Morbilidad y mortalidad neonatal por enfermedades infecciosas
Autor: Dr. Carlos Veleda Fernández | Publicado:  31/01/2012 | Enfermedades Infecciosas , Pediatria y Neonatologia , Articulos | |
Morbilidad y mortalidad neonatal por enfermedades infecciosas .1

Morbilidad y mortalidad neonatal por enfermedades infecciosas. Hospital materno Tamara Bunke. 2008 – 2010.

Dr. Carlos Veleda Fernández. Especialista de II Grado en Neonatología. Profesor Asistente de Pediatría del ISCM de Santiago de Cuba.

Instituto Superior de Ciencias Médicas Santiago de Cuba. Hospital Provincial Docente Ginecoobstétrico. ¨Tamara Bunke¨

RESUMEN

Se realizó un estudio observacional, comparativo y retrospectivo, acerca del comportamiento de las Enfermedades Infecciosas en recién nacidos que sobrevivieron a las mismas y los que fallecieron, con el objetivo de determinar las diferencias epidemiológicas entre ambos grupos, así como la influencia de algunos factores de riesgo en la mortalidad neonatal por esta causa, a partir del total de neonatos (272) con el diagnóstico de un proceso de tipo Infeccioso en el Servicio de Neonatología del Hospital Materno “Tamara Bunke” de Santiago de Cuba, durante los años 2008 al 2010. El Apgar bajo, la presencia de factores de riesgo potencial de infección, el bajo peso al nacer y el parto distócico presentes en los neonatos con enfermedad infecciosa, incrementan en ellos de forma significativa el riesgo de fallecer por esta causa.

El Tiempo de rotura de membranas mayor de 24 horas, y la fiebre intraparto, fueron los elementos de riesgo que predominaron en los neonatos estudiados y que determinaron a su vez un mayor riesgo de morir. El distres respiratorio, livedo reticular, cianosis, íctero, y enlentecimiento del llenado capilar, constituyeron las manifestaciones clínicas más frecuentemente encontradas, que junto con el aislamiento de Pseudomonas, fueron elementos de alta significación estadística que permiten predecir el riesgo de muerte en estos recién nacidos. Los datos obtenidos fueron procesados a través del sistema SPSS 11.5 y los resultados representados en tablas estadísticas, haciéndose las conclusiones y recomendaciones pertinentes.

INTRODUCCIÓN

Durante el período neonatal las enfermedades infecciosas permanecen como una causa importante de morbilidad y mortalidad, a pesar de los grandes adelantos en el cuidado intensivo neonatal y el uso de antimicrobianos de amplio espectro. Tienen una alta letalidad debido a las características de los neonatos, a sus manifestaciones clínicas inespecíficas, a la dificultad para el diagnóstico preciso y por tanto el médico se ve en la necesidad de tratar en exceso a estos pacientes. (1)

Entre los diagnósticos de la patología neonatal, las infecciones tienen un lugar de privilegio ya que es lo primero que se le ocurre al neonatólogo como causa del deterioro del estado clínico del paciente. Esto se debe en parte a que el arsenal de respuesta del neonato es limitado y cuadros de muy variada etiología tienen las mismas manifestaciones clínicas. Además no existen pruebas diagnósticas rápidas, sensibles y específicas que puedan confirmar ó rechazar la existencia de una infección neonatal. (2)

Se estima que entre 5 y 10 de cada 1000 recién nacidos vivos contraerá una enfermedad infecciosa dentro de los primeros 28 días de vida; la incidencia entre los pacientes internados en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) es del 18% al 30%. Aproximadamente entre el 2 y el 10% de los fetos pueden infectarse intraútero y más del 10% de neonatos se infectan durante el trabajo de parto y el primer mes de vida. La ¨Sepsis Neonatal¨ puede afectar entre uno de cada 500 o uno de cada 1600 recién nacidos (RN), dependiendo esta incidencia fundamentalmente de la calidad de vida intrauterina, factores del huésped y el ambiente. (1)(2)

Aunque se ha definido la sepsis neonatal como un síndrome clínico caracterizado por signos sistémicos de infección, acompañado de bacteriemia en el primer mes de vida (3), el término de sepsis ha sido utilizado indistinta y en ocasiones indiscriminadamente para referirse a estados muy diferentes. Actualmente nuevas terminologías se utilizan para estandarizar conceptos y poder interpretar las medidas terapéuticas utilizadas para reducir la elevada morbilidad y mortalidad asociada a los procesos infecciosos. En este sentido, se reconocen los criterios de Bone adecuados a los diferentes grupos de edad por Fisher y Fanconi, (2) (3) (4) (5) (6) según los cuales:

Infección es la invasión de tejidos, por microorganismos no esperados para ese lugar.

Bacteriemia es la presencia de bacterias viables en sangre.

Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) es la respuesta del organismo a una variedad de insultos, que se manifiesta pero no se limita por: distermia, taquicardia, alteración de la formula leucocitaria por exceso o defecto, o más del 10% de formas inmaduras. La presencia de 2 o más de estos signos hacen el diagnostico del síndrome y deben representar una alteración aguda sin otra causa que lo justifique.

Sepsis es el SRIS presumiblemente por una infección.

Sepsis Severa es la sepsis asociada con disfunción orgánica, anormalidades de la perfusión o hipotensión.

Shock séptico es un cuadro se sepsis con hipotensión a pesar de una correcta reposición de líquidos, en conjunto con anormalidades de la perfusión.

Síndrome de Disfunción Múltiple de Órganos (SDMO) es la presencia de funciones orgánicas alteradas en pacientes críticamente enfermos, como aquellos que no pueden mantener la homeostasis sin alguna intervención.

Casi todas las infecciones neonatales ocurren en la primera semana de vida (infecciones connatales) y son consecuencia de la exposición a microorganismos de los genitales maternos durante el parto. Sin embargo, en los últimos decenios, con los avances en el cuidado intensivo neonatal y la supervivencia de neonatos de muy bajo peso, que requieren periodos de hospitalización muy prolongados, la incidencia de infección tardía (postnatal) ha aumentado en todas las unidades neonatales. No obstante en algunas instituciones no es despreciable el número de RN que cursan con infecciones producidas por gérmenes del complejo TORCH, consideradas estas como prenatales. (7) (8) (9)

Las infecciones perinatales precoces se adquieren antes o durante el momento del parto. (7) La transmisión es vertical y generalmente los microorganismos responsables son los que colonizan el canal del parto (Estreptococos del grupo B, Escherichia coli, Streptococcus faecalis, Listeria monocitogenes, Haemofilus influenzae, Clamidia y Micoplasma).

Cuando la infección se adquiere en el canal del parto los síntomas aparecen generalmente en la primera semana de vida y con mucha mayor frecuencia antes de los tres días. La infección del líquido amniótico puede dar lugar a infección fetal, causante de parto pretérmino, sufrimiento fetal agudo y/o de un cuadro de dificultad respiratoria inmediata al nacimiento, difícil de distinguir de la enfermedad de membrana hialina. (8) (10)

En la infección neonatal tardía los síntomas aparecen al final de la primera o en la segunda semana de vida, o incluso después. El agente etiológico puede no proceder de la madre; de hecho, el origen más frecuente es nosocomial, siendo la vía respiratoria, el tubo digestivo y los catéteres vasculares, las puertas de entrada mas frecuentes de la infección. La clínica de sepsis de estos recién nacidos suele ser inespecífica y no muy grave, aunque hay casos fulminantes. De ahí la importancia del reconocimiento temprano, para iniciar con rapidez el tratamiento especifico. (10) (11)

En la actualidad, en los países desarrollados, los gérmenes más comunes son el Estreptococo agalacteae y la Escherichia coli; sin embargo, en los países subdesarrollados todavía predominan las bacterias gramnegativas y los estafilococos, mientras que el Estreptococo agalacteae se aísla con poca frecuencia, debido a que gérmenes como éste no son buscados de manera intencionada. (12)

En la actualidad, los Estafilococos coagulasa negativo son los microorganismos patógenos relacionados más frecuentemente con las infecciones adquiridas en las unidades neonatales, especialmente S. epidermidis. Afectan por lo general a recién nacidos de muy bajo peso, hospitalizados durante periodos prolongados de tiempo y que requieren diferentes técnicas invasivas, tanto para su monitorización como para su tratamiento. (13) (14)

Puede existir una diferencia de expresividad entre las de comienzo precoz; que son de inicio más agudo, con predominio de síntomas respiratorios, shock y en general de más alta mortalidad; y la forma tardía que es menos abrupta, con frecuente participación meníngea y de menor mortalidad. En prematuros es más frecuente la hipotermia y la fiebre es más frecuente en septicemia tardía, así como, en presencia de Meningitis o de algún foco séptico articular o urinario. Orientan a septicemia también la hiperglicemia y la acidosis metabólica. (2) (4) (15) (16)

Hay autores que plantean que debe hacerse un esfuerzo para clasificar la sepsis del recién nacido (RN) en: Sepsis de transmisión vertical, cuando el agente patógeno esta inicialmente ubicado en el canal genital materno y a partir de ahí infecta al feto y/o RN, sepsis de transmisión nosocomial, cuando el agente patógeno está ubicado en el servicio de neonatología y/o el hospital, y sepsis horizontal de transmisión comunitaria, cuando el agente patógeno está ubicado en la comunidad o el domicilio del RN. (17) (18) (19)

Dado que no existe ningún elemento que valorado por si solo pueda asegurar la existencia de un proceso infeccioso, el diagnostico del mismo se hace sobre la base de la presencia de factores de riesgo, la clínica, (que es muy inespecífica y puede parecerse a cualquier otra enfermedad) (8) (20) (21) (22) y los reclutados de laboratorio clínico, (de los cuales ningún análisis bioquímico disponible hasta el presente tiene una alta especificidad) (23) (24) o microbiológico (donde la positividad en los hemocultivos de neonatos sépticos, no supera el 80%). (25) (26) Pero sin duda alguna, la profilaxis de la infección, constituye la piedra angular en el tratamiento de esta entidad.

En el mundo desarrollado, la incidencia de enfermedades infecciosas neonatales en se encuentra entre 0,6% y el 1,2% de todos los nacidos vivos, pero en el mundo en desarrollo puede alcanzar entre el 20 y el 40% de todos los nacidos vivos.


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