Caracterizacion clínico-epidemiologica del parasitismo intestinal en menores de 18 años
Autor: Msc. Dr. Rafael Hipólito Domínguez de la Torre | Publicado:  13/09/2010 | Microbiologia y Parasitologia , Pediatria y Neonatologia , Gastroenterologia | |
Caracterizacion clínico-epidemiologica del parasitismo intestinal en menores de 18 años .5

III. Trematodos

Los trematodos son parásitos helmintos con un cuerpo aplanado en forma de hoja (foliácea), otras características principales de este grupo serían:

- Son hermafroditas excepto los del género Schistosoma.
- Tiene dos ventosas, por lo cual se les ha denominado dístomas.
- Sistema digestivo incompleto.

Aunque se han registrado más de 200 especies que afectan al hombre la mayoría de éstas han sido reportadas en la región asiática del planeta.

Principales especies intestinales que afectan al hombre:

- Fasciola hepática
- Fasciolopsis buski
- Heterophyes Heterophyes.

Los Protozoos son organismos eucariontes, unicelulares, y microscópicos.

Las lesiones que provocan dependen de la especie y de la cepa del parásito, del lugar en que se localizan en el intestino, así como del estado inmune del huésped. Generalmente tienen dos formas de vida, una móvil, o vegetativa que se conoce como trofozoíto y otra de resistencia que se conoce como quiste (3, 43,51-53):

Las estructuras de estos microorganismos consisten en una membrana que limita y protege al parásito, permitiendo el intercambio de sustancias con el medio, el citoplasma y el núcleo (3, 43,51-53):

Clasificación de los protozoarios Intestinales (3, 43,51-53):

- Flagelados: Giardia lamblia
- Ameboideos: Entamoeba histolítica,
- Blastocystis hominis
- Ciliados: Balantidium coli
- Coccidios: Cryptosporidium parvum, Cyclospora cayetanensis, Isospora belli.

Las técnicas de diagnóstico coproparasitológico han sufrido pocas variaciones en los últimos 50 años, pero siguen siendo las de elección para el diagnóstico de las parasitosis intestinales, tanto por su bajo costo, como por su relativa sencillez; sin embargo, la identificación de las diferentes estructuras morfológicas, requiere de un buen entrenamiento por parte del laboratorista que ejecuta el diagnóstico.

En general no existe una técnica que sea completamente eficaz para el diagnóstico de todas las parasitosis intestinales y la técnica que se elija dependerá de cuál sea el objetivo a diagnosticar. Por otra parte en ocasiones es tan o más importante la destreza del que realiza el diagnóstico que el tipo de técnica seleccionada (3,43, 51-53).

Muchos de los parásitos intestinales más comunes coexisten con el huésped humano sin causar manifestaciones. Algunos son simples comensales. Pero en los estudios recientes se ha puesto de manifiesto la trascendencia clínica de las infestaciones en pacientes con malnutrición en países subdesarrollados o en inmunodeprimidos. La clínica de las parasitosis intestinales es diversa, oscilando desde la ausencia de síntomas hasta la sintomatología digestiva o sistémica grave. Los países o zonas con menor nivel socioeconómico son las que padecen fundamentalmente las infecciones por parásitos intestinales, son varios factores los que condicionan un aumento de la prevalencia de estas infecciones globalmente: la inmigración y la adopción de niños del tercer mundo, la presencia de inmunosupresión primaria o adquirida sobre todo SIDA o trasplantes, los cuidados a niños en guarderías o instituciones de deficientes mentales y de enfermos psiquiátricos crónicos, la falta de medidas sanitarias, el nivel de pobreza, el abandono en que se encuentran grandes masas de la población, las comunicaciones áreas y marítimas entre los países que a pesar de los avances tecnológicos facilitan la contaminación a países en los cuales existen desarrollo y medidas higiénico-sanitarias adecuadas, los que han visto aparecer el Parasitismo en forma creciente en su población (54,55)

El aumento de las parasitosis intestinales obliga a tener conocimiento de estas enfermedades y su tratamiento, diversos factores deben ser tenidos en cuenta al usar antiparasitarios, hay que tener en cuenta las resistencias de los mismos y conocer sus contraindicaciones. Desde un punto de vista práctico, en Estados Unidos han visto que la administración de Albendazol a todos los inmigrantes ahorra vidas y dinero, aunque también un screening de las heces salvaría vidas, pero el costo-beneficio es menor. Pero quizá este uso indiscriminado puede llevar a crear resistencias a este antiparásito. Esta práctica en ocasiones se realiza en zonas endémicas para geohelmintos (56,57).

La prevalencia e intensidad de la infección están asociadas a mayor riesgo de morbilidad y tienden a ser elevadas principalmente en la población en edad escolar. Las deficientes condiciones sanitarias (ambientales, de infraestructura y educación) predisponen a esta población a un mayor riesgo de infección por helmintos y protozoarios lo cual repercute en el estado nutricional. Una de las formas más comunes de adquirir la infección por helmintos es la geofagia, que ha sido asociada con un riesgo incrementado de reinfección con Áscaris lumbricoides y posiblemente con
Trichuris trichiura (3, 43,51-53).

La compleja situación que presenta el parasitismo intestinal y su relación inversa con las condiciones socioeconómicas de la población plantean una difícil solución al problema, por cuanto está demostrado que la quimioterapia por sí sola no puede resolverlo (3,43, 51-53, 56,57).

Los nuevos modelos de protección y promoción de salud así como la prevención de enfermedades que acercan a una integración de los problemas de salud llevan a considerar las determinantes biológicas, genéticas así como los factores socioeconómicos y le dan un lugar especial al medio ambiente en que viven las personas con su amplia variedad de comportamientos, expectativas y roles que las estructuras sociales asignan al hombre, la mujer y al niño, por lo que es necesario para el éxito de esta lucha que se brinde el saneamiento del medio y mejoras de las condiciones socioeconómicas de la población, de manera que sea factible hábitos y costumbres que favorecen la transmisión de esta entidad (58-64).

A pesar de las múltiples investigaciones realizadas, no resulta fácil calcular la magnitud del problema y la trascendencia del parasitismo intestinal a través de indicadores epidemiológicos tales como: tasas de morbimortalidad, debido a que la mayoría de ellos no causan la muerte como causa básica, ni tampoco resulta fácil reconocer su morbilidad (65).

De lo anteriormente expuesto se deriva la relevancia de todas las acciones destinadas a sanear el entorno, cobrando particular significación la desinfección del agua de consumo, se debe insistir en que la alta incidencia de enfermedades relacionadas con los abastecimientos de agua, la higiene y el saneamiento, son expresiones de los estilos y las condiciones de vida que existen en el hemisferio (62).

Bansal y colaboradores en su estudio sobre la relación del parasitismo con las condiciones socioeconómicas, plantearon que la elevada prevalencia de parasitosis intestinal encontrada por ellos no sólo obedeció a factores ecológicos, sino también a factores socio-sanitarios, condiciones económicas deficientes y bajo nivel educativo. Todo esto engloba lo que ha sido llamado por algunos autores la etiología social de las parasitosis intestinales (66): el aumento demográfico y de la creciente urbanización de poblaciones marginales, caracterizadas por: Viviendas insalubres, desprovistas de agua potable, de red de alcantarillado y otros sistemas básicos de higiene urbana y la ignorancia de la mayoría de los individuos respecto a la higiene individual y familiar, por sus hábitos y actitudes perniciosas para la salud, tanto de su grupo familiar como de la comunidad, han agravado este problema.


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