Conocimientos, experiencia y percepciones de los profesionales sanitarios de Atencion Primaria sobre el Consentimiento Informado
Autor: Dr. Rafael Agudo Martínez | Publicado:  11/07/2012 | Medicina Forense y Legal , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Conocimientos experiencia profesionales sanitarios Atencion Primaria Consentimiento Informado .3

La mayoría de los encuestados (el 77%) señala que el Consentimiento Informado refuerza la colaboración del paciente, mientras que solamente un 4% determina que dificulta la colaboración.

En la tabla 2 se encuentran los resultados obtenidos respecto a los documentos de Consentimiento Informado, en cuanto a su utilidad, comprensión, dificultad de lectura, cantidad de información aportada, e información adicional aportada por los profesionales.

El 96% de los profesionales considera útil o muy útil la creación de un comité de Ética Asistencial en Atención primaria.

DISCUSIÓN.

En nuestro estudio se aprecia uno de los principales problemas para la correcta realización del Consentimiento Informado en nuestro país. Se trata de la errónea concepción, por parte de los profesionales sanitarios, de que el Consentimiento Informado es sólo un documento que se presenta al paciente para que éste dé su consentimiento, y para que, el profesional sanitario, pueda realizarle una intervención.

En un estudio realizado en el año 2001, el 47% de los profesionales sanitarios de Atención Primaria, consideraron el Consentimiento Informado como un documento legal y obligatorio (3).

Es necesario que los profesionales sanitarios interioricen que el Consentimiento Informado es una actuación sanitaria más que ha de ser concebida como un proceso gradual.

Para que esto se lleve a cabo, es necesaria una adecuada formación ético-jurídica de los profesionales sanitarios ofrecida en Facultades y Escuelas; y también en otras entidades como Administraciones Sanitarias, Organizaciones Colegiales y Asociaciones de Profesionales Sanitarios. Según los resultados obtenidos, se pone de manifiesto la deficiencia de esta formación.

En un estudio realizado en el año 2007, en el ámbito hospitalario (4), el 45,1% de los encuestados admitía no tener suficiente información sobre lo que era el Consentimiento Informado y sobre cuándo debía cumplimentarse el mismo.

Esta falta de formación adecuada no permite a los profesionales identificar los conflictos ético-jurídicos en el proceso de Consentimiento Informado, ni resolverlos adecuadamente.

Como afirma Diego Gracia (5): <>.

Un buen razonamiento clínico minimiza el riesgo de errores diagnósticos, y una buena deliberación y ponderación minimiza el riesgo de errores éticos-jurídicos.

Además de la adecuada formación de los profesionales, es necesario que la Administración Sanitaria establezca instrumentos ético-jurídicos de apoyo a los profesionales como son los Comités de Ética Asistencial.

En este sentido, la inmensa mayoría de los profesionales determina que sería útil o muy útil la creación de un Comité de Ética Asistencial en Atención Primaria. Por lo que las Administraciones Sanitarias deberían replantearse la situación actual y fomentar la creación de este tipo de instrumentos de ayuda a los profesionales para la resolución de problemas complejos y toma de decisiones difíciles.

Los profesionales encuestados, consideran el Consentimiento Informado principalmente como una obligación legal; en segundo lugar, consideran que se trata de una obligación de tipo ético y, en tercer lugar, que se trata de una obligación de tipo deontológico; y lo entienden, principalmente, como expresión de la autonomía de los pacientes

Para Pablo Simón, los deberes jurídicos son más vinculantes que los éticos, y éstos, a su vez, son más vinculantes que los morales (6).

Los encuestados reflejan que los principales obstáculos, a la realización correcta del Consentimiento Informado, son la falta de conocimientos y/o comprensión de los pacientes y el tiempo del que se dispone.

Este último dato concuerda con lo que afirma Pablo Simón, quién defiende que la falta de tiempo es el principal problema que los profesionales plantean ante el Consentimiento Informado (7).

En el mencionado estudio de 20074, la falta de tiempo se ha identificado también como un inconveniente importante.

Como hemos comentado anteriormente, es necesario que las Administraciones Sanitarias estructuren su funcionamiento, de tal manera que, se respete ese derecho, en la medida de lo posible; pero en cualquier caso, aunque la Administración no cumpla sus obligaciones en este sentido, el profesional sanitario no queda exonerado por ello.

Los profesionales sanitarios encuestados establecen que modulan la información que dan a los pacientes, principalmente, en función de la capacidad para comprender de los mismos.

Este dato refleja que los profesionales realizan de manera habitual valoraciones de la capacidad de los pacientes, aunque, puede ocurrir que estas valoraciones no estén protocolizadas y no se deje constancia de las mismas en la historia clínica.

El segundo factor que los profesionales consideran más importante, a la hora de modular la información aportada al paciente, es la situación emocional del paciente. Este dato concuerda con los resultados obtenidos por un reciente estudio, dirigido por Pablo Rodríguez del Pozo, en el programa de Ética Médica del Weill Cornell Mecial College, en Qatar, en el que se establece que los médicos condicionan la información al estado emocional del paciente. Artículo extraído del Diario Médico de Septiembre de 2001.

Un dato a destacar es que sólo, para un 23% de los profesionales, los pacientes dan el Consentimiento de forma autónoma. Estos datos hacen replantearnos la visión del Consentimiento Informado, por parte de los profesionales, y por parte de las Administraciones.

No se puede tolerar que un instrumento creado para ensalzar la autonomía de los pacientes se utilice para cumplir con protocolos.

Las Administraciones Sanitarias fomentan esta actitud, con su forma de evaluar la realización del Consentimiento Informado, centradas en los datos que contienen los documentos, sin indagar en lo verdaderamente importante, que es si se realizó correctamente todo el proceso de Consentimiento Informado, y si la información que se aportó al paciente, además de cumplir unos requisitos legales, se adaptaba a la capacidad de cada paciente, es decir, si la información era adecuada.

De los resultados obtenidos se puede deducir la necesidad de mantener el uso de los documentos de Consentimiento Informado, a pesar de que pueda variar su contenido para paliar los posibles respecto a su lectura como a la comprensión.

Los porcentajes obtenidos, en este sentido, no distan mucho de los que refleja un estudio realizado en 20018, en el cuál consta que el 25,8% de los profesionales consideraron que la utilización de formularios era imprescindible, siendo convenientes para el 50,6%; un 36% de los profesionales opinaron que la comprensión de la información, por parte de los pacientes, era adecuada; y el 76,2% pensó que los formularios de Consentimiento Informado eran de difícil lectura y entendimiento, por parte del usuario.

Sería importante la realización de algún estudio al respecto, que determinara en qué grado se comprende la información y cuáles son las principales causas que dificultan la lectura de los documentos de Consentimiento Informado, por parte de los pacientes.

En ocasiones, esta dificultad de lectura y comprensión de los formularios viene determinada por la cantidad de información que éstos aportan.

En el estudio, anteriormente citado (8), el 13,5% de los profesionales sanitarios opinaba que la dificultad era mucha, una 22,5% que era bastante, un 51,7% que era suficiente y un 12,3% que era poca.

En otro estudio, también citado anteriormente (4), el 37,9% de los profesionales afirmaba que los escritos de Consentimiento Informado tienen información excesiva.

La mayoría de los profesionales encuestados aporta más información a los pacientes que la contenida en los documentos de Consentimiento Informado debido a que no es posible exponer un modelo prefijado, que albergue "a priori" todo el vasto contenido de dicha información, por lo que es necesario que esta información se explique y se complete verbalmente.

Es necesario interpretar los resultados obtenidos, teniendo en cuenta la dificultad que supone determinar el conocimiento y la formación que tienen los profesionales, solamente en base a unas pocas preguntas, y basándonos en una muestra determinada.


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