Estado nutricional de los pacientes en un centro de hemodialisis
Autor: Dra. Tania Ramirez Gonzalez | Publicado:  24/07/2006 | Nefrologia , Endocrinologia y Nutricion | |
Estado nutricional de los pacientes en un centro de hemodiálisis 2.

RESULTADOS Y DISCUSION

El estado nutricional es un importante parámetro para determinar la sobrevida del paciente en hemodiálisis (21, 22, 23, 24).

El estudio que presentamos expresa el estado nutricional de los pacientes en hemodiálisis en la provincia de Villa Clara.

Al analizar la tabla 1, no se encontró significancia (p>0.05) entre el grado de desnutrición en hombres y mujeres. De un total de 8 pacientes desnutridos, el 50% correspondió al sexo femenino e igual porciento para los del sexo masculino (50%).

Estudios en diferentes centros de hemodiálisis han constatado que el sexo no ha resultado un factor relevante en el estado nutricional de los pacientes en esta variante terapéutica (25, 26, 27, 28).

Goldwasser (24) en su estudio no reportó diferencias en cuanto a este parámetro con un 49,6% para las mujeres y 50,4% para los hombres al igual que otros investigadores que también han demostrado una relación significativa entre el sexo y el grado de desnutrición (2, 3, 8).

En la tabla 2 se observa una mayor prevalencia del estado de desnutrición en pacientes mayores de 60 años con un 62,5%. Resultó menor la desnutrición en los más jóvenes y fue estadísticamente significativa (p<0.08) y X² = 9.78.

En el trabajo realizado por Goldwasser (24) en New York se analizó la relación entre la edad y el estado nutricional, cuyas conclusiones aportaron más desnutrición en los pacientes añosos, los que a su vez exhibían mayor riesgo en edades superiores a 58 años. Similares resultados aportaron otros autores (4, 8, 11, 24).

Consideramos que esta diferencia se atribuya a la anorexia que tienen los ancianos debido a la depresión, ausencia de dientes y molares, que obstaculiza la normal masticación, dificultades económicas y trastornos digestivos y del tránsito intestinal entre otros factores influyentes.

En nuestro estudio se mostraron 8 pacientes (10,71%) con mal nutrición ligera-moderada y ninguno con malnutrición grave.

Bergström (11) en Suecia encontró un 33% de pacientes con desnutrición de ligera a moderada y 8% de pacientes severamente desnutridos.

Golsdwasser (24) reportó un 31% de pacientes con desnutrición de algún grado.

Maiorca (4) mostró 32,6% de pacientes con desnutrición ligera-moderada y 8% con desnutrición severa.

Trinh reporta en California 7,6% de desnutrición moderada y 11% de desnutrición severa.

Jerin y Cols (29) en su estudio informaron un 20% de desnutridos, 14,7% ligero-moderados y 5,3% severos.

Consideramos que el bajo porciento de desnutridos en nuestra casuística, se debe al especial interés que confiere nuestro gobierno a la atención de los enfermos al garantizar el aporte nutricional adecuado para el método depurador, así como también el nivel cultural alcanzado por la población.

La tabla 4 refleja el grado de validismo de los pacientes estudiados y el tiempo en hemodiálisis, donde se ilustra, que al aumentar el tiempo de tratamiento existe menor grado de validismo.

De los casos que tienen un validismo grado III y IV, todos se corresponden con más de 10 años en hemodiálisis. El resto de los pacientes con 10 años en hemodiálisis tenían validismo grado II (40%).

En la medida que aumenta el tiempo en hemodiálisis, el grado de validismo va en descenso, motivado por el cúmulo de complicaciones que aparecen en estos enfermos como son; osteodistrofia renal, cardiopatías, desnutrición, depresión, etc (4, 24, 30, 31, 32).

Al analizar la tabla 5 se observa el índice de masa corporal de los casos estudiados, donde se muestra un índice de menos de 18,5 kg/m² en 9 pacientes, de 18,5 a 24,9 kg/m² 61, de 25 a 29,9 kg/m² 8, de 30 a 39,9 kg/m² , 2 pacientes.

Bergström (11) reportó índices de masa corporal bajos en 10 a 30% de los pacientes estudiados.

El peso corporal relativo resulta ser un indicador poco sensible, sin embargo sus cambios en el tiempo proporcionan información de la evolución de las reservas somáticas. A partir del peso y la talla se infieren distintos índices de los cuales el más utilizado el índice de masa corporal de Quetelet, que parece un buen indicador del comportamiento graso ya que se correlaciona muy bien con el porcentaje de grasa y la grasa corporal total del organismo (6, 7).

Al valorar la tabla 6 se observa la relación entre el estado nutricional y el tiempo en hemodiálisis. Podemos apreciar que, de los 8 pacientes con desnutrición que encontramos en este estudio, 5 corresponden a pacientes que llevan más de 10 años en este método depurador. Es de destacar que el mayor número de pacientes bien nutridos, 50 (98%) se encuentran entre los que han permanecido entre 1 y 5 años en el tratamiento.

Esta relación es estadísticamente significativa p < 0.003 y X2.11,35.

Kaizu (31) en Japón refiere que a mayor tiempo en hemodiálisis mayor desnutrición.

Los elevados niveles de biomarcadores de inflamación y de stress oxidativo en pacientes en hemodiálisis durante varios años provocan un mayor grado de desnutrición en estos pacientes (33, 34, 35).

A medida que aumenta el tiempo de terapia depuradora, los pacientes adquieren mayor estado de desnutrición porque aumenta la incidencia de gastritis, depresión, anorexia, neuropatía autonómica, factores hormonales y aspectos relacionados con la técnica de hemodiálisis (11, 12, 14, 36).

En la tabla 7 se relaciona el estado nutricional y la presencia de comorbilidad. Se precisa que los pacientes bien nutridos tuvieron un menor número de ingresos, dentro de este grupo solo 16 pacientes tuvieron de 1 a 3 ingresos y ninguno de ellos tuvo 4 o más ingresos.

Se constató que los pacientes desnutridos tuvieron mayor número de ingresos, 5 de un total de 8, tuvieron más de 4 ingresos.
Teniendo significación estadística p < 0,05 y X2 : 51,95

Bergström y Cols (11) refieren en su estudio, que a mayor tiempo en hemodiálisis existe mayor riesgo de desnutrición.

A medida que el paciente permanece más tiempo en hemodiálisis aumenta el riesgo de desnutrición por disturbios en el metabolismo de las proteínas, carbohidratos, alteraciones hormonales, infecciones asociadas, enfermedades sobre añadidas, depresión, neuropatía autonómica, alteraciones digestivas, bioincompatibilidad, etc. Todo ello se asocia al Síndrome Malnutrición, Inflamación, Ateroesclerosis (MIA) (32, 33, 37, 38).


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