las infecciones transmitidas por la sangre.
De todas las complicaciones haremos un apartado para la transfusión de sangre infectada, ya que en las revisiones analizadas constituye a nivel mundial la complicación más reportada desde 1940 hasta nuestros días. Se conoce un determinado número de virus transmitidos al receptor a partir de las transfusiones de sangre y sus derivados como: Hepatitis (A, B, C, D, E y G), VIH 1 y 2, Citomegalovirus, virus de Epstein Barr, virus Linfotrópico Humano T, virus del herpes humano 6, virus del herpes humano 8, Parvovirus B19, virus del oeste del Nilo, virus del síndrome respiratorio agudo severo. Aunque evidentemente los virus son los agentes biológicos que mayormente se transmiten otros también lo hacen en menor proporción como las bacterias: Yersinia enterocolitica, Pseudomona fluoroscens, Salmonella sp, Enterobacter aglomerans, Stafilococo aureus coagulasa positivo, Stafilococo epidermidis coagulasa negativo, Serratia marcenses, Treponema pallidum, Borrelia burgdorferi. Así como protozoos, helmintos y priones, entre ellos: Plasmodio sp, Tripanosoma crusi, M. Bancrofti, Leishmania donovani, Tripanosoma gambiensi, Toxoplasma gondii, W. bancrofti, y enfermedad de Creutzfeld-Jacob. (29,30)
CONCLUSIÓN
Se realiza revisión de las estrategias para optimizar el abordaje transfusional del paciente quirúrgico, que incluyen: la implantación de políticas transfusionales restrictivas, la reducción de los requerimientos transfusionales o el empleo preferente de sangre autóloga.
Se clasifican las reacciones postransfusionales más frecuentes de forma práctica teniendo en cuenta momento de aparición y relación con el sistema inmunológico.
BIBLIOGRAFÍA
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