Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares
Autor: Msc. Dra. Maray Blanco Arévalo | Publicado:  30/09/2011 | Pediatria y Neonatologia , Gastroenterologia , Articulos | |
Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares .3

Para hacer más factible el estudio se decidió profundizar en el análisis de los malos hábitos higiénicos, y se tomaron en cuenta las siguientes variables: falta de higiene después del contacto con animales, no lavarse las manos antes de ingerir alimentos, no lavar las verduras, andar descalzos, jugar con tierra, comerse las uñas, consumo de agua sin hervir, se les hicieron preguntas a las madres relacionadas con estas variables, donde debían responder SI ó NO.

Para darle salida al objetivo tres se revisaron las Historias Clínicas individuales para identificar el tipo de Parasitismo Intestinal presente en la muestra de estudio, los mismos fueron: Entamoeba Histolytica, Giardia Lambia, Áscaris Lumbricoides y Enterobius Vermiculares

Para el estudio coproparasitológico se recolectó por cada persona, dos muestras de heces en dos días diferentes Se orientó la toma de muestra por defecación espontánea, que no se contaminara con tierra ni orina, que no se tomara laxante ni antiparasitario previamente, para condicionar su confiabilidad. El análisis de las heces se realizó mediante un examen directo en el laboratorio clínico del Policlínico 14 de Junio, este funcionó mañana y tarde durante el período de la investigación para garantizar los análisis en fresco.

Las técnicas de diagnóstico coproparasitológico fueron las de elección para el diagnóstico de las parasitosis intestinales. El diagnóstico se baso en la detección de los parásitos y huevos característicos en las heces mediante examen directo. Las muestras se examinaron macroscópicamente para determinar la consistencia (dura, formada, blanda o acuosa), el color y la presencia de anomalías tales como gusanos, mucus, sangre o pus.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

El parasitismo intestinal es una de las enfermedades transmisibles más frecuentes y difíciles de controlar, no solo por su gran difusión, sino por los diversos factores que intervienen en su cadena de propagación. Tienen una distribución mundial, sin embargo, son más comunes en áreas tropicales y subtropicales, en países subdesarrollados, siendo la población infantil la más susceptible constituyendo un problema de salud pública para estas poblaciones. En general a estas infecciones se les considera un marcador de atraso socio-cultural. (48)

Las parasitosis intestinales son un fenómeno dinámico, por lo que su frecuencia o prevalencia, así como los tipos de parásitos, son diferentes entre países, estados o comunidades. Un porcentaje elevado de la población es portador de parásitos en heces fecales aunque en la mayoría de los casos cursan de forma asintomática. (49)

En términos generales se considera que existen hoy en día en la población mundial 1110 millones de personas infectadas por cestodos, 240 millones por trematodos y 3200 millones por nematodos. De igual manera se acepta que del 20-50% de la población mundial se encuentran afectada por protozoos, incluidos los países desarrollados, por tal razón debemos comprender con exactitud la magnitud del problema.

En Cuba los organismos sanitarios oficiales para 1991 registraron 350.000 casos de enfermedades parasitarias, ocupando el noveno lugar entre las 25 causas de morbilidad; ya para 1995 esta tasa se incrementó en un 84%. Las infecciones más frecuentes en esta categoría correspondieron en primer lugar a los helmintos con un 15,69% seguido por la Amebiasis con un 4%. En encuestas nacionales de parasitología realizadas en 1996, se mostró que menos del 5% de la población sufría la infección por geohelmintos.(50) El problema es de mayor envergadura si se toma en cuenta que estas cifras solo corresponden a consultas hospitalarias por síntomas.

La sintomatología producida por las parasitosis intestinales puede ser variable, ya que el sistema inmunológico juega un papel preponderante en la intensidad de las mismas. Las parasitosis intestinales pueden afectar el estado general del individuo favoreciendo no solo la anemia y la mal nutrición sino que también representan una puerta de entrada para otras enfermedades, por lo que se hace necesario, en todos los casos, un diagnóstico y tratamiento precoz. El cuadro clínico desarrollado depende del agente ofensor. (52)

Las infecciones parasitarias casi siempre tienen un curso asintomático y probablemente sean provocadas por un número bajo de parásitos al inicio, sin embargo cuando estos son abundantes se desarrolla una sintomatología intestinal inespecífica caracterizada por dolores abdominales, náuseas, vómitos, anorexia, cuadros diarreicos y meteorismo. Puede observarse además daños al sistema nutricional, hemático e inmunológico, manifestaciones neurológicas, alteraciones del movimiento y coordinación, trastornos de la sensibilidad y del aprendizaje. Algunos se han relacionado con complicaciones mayores como la obstrucción intestinal, apendicitis, meningoencefalitis y daño hepático. (53)

En la tabla 1 donde se distribuyo la muestra según el sexo y la edad pudimos observar que el sexo predominante fue el masculino, con un 60%, lo que no se corresponde con estudios de otros autores como el de Dr. Rodolfo Devera en Ciudad Bolívar, Venezuela (36), María Teresa Guerrero (37), María Lorena Zonta en poblaciones urbanas, periurbanas y rurales en Brandsen, Buenos Aires, Argentina (38 ) entre otros estudios, donde no hubo diferencia entre ambos sexos, ya que el género no representa factor de riesgo para el contagio.

Tabla 1 Distribución de la población según grupo de edad y sexo. Consultorio Popular Viet-Nam 1. Año. 2006 

parasitosis_intestinal_preescolares/poblacion_edad_sexo 

En cuanto a la edad las parasitosis intestinales afectan a individuos de todas las edades, pero se presentan sobre todo en los primeros años de vida, ya que este grupo de población aún no ha adquirido los hábitos higiénicos necesarios para prevenirlas y no se ha desarrollado inmunidad frente a los diferentes tipos de parásitos, son más frecuentes durante la infancia por haber más oportunidades de contacto con dichos parásitos, menor nivel inmunológico y por tanto menor tolerancia a éstos.(54) En la medida en que se va desarrollando el sistema inmunológico esto cambia, y el cuerpo tiende a acostumbrarse más al invasor; por ello es que la afección puede desencadenar síntomas más evidentes y serios en el transcurso de los primeros 5 años de vida. Además, los niños en edad escolar tienen un radio de acción más amplio y disminuye el control materno. Actualmente se está investigando la incidencia que pueden tener las infecciones parasitarias intestinales sobre el rendimiento escolar a través de la irritabilidad y el cansancio que provocan, con repercusión sobre la capacidad intelectual y la atención. El poli parasitismo es frecuente y a partir del segundo año abundan las infecciones con tres y cuatro especies de protozoarios. (55) La intensidad de la infección agrava esta situación. Los estudios realizados en regiones rurales de Centroamérica, mediante técnicas de conteo de huevos, demuestran porcentajes elevados de niños con infecciones severas por Áscaris, Tricocéfalos y Uncinarias, en términos de concentración de huevos por gramo de heces.

En América del Sur la situación es igualmente seria, y como un ejemplo se menciona los hallazgos hechos en una zona agrícola de Colombia, donde el 29,2% de las enteritis del niño reconocía como agente etiológico algún parásito. (56) En otra región del mismo país se demostró que, a partir de los seis meses de edad, las enteroparasitosis inician una curva ascendente que las coloca en un lugar destacado como productores de diarreas.

En nuestro estudio predomino el grupo de 4 a 5 años, con un 43.7%, lo que coincide con estudios nacionales e internacionales donde se ha observado una mayor prevalencia en niños preescolares, como el realizado por el Dr. Rivero Rodríguez en el Instituto Educacional de Maracaibo con 56%, con Zonta en un estudio realizado en niños de edad preescolar y escolar de zonas urbana, suburbana y rural de Buenos Aires, donde prevaleció un 63,9%. Pérez Cueto y otros en Villa Clara, encontraron en niños de una comunidad suburbana de Santa Clara una prevalencia de parasitismo intestinal en preescolares de 69,9%, lo que se justifica porque a esa edad los niños comienzan a asistir en mayor numero a los preescolares, donde el contacto persona a persona es más frecuente.

En la tabla 2 donde se estudio la presencia de factores de riesgo podemos observar que predominó la presencia de vectores en el hogar, con un 88.7%, seguida por presencia de animales en el hogar, con un 56.2%.

Los artrópodos y roedores actúan como vectores en la propagación de infecciones, al transportar el agente causal desde el reservorio hasta el hombre susceptible de adquirirlas.

En estudios similares realizados por Gladys Antonia Cueto Montoya (41) en Villa Clara, encontró más frecuente la presencia de vectores, que se presentó en el 91,9% de los niños, y animales domésticos represento el 66,7%.

La presencia de vectores fue elevada, tal vez relacionada con la presencia de micro vertederos en las zonas, cuya limpieza no depende solo de sus habitantes.


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar