Caracterizacion clínico-epidemiologica del parasitismo intestinal en menores de 18 años
Autor: Msc. Dr. Rafael Hipólito Domínguez de la Torre | Publicado:  13/09/2010 | Microbiologia y Parasitologia , Pediatria y Neonatologia , Gastroenterologia | |
Caracterizacion clínico-epidemiologica del parasitismo intestinal en menores de 18 años .8

Se han encontrado criterios dispares en la literatura, como Mumtaz S y colaboradores, quienes concluyeron en un estudio realizado en Karachi, que la prevalencia de parasitismo intestinal es más alta en niños menores de 5 años. Asimismo, identificaron como principales factores contribuyentes el no lavado de manos, tomar agua no purificada y el hábito de comer tierra (68).

Con relación al sexo se puede apreciar que excepto en el grupo de 10 a 14 años, el masculino predominó en casi el doble de frecuencia en cada uno de ellos, esto corrobora lo planteado por la gran mayoría de los autores, donde significan que el sexo masculino, predomina en estos enfermos por parasitosis, pero para otros en menor proporción lo ha sido el sexo femenino (2,11, 69)

Acosta, Cazorla y Garvett en el estado Falcón en septiembre del 2002, plantearon que el parasitismo intestinal es más frecuente durante la infancia sobre todo en el período escolar, por haber más oportunidades de contacto con el medio y un menor nivel inmunológico (70).

En un estudio en niños del valle de Mantaro en Perú (71) se planteó que la prevalencia e intensidad de la infección está asociada con mayor riesgo de morbilidad y tiende a ser alta principalmente en la población escolar. De igual manera Castillo Núñez en su estudio en una población infantil de Guantánamo planteó que la mayor cantidad de niños parasitados se encontraban entre los 4 y 9 años (64).

Tabla 2: Distribución de los pacientes según el tamaño de la familia. Comunidad “12 de Octubre”. Petare. Caracas. Enero a diciembre de 2007. 

epidemiologia_parasitismo_intestinal/volumen_familia

En la presente Tabla, se significa que del total de pacientes diagnosticados como enfermos parasitados, el mayor número de ellos, 40, pertenecen a familia clasificadas como de Medianas.

Otros estudios concuerdan que la presencia de familias numerosas, hacinamiento, deficientes condiciones de la vivienda, la mala calidad de agua de consumo, asociado a los malos hábitos higiénicos, entre otros, favorecen la presencia del parasitismo intestinal (72,73).

Solano R y colaboradores, del Centro de Investigaciones en Nutrición “Eleazar Lara Pantin” (CEINUT) de la Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo, en su estudio: Asociación entre pobreza e infestación parasitaria intestinal en preescolares, escolares y adolescentes del sur de Valencia estado Carabobo-Venezuela, observaron asociación significativa entre el número de personas por hogar y el tipo y número de parásitos. Se encontró predominio de protozoarios en grupos familiares de hasta 5 personas (56,6%) y de helmintos en familias de más de 5 personas (78,6%), con predominio del poliparasitismo en grupos familiares de más de 5 personas por hogar (53,6%). Las diferencias fueron estadísticamente significativas en relación a la presencia de Entamoeba coli, Áscaris lumbricoides y Blastocystis hominis y el número de personas por hogar, siendo el grupo familiar de más de 5 personas el más afectado (51,5%, 90%, y 55,6% respectivamente) (74-78).

El hacinamiento es una forma frecuente de la convivencia en familias de escasos recursos económicos, en este estudio se encontró una asociación significativa entre poliparasitismo y la presencia de más de 5 personas por vivienda, lo que conlleva a una mayor transmisibilidad de las infecciones por parásitos (75).

Tabla 3: Distribución de los pacientes según el tratamiento del agua de consumo. Comunidad “12 de Octubre”. Petare. Caracas. Enero a diciembre de 2007. 

epidemiologia_parasitismo_intestinal/tratamiento_agua

Resulta innegable que jugar con tierra, comer alimentos naturales sin lavar y no hervir el agua de consumo, se ven asociadas con elevadas tasas de parasitismo intestinal por favorecer la transmisión de las parasitosis intestinales, al contribuir por estos mecanismos al cierre de los ciclos de vida de los enteroparásitos, y que esos malos hábitos higiénicos podrían garantizar las infecciones repetidas en la niñez (6,44).

En la transmisión de las parasitosis intestinales, el agua puede ser muy importante, como vehículo principal de la transmisión, especialmente para los enteropatógenos que no requieren de ciclos de maduración en el suelo u hospederos intermediarios, como es en el caso específico de los comensales y protozoos intestinales patógenos (79,80). Una manifestación de la importancia del agua como medio de transmisión es la ocurrencia de frecuentes brotes de transmisión hídrica (6,81). En el estudio se encontró que 43 de las familias de esta comunidad no trataban el agua de consumo, la misma procede en su mayoría de acueducto, pero no se le realizaba un tratamiento adicional en casa más confiable que garantice su potabilidad.

Numerosos trabajos de investigación relacionan el consumo de agua hervida o no tratada, o simplemente su mala calidad con la parasitosis, sobre todo protozoaria (79,82-84), tanto así que el consumo de agua sin hervir representó el único factor asociado estadísticamente a la infección por B. hominis en un estudio realizado en Lima, Perú (85). Pocos no han podido establecer esta asociación, lo que permite entrever que la prevalencia está en relación con las condiciones socio-económicas, y las tasas más altas de infección ocurren en áreas poco higiénicas. (86,87). No obstante algunos consideran que la filtración a nivel domestico, no garantiza la eliminación del parásito, por el contrario, que el agua para ser considerada como sanitaria debe ser sometida a procesos de cloración, porque la filtración, no actúa sobre algunas formas parasitarias presentes en ella (81). Pero se debe señalar que el agua hervida (agua en ebullición por 5 a 10 minutos) garantiza la destrucción de todas las formas vegetativas y de muchas esporas presentes, aunque otras pueden sobrevivir, pero no es el caso de los protozoarios, que no forman esporas.

En todo caso el abastecimiento de agua potable, es parte indispensable del conjunto de servicios básicos para proteger la salud (81).

Tabla 4: Distribución de los pacientes según presencia de vectores. Comunidad “12 de Octubre”. Petare. Caracas. Enero a diciembre de 2007. 

epidemiologia_parasitismo_intestinal/presencia_vectores

En la tabla 4 se observa que en 51 de las viviendas de los niños parasitados existían vectores, por lo que se considera es un factor de riesgo importante en la transmisión de las enfermedades parasitarias de la comunidad en estudio. Esto es corroborado por lo planteado por algunos investigadores, los cuales han significando Igual hallazgos, como por ejemplo Ortiz (88) señala la presencia de nematodos y giardias en niños donde en sus viviendas había alta incidencia de artrópodos y roedores. Este fenómeno demuestra que la convivencia de roedores y el alto índice de vectores guardan relación en la transmisión de parásitos intestinales de animales al hombre comportándose como una zoonosis.


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