Los herbicidas frente a una catastrofe ambiental, social y humana, en Colombia
Autor: Dr. Jaime Altamar Rios | Publicado:  31/07/2012 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Articulos | |
Los herbicidas frente a una catastrofe ambiental, social y humana, en Colombia .2

Estudios realizados sobre esta fórmula química-biológica macabra han determinado que por cada 100 ha que se fumiga con esta mezcla sólo se destruyen 5-15 ha del cultivo (3), o sea, el 10%. El resto va a ser llevado por el viento para afectar otras áreas destruyendo los pastos, los cultivos de pancoger, contaminar las aguas que utiliza el campesino y los animales domésticos y silvestres (2). Destruye, en consecuencia, el fitoplancton, interrumpiendo la cadena trófica y esteriliza los suelos (1). El ganado, al comer ese pasto envenenado los transmite en la leche a los humanos, que al tiempo consumen el agua y el pescado que porta el tóxico. De ahí la alta prevalencia de las enfermedades catastróficas. El Glifosato (GP), de igual manera, favorece el crecimiento del hongo F.O. (8), al tiempo que destruye los hongos benéficos para las plantas (2).

Por esta razón, los herbicidas determinan impactos ambientales, sociales, humanos, económicos y políticos, sin afectar el negocio de la droga (6). Igualmente, el Glifosato (GP) inhibe la síntesis de aminoácidos esenciales como el Triptófano, la fenilalanina y la tirosina (2), impidiendo la síntesis de enzimas defensivas, como la Lisozima, fundamental como factor supresor tumoral (9). Es esta una verdadera bomba química de acción multifactorial ambiental inmediata y retardada en el hombre.

IMPLICACIONES Y FRACASO DE LOS HERBICIDAS.

Entre los miles de productos tóxicos que nos brinda el Consumismo para alcanzar un supuesto mundo mejor, tomamos los herbicidas como patrón, basándonos en un estudio nuestro realizado entre 1985 y 1995 (10). Además, en un artículo que publicamos anteriormente: Dilemas éticos entre la ciencia y la cultura, señalamos que: “En sus comienzos los agroquímicos, como hoy lo son los cultivos transgénicos, fueron acogidos con una gran esperanza redentora para remediar el hambre en el mundo. Pero cuánta decepción, el hambre se ha incrementado con el Crecimiento económico…” Ahora bien, el tema de los herbicidas que tomamos como modelo en nuestra disquisición es, con razón, mucho más complejo y profundo de lo que se piensa, en general. Y esto es así, debido a las implicaciones que de ellos se derivan: económicas, políticas, jurídicas, filosóficas y morales.

Tabla 1. Comportamiento de los cultivos ‘ilícitos’ desde 1978 al 2007 y los herbicidas utilizados. 

herbicidas_catastrofe_ambiental/dosis_concentracion_hectareas

Datos tomados del Informe de las Naciones Unidas- Oficina contra la Droga y el Delito. Censo y cultivos de coca en Colombia, Junio 2005. El UNDCP, COLOMBIA, Annual coca cultivation, Survey 2001.

Mirando desprevenidamente, estas implicaciones las podemos dividir en dos grupos: 1- Las tres primeras revisten un carácter inmediatista y en ellas se apoyan los defensores de la erradicación química, como única alternativa válida, según ellos, para la eliminación de los mal llamados cultivos ‘ilícitos’. Pero este empeño, durante más de 30 años, ha mostrado ser, no sólo infructuoso, por su fracaso (Tabla 1), sino contraproducente desde el punto de vista ambiental, social y la salud humana.

CONSECUENCIAS DE LAS FUMIGACIONES

Derivado de lo anterior, existe hoy:

1- Una mayor deforestación.

2- El desplazamiento ambiental forzado determinado por la simbiosis de los once factores involucrados en el conflicto colombiano: narcos, paras, guerrilla, políticos, empresarios, comerciantes, fuerza pública, multinacionales, instituciones del Estado, Iglesia y Estados Unidos con sus fumigaciones con herbicidas de la coalición del Plan Colombia. Estas aspersiones tienen como objetivo, sobre todo, destruir las selvas y los cultivos de pancoger, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, para forzar la huida del campesino y sus tierras ocuparlas ganaderos y palmicultores.

Es esta la pieza clave de su estrategia bélica y con ello argumenta la obtención de más dinero extranjero. “Nos fumigan como a cucarachas”, gritaba una niña campesina en una marcha de protesta en Putumayo, hace unos años. Ahora, a estos desarraigados no se les reconoce el estatus de ‘desplazados’ (2), porque así las tierras no les son devueltas y, por otro lado, no pueden acogerse a los beneficios que les ofrece la Ley. Además, las fumigaciones van determinando la exposición de la capa terrestre que se lava por el viento y la lluvia.

Ello conduce a una degradación tanto humana como ecológica, política y moral (11). Siendo ello así, porque ese campesino o ‘raspachín’ se ve precisado a desplazarse hacia el área urbana, son los llamados desplazados ambientales, donde se suman a los desplazados de la violencia, en los barrios marginales, los cordones de miseria o pasar a engrosar las filas de la delincuencia común; pero fundamentalmente se integran a la guerrilla o a las AUC, donde se sienten más seguros o como simples sicarios (11).

3- Las enfermedades catastróficas más frecuentes, que hacen parte del Síndrome metabólico son: malignas, autoinmunes, cardiovasculares, malformaciones congénitas, diabetes-2, psicóticas, psíquicas, estrés, etc (9,10). Derivan ellas del proceso etiopatogénico que surge de la acción tóxica de estas sustancias, a largo plazo, en la respiración celular que ocurre en la mitocondria celular con una baja síntesis de moléculas energéticas de adenosintrifosfato (ATP). Determina ello una alteración de la bomba de Na/K, seguida por edema intra y extracelular con una cascada de reacciones que constituye la Inflamación Crónica Inespecífica (ICI). De ella se liberan múltiples sustancias tóxicas lideradas por los factores epigenéticos (FE), nombre con que se ha reemplazado el de los radicales libres, causantes de las enfermedades señaladas (9,10,13,14).

En el caso del Glifosato (GP), Paraquat y Tebuthiuron el proceso se inicia por una acción de competencia con algunas vitaminas que actúan como coenzimas en el Ciclo de Krebs. Por ejemplo, el GP desplaza la Vitamina B2 (Flavinadeníndinucleótido: FAD) del Ciclo, sustituyéndola. Igualmente, el Paraquat y el Tebuthiuron hacen lo mismo con la Nicotinamida (nicotinadeníndinucleótido: NAD) en dicho Ciclo, además de otras reacciones. De esa manera, se altera el Ciclo con depleción en la síntesis de ATP, para continuar con el resto del proceso que termina en la ICI liberadora de dichos factores patógenos.

El segundo grupo de las implicaciones o sea, las filosóficas y morales, han sido consideradas por ambientalistas y demás pensadores, desde hace ya más de cuatro décadas, pero dentro de una concepción reflexiva y amplia. Esto es, con una visión futurista que comprende una dinámica filosófica y, por tanto, clarividente, en que se muestra preocupación por el bienestar y la supervivencia de la especie humana. Por ello, estas sustancias tóxicas pueden mirarse desde la perspectiva de la filosofía de la ciencia y la filosofía política. La primera nos aclara cómo la ciencia y la tecnología desbordan las fronteras de la moral y la ética. Sin embargo, esa moral y esa ética de la vida o Bioética no están en capacidad de frenar ese desbordamiento de la tecnociencia. La filosofía política, por su parte, nos revela de qué manera la ciencia y la tecnología se ponen al servicio aberrante de intereses, sean políticos o económicos liderados por el mismo jinete, el Consumismo, para lesionar y destruir a la naturaleza y al hombre. Pero la fuerza de esos intereses es infinitamente más poderosa que la que puede ofrecer la moral y la ética. El lucro no cree en nada ni en nadie. De ahí que el hombre mismo, a través de la tecnociencia, se destruya a sí mismo.

BASES EN QUE SE APOYA LA JUSTIFICACIÓN DE LAS FUMIGACIONES

Las autoridades, cumplido el hecho, han buscado justificar la erradicación química de los cultivos ‘ilícitos’ apoyándose en estudios carentes de rigor y seriedad científica cuyos autores buscan ser complacientes con intereses económicos y políticos. Uno de ellos, tal vez el primero, fue un estudio de 85 páginas, en el 2000, propiciado por la ONU y realizado por los físicos Garay Williams, de N.Y, Robert Kroes, de Holanda e Ian C. Murro, de Canadá. Dicho estudio se basaba en pruebas de toxicidad del Glifosato (GP) puro en ratas. Su conclusión fue que este era “inocuo”. En el 2002, el Dpto. de Estado de USA, buscando la aprobación del Plan Colombia, presentó ante el Congreso de su país un informe en que se aseguraba “Que el Glifosato (GP) era inofensivo para animales y humanos y, además, que la erosión terrestre era mínima, por lo que no revestía riesgo para el ambiente”. Por supuesto, hubo fuertes críticas de la comunidad científica internacional a este informe, considerado sesgado.

A pesar de ello, el Congreso aprobó el Plan Colombia basado en este informe presentado por el Dr. Charles S. Helling, consultor de la Secretaría de Agricultura y de la Oficina Internacional de Asuntos sobre Narcotráfico del Dpto.de Estado de USA. Pero este autor sólo aceptaba lo dicho por él en su estudio, rechazando los análisis publicados que contradecían sus conceptos. Dicho estudio de Helling se basaba en los mismos experimentos sobre toxicidad en animales de laboratorio que habían practicado los físicos de la ONU.

Estos investigadores esperaban una reacción aguda ocasionada por el Glifosato (GP) puro, sin surfactante. Pero los herbicidas no dan lugar a este tipo de lesión (salvo altas dosis con intentos suicidas), por lo que lo consideraban inocuo. Desde luego, todo depende de la dosis. También debe tenerse en cuenta que para la erradicación química la utilizada es una mezcla de herbicidas con activadores.


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