Perfil fenotipico de susceptibilidad en cepas de Escherichia coli aisladas en urocultivos
Autor: Gloria Inés Morales P.  | Publicado:  17/07/2012 | Microbiologia y Parasitologia , Enfermedades Infecciosas , Nefrologia , Medicina Interna , Urologia , Articulos | |
Perfil fenotipico de susceptibilidad en cepas de Escherichia coli aisladas en urocultivos .2

RESULTADOS

Se analizaron 105 urocultivos de pacientes con manifestaciones clínicas de infección urinaria. Consulta externa fue el servicio de dónde provino la mayor cantidad de los mismos (72.4%) seguido de Urgencias (16.2%) (Tabla 1). El rango de edad de los pacientes estuvo comprendido entre 0-90 años de edad, con una media de 49. El mayor porcentaje de cultivos positivos para Escherichia coli (59%) fue obtenido de mujeres con edades entre 18.9. El porcentaje de aislamientos de Escherichia coli en pacientes masculinos fue menor (43%) y la edad donde se presentó el mayor porcentaje de infecciones urinarias estuvo en el rango de 54.5–72.2, con diferencias estadísticamente significativas (p 0.032) para la variable del sexo femenino (Tabla 2).

En cuanto al perfil de susceptibilidad de la Escherichia Coli, Ampicilina (76.2%), Trimetoprim/Sulfametoxazol (65.7%), Ampicilina/ Sulbactam (61%), Norfloxacina (60%), Cefalotina (58.1%), y Gentamicina (52.4), Ceftazidime (42.9%) y Cefotaxime (41.0%), mostraron porcentajes importantes de resistencia. Nitrofurantoína e imipenem mantuvieron una excelente actividad antibacteriana (85.7% y 100%) (Tabla 3).

41% de las Escherichia Coli, fueron productores de betalactamasas de espectro Extendido. El 53.5% de estas cepas fueron aisladas de pacientes masculinos y el 46.5% de mujeres, presentando diferencias estadísticamente significativas (p 0.080) (Tabla 4). Las cepas productoras de esta betalactamasa en su mayoría fueron aisladas en los servicios de consulta externa (72,1%) y urgencias (20,9%) (Tabla 5), y tuvieron un fenotipo de resistencia del 100% para Ampicilina, Cefalotina, Cefotaxime, Ceftazidime y porcentajes ligeramente inferiores para ampicilina/sulbactam (95,3%), Norfloxacina (93%), Trimetoprim/sulfa (86%) y Gentamicina (83,7%). Nitrofurantoína tuvo un bajo patrón de resistencia (27,9%). Imipenem fue el único antibiótico que no presento resistencia in vitro.

DISCUSION

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son junto con las respiratorias, los procesos infecciosos de mayor incidencia en patología humana. Las mujeres jóvenes son especialmente propensas al desarrollo de estas infecciones. La mayor parte de urocultivos positivos para Escherichia Coli en las instituciones hospitalarias, provienen de consulta externa; esto, es debido a la mayor afluencia de pacientes de origen comunitario, debido a la alta demanda de consultas ambulatorias por infecciones de vías urinarias (IVU) indebidamente tratadas con tratamientos empíricos. En esta investigación, consulta externa fue el servicio de dónde provino la mayor cantidad de urocultivos (72.4%). Estos resultados concuerdan con trabajos realizados por Gómez, Caro, Sorlozano y Villarroel, quienes documentan un alto porcentaje de urocultivos con Escherichia coli obtenidos de este servicio (8, 9, 10, 11). Datos arrojados por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, pronosticaron que alrededor de 4 millones de consultas médicas ambulatorias serian por infecciones de vías urinarias (IVU), lo que representa 1% del total de consultas ambulatorias en ese país (3).

Las infecciones del tracto urinario afectan sobre todo a las mujeres, debido a que éstas tienen una mayor cantidad de factores predisponentes, en especial la uretra más corta. La actividad sexual, el uso de diafragma, cualquier modificación de la flora vaginal habitual o el embarazo producen alteraciones anatómicas y hormonales que favorecen el desarrollo de infecciones del tracto urinario (12). En el presente trabajo Escherichia coli fue aislada en mayor cantidad en el sexo femenino (59%) con edades entre 18.9 a 36.6 años. La mayor prevalencia de Escherichia coli en mujeres era de esperarse y reconfirma lo referenciado por la literatura. Nuestros resultados concuerdan con lo reportado por otros investigadores (13, 9, 11, 14, 2) quienes documentan una mayor prevalencia de infecciones urinarias para al sexo femenino (65%, 75.4%, 76%, 86,6%, 80,5%).De igual manera Escherichia coli es el uropatógeno más frecuentemente aislado (15, 16, ,17), debido a la cercanía anatómica del recto, siendo la flora bacteriana fecal la principal fuente de las cepas que colonizan el introito vaginal, la uretra y causan infección en la vejiga (18). Su elevada prevalencia está dada por la capacidad de adherencia a receptores específicos en células uroepiteliales, a través de fimbrias de superficie y a su movilidad, que facilita su ascenso por la uretra (19). La prevalencia neta de Escherichia coli, como agente causal de ITU en internados, debería entenderse si se considera que en este grupo las infecciones del tracto urinario (ITU) están presentes en el momento de la internación y que son de adquisición comunitaria, incluso, muchas veces son causa de internación (12).

Al analizar el fenotipo de susceptibilidad a los antimicrobianos que presento Escherichia coli en nuestra investigación, se observa una considerable resistencia para Ampicilina (76.2%), Trimetoprim/Sulfametoxazol (65.7%), Ampicilina/ Sulbactam (61%), Norfloxacina (60%), Cefalotina (58.1%), y Gentamicina (52.4%), Ceftazidime (42.9%) y Cefotaxime (41.0%), Nitrofurantoina e imipenem mantuvieron una excelente actividad frente a los aislados de Escherichia coli (85.7% y 100%). Al comparar este perfil de resistencia con otros estudios similares, podemos afirmar que, las tasas de resistencia reportadas son relativamente altas20, 14, en contraste con estudio realizado por Álvarez (1) quien reporta una muy alta resistencia para Trimetoprim y Ampicilina (94% y 95%). La altas resistencia que se ha venido documentando a nivel mundial para los antibióticos usados para el tratamiento de las infecciones del tracto urinario (ITU) es debida a prescripción no adecuada y abusiva de los mismos, la prolongación de los planes más allá de lo necesario, la aplicación de dosis no óptimas, la irregularidad en la toma de las drogas, son los principales factores que han llevado a que hoy la tasa de resistencia antimicrobiana sea tan elevada (1).

Hasta hace poco, se consideraba que los microorganismos productores de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) causantes de infecciones eran un problema casi exclusivamente nosocomial, que afectaba a pacientes ingresados con enfermedades debilitantes, tratamiento antimicrobiano de amplio espectro y estancia hospitalaria prolongada, especialmente en UCI y cirugía (13); es bien sabido que la Escherichia coli productora de esta betalactamasa, se encuentra en la comunidad con una prevalencia relativamente alta. En Colombia, la prevalencia de BLEE, según Villegas et al. Se encuentra por encima del 40% (21).

En nuestro estudio se puedo observar que el 41% de las cepas de Escherichia coli eran productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE). Esta prevalencia es muy alta al compararla con otros estudios realizados a nivel nacional por Martínez (22) Villanueva (23), Villegas (24) y Sánchez (25) quienes reportaron una prevalencia de BLEE para E Coli del 20,5%, 17,6% y 3,44%. Villegas y col. documentaron para la zona andina colombiana prevalencias relativamente bajas (10% y 13%) (24). Otros autores en diferentes países han documentado una alta prevalencia Escherichia coli urinaria productora de betalactamasas de espectro extendido (BLEE): 66% (13) y 53% (26). La alta prevalencia de cepas productoras de BLEE en nuestro estudio, muy probablemente sea debido a varios factores, entre ellos la automedicación y el uso indebido e indiscriminado de antibióticos factor que contribuye al aumento de cepas bacterianas resistentes a estos. Rodríguez Baños y col. detectaron como factores de riesgo independientes para adquirir Escherichia Coli productora de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) tener diabetes, el ingreso hospitalario previo, la infección urinaria recidivante, la edad avanzada y el uso previo de fluoroquinolonas (27). De igual manera, Cortés et al estiman que el factor de riesgo más asociado a la producción de BLEE es el tiempo prolongado de hospitalización, en un servicio médico quirúrgico o en UCI, o el antecedente de hospitalización y el uso previo de múltiples esquemas de antibióticos, particularmente, trimetoprim-sulfametoxazol, aminoglucósidos y Cefalosporinas de tercera generación y la presión selectiva de la misma, que ha llevado a la evolución de las cepas productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) (28).

Las cepas de Escherichia Coli productoras de BLEE se encontraron con mayor frecuencia en pacientes del sexo masculino (53.5%) con edades oscilantes entre los 54-90 años. Es bien sabido que en los hombres las infecciones del tracto urinario (ITU) son raras. En estos pacientes, los episodios de infecciones de las vías urinarias aumentan su frecuencia después de los 50 años, probablemente relacionados a la patología prostática y a la pérdida de actividad bactericida de las secreciones prostáticas (2). Otros factores que podrían incidir en la aparición de estas cepas en hombres hospitalizados y comunitarios, serían el uso de catéteres urinarios y la severidad de las infecciones, la administración previa de cefalosporinas de amplio espectro y Aminoglucósidos, la estancia hospitalaria prolongada y la estancia en la unidad de cuidados intensivos (29).

Al analizar el patrón de susceptibilidad de Escherichia Coli productora de betalactamasas de espectro extendido (BLEE), se puedo observar un patrón de resistencia total (100%) para ampicilina, Cefalotina, Cefotaxime y Ceftazidima y en menor proporción para Ampicilina Sulbactam (95,3%), Norfloxacina (93%), Trimetoprim/ sulfametoxazol (86%) y Gentamicina (83,7%), porcentajes muy elevados al compararlos con la Nitrofurantoina (27,9%) y el Imipenem que mostro una sensibilidad del 100%. Es bien sabido que el perfil de multirresistencia antibiótica que expresan las cepas productoras de betalactamasas de espectro extendido ocasionan infecciones refractarias, especialmente en el ámbito hospitalario, ya que las BLEE inactivan a todas las penicilinas, cefalosporinas (excepto cefamicinas) y monobactamicos (30), aumentando costos y estadía hospitalaria, ya que es necesario el uso de antibióticos caros (carbapenems).

Además, Las cepas productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) expresan con frecuencia resistencia a otros antibióticos no betalactámicos: quinolonas, Trimetoprim-sulfametoxazol y Aminoglucósidos (27). La alta resistencia que presento la Escherichia Coli productora de BLEE en nuestro estudio para Ampicilina, gentamicina, Trimetropin-Sulfametoxazol y Norfloxacina concuerda con los resultados reportados por Álvarez, Murillo, Gómez y Carranza (1, 20, 16, 36). Este fenotipo de resistencia, probablemente sea debida al uso empírico de estos antimicrobianos de uso frecuente y a los tratamientos inadecuados o interrumpidos en el tratamiento de las infecciones urinarias y a que los genes que codifican estas enzimas y los que codifican la resistencia a otros antimicrobianos, pueden residir en el mismo plásmido conjugativo y por lo tanto, se trasmiten juntos de un microorganismo a otro, confiriendo el perfil de resistencia múltiple (1).


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