La Epidemiologia Sociocultural y las redes sociales como creadoras de normas de conducta ante la prevencion de las ITS/VIH-SIDA
Autor: Dr. Alfredo Barreiro Noa | Publicado:  12/11/2010 | Medicina Interna , Medicina Preventiva y Salud Publica , Informatica Medica , Sexualidad – Sexología | |
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Si circunscribimos el presente enfoque a la prevención en una Ciudad, sabemos que para su estudio, a ciudad puede ser desde muchos ángulos. Vista como un sistema complejo en realidad es mucho más que un conjunto agregado de población y actividades, definición que casi se ha vuelto clásica y a la vez la más sencilla. Sin embargo el convertir una ciudad en expresión de una "norma de actuación" de su población, es ante todo un compromiso de la población y sus instituciones consigo mismo; la creación de una imagen de ciudad, va mas allá del mercadeo de ciudad y la gestión de imagen para ser considerado por muchos como un Nuevo "Management" Público vinculado a: necesidades, deseos, expectativas de la oferta urbana que se conforma y retroalimenta a partir del interactuar de la administración pública, organizaciones culturales, productivas y de servicios y donde el pueblo no es solamente imagen para impresionar favorablemente a visitantes ( nacionales y/o extranjeros), sino, un resorte para la Innovación social. Desde la economía política, la socialización como empoderamiento, imbrica a toda la sociedad en la obtención de sus propios resultados.

En realidad, la conducta social sólo puede ser entendida dentro del contexto de la estructura social en la cual toma lugar y esto, nos adentra en las ciencias sociales y humanísticas.

Según el Dr. José Pancorbo Sandoval (1)….cobra importancia el estudio de la Ciudad y el uso de sus espacios, considerándolo desde el punto de vista de los que se mueven en la ciudad, los que sueñan, actúan, hablan. Esta posición sensible al estatus de la expresión abre un abanico muy amplio de preguntas: ¿qué es lo que está percibido?, ¿qué es lo que señala?, ¿qué evoca el lugar?, ¿qué moviliza como comportamientos, como encuentros, como tipos de sociabilidad, como imaginario?....

Como afirma Miguel Ángel Aguilar Díaz, (2)... una de las ideas centrales del imaginario es la de problematizar aquello que damos por sentado. La idea de los imaginarios como patrimonio radica en el hecho de que, así como puede detectarse un patrimonio visible en el cual se ubica a los monumentos, los museos, avenidas; también existe otro, intangible, pero de ninguna manera de menor importancia y que conforman una guía de las acciones, normas y las violaciones a las prohibiciones por parte de los ciudadanos y que se hacen tangibles en cómo percibimos los usos de los espacios de la ciudad, actuando significativamente sobre consumos, relaciones de parejas, utilización de las áreas de socialización, en fin configurando un rostro a cada espacio de la ciudad. Se crean así el cómo imaginamos las explicaciones a estas cuestiones...

Estudiar el imaginario en una sociedad es lidiar con lo intangible para obtener resultados que sirvan a los estudios sociales y para formular diagnósticos generales. Nadie podrá elaborar un procedimiento para crear imaginarios.

Sin embargo, allí en el límite entre lo socialmente inestable, deben ser encontradas las interpretaciones, constituyen una guía para descifrar lo que está más allá del sentido común, de la " norma social" lo que permite que la cotidianidad, a veces inexpresiva sea la fuente del diagnóstico general y en los espacios de socialización, se pongan de manifiesto y permitan visualizar la superficie, la expresión de actitudes mucho más complejas. ¿Acaso no nos parece irracional que alguien sustente que morir de Sida es morir de amor?, pero esta aseveración se escucha entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH) con mucha frecuencia.

Lo anterior condiciona la relación entre los que hacen políticas, en este caso sobre prevención en salud y los que perciben sus efectos. La determinación de los puntos de vista de las personas involucradas con la situación y, a partir de allí, ir develando poco a poco las relaciones que subyacen a ese grupo humano es imprescindible. Hoy generalmente partimos de nuestra visión, de lo que aceptamos como norma de la sociedad, lo que racionalmente debemos incorporar a las acciones de promoción de la prevención de las ITS/VIH-sida. Se pierde así de vista la eficacia y la eficiencia de las acciones; no es prevenir a toda costa y a todo costo.

La ciudad construye y reproduce sus relaciones y, representaciones sociales. Traducir experiencias pueden ser algunos de los temas que podrían abordarse desde la óptica de lo imaginario, pero cada espacio tiene sus particularidades al igual que el barrio. Las atmósferas en los gimnasios, parques o terminales de transporte son espacios de socialización y en estos ámbitos encontraremos socialidades, aspectos emblemáticos que generan cercanías o distanciamientos.

Del imaginario, es la problematización, aquello que damos por sentado, esa representación que adquiere el matiz de algo natural a partir de su eficacia simbólica para producir una idea de realidad. La naturaleza de lo imaginario es lo indeterminado, de aquello visible a través de sus efectos, y cuyas causas no son trazables desde una lógica lineal. Un sistema de encuestas a portadores del virus del Sida o un enfermo con una infección de transmisión sexual (ITS), no nos tramite sino solamente un dato, no la explicación del fenómeno en sí, esto no niega el valor del método de evaluación etnográfica participativa conocida como investigación de pares. Por lo anterior, es válido reafirmar que las instituciones públicas no producen en sí mismas creatividad cultural; pueden propiciarla, hacerla visible, darle públicos, aliento, pero, los sueños, las sensibilidades, el dolor social, la crítica, no están en ellas. Hacer emerger el imaginario de la ciudad sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS)/VIH-sida, tiene que ver con la manera en que ésta asume y actúa contra la proliferación de la misma en el conjunto de la población. Cómo se refleja en sus actividades culturales, cómo se incorpora al teatro, la danza y no solamente con publicidad creativa. Preguntarse por el imaginario desde las instituciones permite, aprovechar las valoraciones existentes para revitalizar espacios y contactos ciudadanos, dotar de un sentido de comunidad a aquello que esté disgregado, por ejemplo, a partir de las fiestas o actividades comunitarias. El imaginario no puede convertirse en tecnología para modificar conductas, es un crear sobre los valores y normas sociales determinadas.

Lo que nos aparta de un lugar de la ciudad donde sabemos que se agrupan marginales, homosexuales y prostitutas ¿es dónde reside la génesis de un proyecto social? Estos espacios fácilmente se pueden reconocer si se piensa en proyectos de animación y promoción sociocultural (en nuestro caso en la prevención de enfermedades de transmisión sexual), es quizás un paso para prospectivamente crear desde el presente.

Gregory Bateson (3), decía que sin contexto no se genera el significado. ¿Y cuál es la idea del contexto? es el espacio donde se da la comunicación y el tiempo cuando se da esa comunicación. También es la relación y las creencias de los observadores.

Los medios de comunicación reproducen lo ya sabido desde múltiples imaginarios y la información que difunden no siempre hace llegar el mensaje deseado. En ocasiones es el sentido común el que quiere trasmitir un elemento imaginario. Algunos temas están ya tan saturados de referencias que dejan de ser expresivos de algo: Use condón, es un ejemplo. Al decir de Gilbert Durand (4) la superabundancia contemporánea de imágenes limita la emergencia de imaginarios: su materia predominantemente icónica resta importancia a otros elementos simbólicos y asociativos poderosos....

Varios estudiosos han señalado que la formulación científica de un problema no se puede aislar del contexto político en el que sucede, y que los juicios de valor de los teóricos de las ciencias sociales se reflejan tanto en la formulación del problema como en las recomendaciones de política relacionadas con la investigación, lo cual significa un sesgo del estudio (Nowotny, 1987, Rein, 1980). Estos autores sostienen que la construcción social de la realidad está constantemente cambiando y que, además, está inscrita en la divulgación social y cultural, lo que a su vez significa que los productores del conocimiento social no pueden formular comentarios sobre una realidad aislada o una verdad acerca de una realidad, y esto impide saber hasta qué punto se puede llevar a la práctica los resultados de las investigaciones.

El SIDA ha puesto de manifiesto que lo anterior es válido y muestra la fragilidad e insuficiencia científica para atacarlo sino también los elementos que constituyen nuestros valores sociales, ya que a esta enfermedad se le relaciona especialmente con la sexualidad, aspecto que cultural e históricamente ha estado rodeado de mitos, tabúes, miedos y rechazos al enfrentamiento y a la discusión pública. La sexualidad (su enseñanza, su aprendizaje y su ejercicio) ha estado relegada al ámbito de lo privado; sin embargo la aparición y la lucha por detener la propagación del SIDA ha implicado sacar el tema de la sexualidad al ámbito de lo público y es ahí donde los discursos sociales adquieren su importancia: desde lo público se discute y se legitiman (o deslegitiman) prácticas y preferencias sexuales, se juzgan y se rechazan aquellas que se oponen a "la moralidad pública", sea lo que signifique esta expresión.


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