Bases organicas de la religion
Autor: Gustavo Rangel Carredano | Publicado:  25/10/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Otras Especialidades | |
Bases organicas de la religion .3

Como puede apreciarse en este planteamiento se estimula a que el médico además de informar al paciente del alcance real de su enfermedad, le promueva un sentimiento de aceptación de la misma, vista como algo que es enviada por Dios que quiere y puede obtener el bien del mal, este planteamiento creemos no favorece la acción del médico ni la reacción del paciente ante su enfermedad, que vista de esta forma es un mal que debe ser aceptado como designio divino. A todo lo señalado anteriormente se le añade la atención a la familia del enfermo, a través de consejo orientación y apoyo. Coincidimos totalmente con estos criterios, pues realmente esto es una problemática del mundo desarrollado que en ocasiones no ve al hombre como un ser integral y que por lo tanto necesita que insiste más en este sentido, y se logre la aplicación de los principios éticos establecidos a tal fin.

1.5. Donación y trasplante de órganos.

Tema controversial ante cualquier creencia religiosa, la iglesia se muestra en total acuerdo en la utilización de las técnicas más modernas de los trasplantes de órganos usados en beneficio de mitigar el sufrimiento humano, donde enunciamos algunas de sus consideraciones (15).

Los órganos extraídos pueden provenir a donador vivo o de cadáveres. En el primer caso la extracción es lícita con la condición de que se trate de la recepción de órganos que no implique una grave e irreparable disminución para el donador. En el segundo caso es necesario tener la absoluta certeza de estar en presencia de un cadáver. Para que una persona sea considerada cadáver es suficiente la comprobación de la muerte cerebral del donador. No todo los órganos son éticamente donable se excluyen el encéfalo y las gónadas que dan las respectivas identidades personal y procreativa del hombre. (15)

1.6. Aborto.

La posición de la iglesia con respecto al aborto es claramente conocida, la inviolabilidad de la persona humana desde el momento de la concepción, prohíbe el aborto como supresión de la vida prenatal, esta es una directa violación del derecho fundamental de la vida del ser humano y constituye un abominable delito.

Es también acto abortivo el uso de fármacos o medios que impidan la implantación del embrión fecundado o que provocan la separación precoz, coopera con la acción abortiva, el médico que con pleno conocimiento prescribe o aplica tales fármacos o medios (16). Cuando el aborto viene como consecuencia previstas pero no mencionada ni querida, simplemente tolerada de un acto terapéutico inevitable para la salud de la madre, éste es moralmente legítimo (18).

La iglesia al referirse al aborto y el profesional de salud señala: “En presencia de una legislación favorable al aborto, el agente a la salud debe oponer su civil pero firme rechazo. El hombre no puede jamás obedecer una ley intrínsecamente inmoral y este es el caso de una ley que admitiese en línea de principios la licitud del aborto. La conciencia del bien inviolable de la vida y de la ley de Dios que la tutela, antecede a toda ley positiva humana. Cuando esta la contradice, la conciencia, afirma su derecho primario, y el primado de la ley de Dios” (16). Como se puede apreciar la posición de la iglesia con respecto al aborto es tajante e inflexible, incluso llegan a considerar algunos medios anticonceptivos como ilícitos por considerarlos abortivos. Llaman a la rebelión contra las leyes en aquellos países en que esté aprobado el aborto.

Este es un aspecto muy serio que interfiere incluso con la formación que reciben nuestros estudiantes en los centros educación médica. En nuestro caso, hemos encontrados estudiantes que pertenecientes a esta religión manifiestan clara y públicamente su adhesión a este principio de la iglesia católica limitándose incluso las posibilidad de realizar la especialidad de obstetricia y ginecología.

Estamos plenamente de acuerdo en que se debe hacer una mayor promoción de salud para evitar el uso del aborto como un método anticonceptivo, pero consideramos que en muchas ocasiones el aborto está plenamente justificado por razones biológicas, psicológicas y sociales.

Ante estas posiciones expuestas anteriormente resulta obvio que el Médico y Enfermera de Familia deben ampliar su cultura en este sentido para poder comprender las diversas formas de enfrentamiento a estos problemas por parte de las personas y familias que atienden y, a partir del respeto a sus creencias, ofrecerles toda la información necesaria de las ventajas y desventajas de las propuestas que se les hace, para que puedan elegir libre y responsablemente la mejor opción. Los gerentes de salud también deben ampliar su cultura para que puedan ofrecer un trato respetuoso a sus subordinados creyentes y, al propio tiempo, evitar que alguno de estos últimos pueda transgredir el respeto debido a las personas no creyentes, tratando de imponerles criterios desde su propia moral religiosa No obstante existen personas que en su afán religioso han atentado contra su salud.

No nos gustaría cerrar esta sección sin antes destacar que la religión no siempre ha tenido una posición inconsecuente con los principios y el avance medico y esto se hace palpable en la actualidad donde la iglesia católica ha tenido una posición consecuente que ha propiciado la adopción de algunos criterios, posiciones y principios más en consonancia con estos avances.

Juan Pablo II en un discurso ocasión del 120 aniversario de la fundación del Hospital Bambino Gisu el 18 de marzo de 1989 decía; ¨Vosotros sabéis cuán estrecha relación, cuanta analogía, cuanto intercambio existe entre la misión del sacerdote de una parte y la del trabajador de la salud de otra. Todos están dedicados en diverso título a la salvación del hombre, al cuidado de su salud, a liberarlo del mal, del sufrimiento y de la muerte, a promover en él la vida, el bienestar y la felicidad¨. En estas palabras del Papa se evidencia una coincidencia en el interés que promueve tanto la iglesia como nuestras instituciones de salud de librar al hombre del sufrimiento, de la muerte, y promover en él la vida y el bienestar.

Por otra parte la iglesia considera el servicio a los enfermos como parte integrante de su misión. La iglesia ha mirado siempre a la medicina como un soporte importante de la propia misión redentora cuando se confronta con el hombre, el servicio al espíritu del hombre no puede efectuarse plenamente sino poniéndose como servicios a su unidad psicofísica. La iglesia sabe bien que el mal físico aprisiona el espíritu así como el mal del espíritu somete al cuerpo. (16) En esta concepción de la iglesia está implícito a nuestro modo de ver al hombre en su unidad psicobiológica, sin embargo no llega a verlo como un ente social.

2. Puente entre religión y ciencia

2.1. Bases genéticas de la Fe.

Hasta hace un cuarto de siglo se creyó que la religión era solo un proceso social, sin embargo, mediante un programa iniciado en 1979 con gemelos monocigóticos en la universidad de Minnesota se obtuvieron resultados interesantes y polémicos. La posición de partida fue simple: dos gemelos que poseen la misma carga genética y que han sido educados en lugares y ambientes distintos, serían comparados con hermanos normales; que comparten solo el 50% de los genes (6). Esto permitió ver hasta qué punto influían los genes con lo que saltó a la vista que durante la niñez y la adolescencia poseen las mismas creencias religiosas que en su casa. Sin embargo en la edad adulta surgen diferencias, pues mientras los gemelos desarrollan pautas religiosas comunes, los que no lo son suelen no coincidir en cuestiones de fe (6). Lo que llevó a pensar al genetista Deán Hamert (jefe del proyecto de investigación) en la existencia del llamado gen de Dios.

Es importante resaltar que este gen no codifica sino que produce sensaciones asociadas a experiencias religiosas.

Dean Hamer, director de la Unidad de Regulación de la Estructura Genética en el Instituto Nacional para el Cáncer, ubicado en Bethesda, en un segundo estudio pidió a unos voluntarios que le respondieran a 226 preguntas para determinar el nivel de espiritualidad con el que se sentían conectados al universo, durante este estudio se compararon más de 2.000 muestras de ADN, encontrándose que cuanto más alta era la puntuación, mayor era la habilidad de esa persona para creer en una gran fuerza espiritual, y el Sr. Hamer pudo comprobar que a medida que aumentaba el nivel de espiritualidad, aumentaba la presencia de un gen común entre estas personas, una variante en el gen VMAT2 (variante 3305) (6).


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