Caracterizacion de valores etico-profesionales en estudiantes del Programa de Formacion de Medicina Integral Comunitaria durante la practica docente
Autor: Lic. Michel Caballero Pernas | Publicado:  21/10/2010 | Formacion en Ciencias de la Salud , Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Valores etico-profesionales estudiantes Medicina Integral Comunitaria practica docente .2

El sistema de valores de la profesión médica es el conjunto de preceptores morales que guían el sentido y orientación de la actividad médica, a la vez que regulan positivamente la relación médico-paciente y dentro de sus funciones permite indicar la orientación y sentido humano y científico de la Medicina: preservación de la vida y la salud, luchar por el bienestar humano y el mejoramiento de la calidad de vida, establecen la significación social de la actividad médica, preserva la continuidad y progreso de la tradición médica como una importante conquista de la humanidad y sistematiza el conocimiento y la práctica médica. 4

Dentro de los valores de la medicina están los valores morales que designamos como tal la significación social positiva de las normas, principios, ideas y costumbres que regulan la conducta humana. 5

Dentro de ellos se encuentran la sensibilidad, solidaridad, amor al prójimo, honestidad, responsabilidad, valentía, respeto, confidencialidad, patriotismo, legalidad, identidad y otros. 5
Esta necesidad no se circunscribe solamente a nuestra nación ya que prestigiosas figuras en el ámbito internacional, por ejemplo, han expresado:

"Educar en valores humanos para que los médicos elijan las metas, las prioridades y medios en la elaboración de una estrategia de política sanitaria en una comunidad e incluso nación", al decir de una autoridad en el campo de las Ciencias Médicas internacionalmente, como Bankowski. 6


Cada día las sociedades demandan con más fuerza a las Universidades la formación de profesionales competentes. La calidad en la formación profesional depende no sólo de los conocimientos y habilidades que desarrolle en el currículo universitario sino también de los intereses y valores que regulan su actuación profesional. El amor a la profesión, la responsabilidad, la honestidad constituyen valores esenciales reguladores de la actuación de un profesional competente. La formación de valores constituye un problema pedagógico complejo solamente comprensible a partir de un análisis psicológico de la naturaleza del valor en su función reguladora de la actuación humana. 6

Tanto los valores más trascendentes para una sociedad como la igualdad, la justicia y la solidaridad, como los valores más específicos, en el orden profesional como el amor a la profesión y la responsabilidad, son reflejados por cada persona de manera diferente en función de su historia individual, de sus intereses y capacidades; quiere decir que no siempre los valores jerarquizados oficialmente por una sociedad como los más importantes (existencia objetiva del valor) son asumidos de igual manera por los miembros de la sociedad (existencia subjetiva del valor). Esto ocurre porque la formación de valores en lo individual no es lineal y mecánica sino que pasa por un complejo proceso de elaboración personal en virtud del cual los seres humanos, en interacción con el medio histórico-social en el que se desarrollan, construyen sus propios valores. 7

La formación de valores en el currículo universitario no se limita a un proceso simple, lineal y homogéneo de transmisión de información del profesor al estudiante, donde el estudiante es un ente pasivo en la recepción de significados, sino que se produce en un proceso complejo de comunicación entre profesores y estudiantes, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde el estudiante asume una posición activa en la apropiación individual de los significados para la construcción de sus valores. 7

Sólo creando espacios de reflexión en el proceso de enseñanza-aprendizaje en los que el estudiante aprenda a valorar, argumentar sus puntos de vista, defenderlos ante los que se oponen a ellos, en los que el estudiante tenga libertad para expresar sus criterios, para discrepar, para plantear iniciativas, para escuchar y comprender a los demás, para enfrentarse a problemas con seguridad e independencia, para esforzarse por lograr sus propósitos, espacios en el proceso de enseñanza-aprendizaje en los que sean los docentes universitarios guías de sus estudiantes, modelos de profesionales, ejemplos a imitar, sólo en estas condiciones se estará contribuyendo a la educación de valores del estudiante universitario. 7

Debido al ingreso a un rápido proceso de industrialización, la medicina está siendo sometida a los criterios de productividad que caracterizan a cualquier industria. La aparición de numerosos tipos de organizaciones que actúan como interfases entre el paciente y el médico, algunas sin fines de lucro, la mayoría destinada a dar ganancias, interfiere con la autoridad del médico, con su trabajo, con su remuneración y, en última instancia, con la naturaleza misma de la atención que presta. 7

Estos profundos cambios en el contexto social, que transforman la actividad profesional, amenazan también a la educación médica porque atentan contra los valores centrales de nuestra profesión, sin embargo, la respuesta a la dolencia humana no siempre provendrá de la búsqueda de sus causas genéticas, es decir, de la aplicación de un enfoque reduccionista. Es preciso tener en cuenta los múltiples y complejos determinantes de la enfermedad, lo que debería reflejarse en la formación de nuestros estudiantes. 8

Uno de los mayores desafíos que plantea la formación del médico reside en el hecho de que debe atender el amplio espectro del saber humano que se extiende desde las moléculas hasta la comunidad. Como es bien sabido, las escuelas de medicina en algunos países de Latinoamérica no siempre están a la altura de tan ambiciosas expectativas y, con frecuencia, quienes las frecuentan adquieren, en el mejor de los casos, solo una cierta competencia técnica en los aspectos biológicos. En general, los alumnos no se apropian de una visión del hombre y del mundo, que debería ser el rasgo característico que imprima una buena universidad. 8

Se puede considerar entonces que en los países de América Latina se sigue hablando de la necesidad de la voluntad política de que las universidades fomenten el pensamiento generalista en el médico, brinden una educación médica que no responda al mercado sino al servicio de la vida y tomen el compromiso social como base para el desarrollo integral del ser humano, con un fortalecimiento del sentido de solidaridad como profesionales de la salud, en un sistema cuyas regulaciones no se basen en los flujos de dinero. 8

La Universidad Médica en América Latina y en el mundo tiene hoy la misión de formar profesionales capaces de asegurar la continuidad histórica de un sistema de salud cuyos servicios no son mercancía y los que la reciben no son clientes. La justicia, la independencia y la solidaridad son parte de la realidad objetiva y constituyen el núcleo esencial de las conquistas que justifican una resistencia de más de 40 años frente a un sin número de dificultades y agresiones. El problema fundamental es lograr la preservación de las conquistas alcanzadas en un contexto en el que, a la situación internacional ya referida, se suma una complicada etapa del desarrollo sociopolítico interno marcada por la gravedad de la crisis económica, en la que el sistema de salud también ha sufrido los embates de las dificultades y restricciones de recursos, pero no por esto se ha de bajar la guardia para no permitir la formación de médicos y personal de la salud con altos valores ético- profesionales. 8

Cuba, es un gran ejemplo para Latinoamérica y el mundo pues tiene muy bien organizada la formación de valores en las nuevas generaciones a través de un sistema de actividades que se inician en edades muy tempranas en los círculos infantiles y en los programa “Educa a tu hijo”, extendiéndose en sistema hasta los estudios universitarios. Esto permite el desarrollo armónico y multilateral de la personalidad que requiere la sociedad socialista. 8

Cuando triunfó la Revolución, en 1959, se produjo un cambio de política radical. El derecho a la salud y el deber del estado de garantizarla, dándole una orientación predominantemente profiláctica a la atención médica y haciéndola gratuita, fueron factores determinantes. En la cita escrita por el Ministerio de Educación Superior plantean una frase referida a que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en conferencia magistral ofrecida en el Aula Magna de la Universidad de Venezuela, expresó “una Revolución solo puede ser hija de la cultura y las ideas, es por lo tanto un producto de la participación consciente del hombre en la transformación de las condiciones materiales de su existencia”. Visto el problema desde este ángulo, la conciencia social tiene una determinación histórica concreta dada por las condiciones materiales derivadas de las relaciones y modos de producción imperantes en cada formación económico-social y a su vez en ella se sintetiza la herencia de lo más avanzado del pensar, el sentir y el soñar de las generaciones anteriores. 8


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar