Repercusion estomatognatica del Bruxismo como somatizacion del estres
Autor: Dra. Mirtha Batista Aldereguia | Publicado:  8/09/2007 | Odontologia y Estomatologia , Cirugia Maxilofacial , Psicologia | |
Repercusion estomatognatica del Bruxismo como somatizacion del estres.

Dra. Mirtha Batista Aldereguía, Dr. Oscar García-Roco Pérez, Dra. Gretel Pérez López de Castro Alonso, Dra. Vivian Monteagudo de La Guardia, Dra. Esther M. Castillo Betancourt.

RESUMEN:


El bruxismo es la más prevalente de las parafunciones orales, puede darse en niños, adolescentes y adultos, y por las implicaciones que tiene en términos de dolor, deterioro dental y costo económico, debe ser evaluado y tomado en serio por la profesión odontológica.

Objetivo: Determinar la posible relación entre los niveles de estrés emocional y el bruxismo.

Metodología: Se realizó un estudio descriptivo en el área de salud “Chiqui Gómez Lubián” de la ciudad de Santa Clara entre Octubre-2006 Febrero-2007. El universo incluyó 2 consultorios seleccionados por el método aleatorio simple pertenecientes al Grupo Básico de Trabajo № 2. Se escogió una muestra representativa de 110 individuos de 15-59 años. Para la recolección de la información se utilizó un cuestionario a manera de Historia Clínica que incluía Interrogatorio y Examen Físico, y dos Test psicológicos para determinar niveles de estrés e intensidad de diferentes estados emocionales.

Resultados: 46 individuos fueron diagnosticados con la parafunción (41%). Los resultados apuntaron hacia una relación positiva entre los niveles de estrés y el bruxismo. El estado emocional que caracterizó el estrés fue la ansiedad seguido por la ira. Los dientes resultaron ser las estructuras más afectadas, y se encontró una relación positiva entre el apretamiento y el dolor muscular.

Conclusiones: Se estableció una relación importante entre el bruxismo y los niveles de estrés, con énfasis en la ansiedad, los dientes y los músculos fueron las estructuras más afectadas por el rechinamiento y el apretamiento respectivamente.

INTRODUCCIÓN

El sistema estomatognático se considera una unidad morfo-funcional constituida por una serie de estructuras de orígenes y características diferentes que a pesar de ser tan distintas trabajan armónicamente y en estrecha relación para desarrollar las funciones del sistema con un mínimo de gasto de energía, máxima eficiencia y óptimas respuestas tisulares. Está diseñado para llevar a cabo las tareas de la masticación, fonación y deglución consideradas sus funciones básicas, las que efectúa bajo un complejo sistema de control neuromuscular. El tronco cerebral regula la acción muscular mediante las engramas musculares que se seleccionan adecuadamente según los estímulos sensitivos provenientes de estructuras periféricas, cuando se recibe un estímulo sensitivo súbito e inesperado se activan los reflejos de protección( nociceptivo/ reflejo miotático) que originan una disminución de la actividad muscular en el área del estímulo. Es decir si existe armonía morfo-funcional se dice que el sistema trabaja en una zona llamada de ortofunción o función normal. Sin embargo ciertas actividades no funcionales desarrolladas por muchos individuos, podrían alterar el equilibrio existente entre la anatomía y la función del sistema.1

Esta actividad parafuncional carece de estos mecanismos de protección, ya que por un aumento de los umbrales de excitación de algunos de los receptores, disminuye su capacidad inhibitoria sobre las contracciones musculares. Esto permite ejercer mayores fuerzas sobre el sistema estomatognático aumentando así la posibilidad de daño. Una de las actividades parafuncionales más comunes del sistema Gnático es el BRUXISMO.2

Desde tiempos inmemoriales en la historia de la humanidad se ha venido haciendo referencia al acto conocido hoy como bruxismo. Tal vez la primera referencia se encuentra en los textos del Antiguo Testamento cuando se habla del “crujir y rechinar de dientes en relación con los castigos eternos”. Sin embargo, las teorías psicológicas como origen de la bruxomanía se enuncian científicamente en la segunda mitad del pasado siglo. El tema, tan viejo como la biblia “gnashing of teeth” continúa siendo un problema para la odontología.3

La palabra bruxismo fue usada por primera vez por Frohman en 1931, aunque fue Karolyi (1901) quien con la denominación de “Neuralgia Traumática” introdujo la mayoría de los conceptos que se tienen actualmente, por lo que fue nombrado también en esa época “Efecto de Karolyi” no obstante el término usado más recientemente por Drum (1962) de PARAFUNCIÓN nos parece más explicativo porque se trata justamente de una actividad paralela a la función que puede ser lesiva o no. No se puede saber cuantitativamente la exposición que se necesita para que se inicie o produzca un trastorno, lo que se sabe es que depende tanto de la frecuencia, magnitud y duración del estímulo dañino, como de la capacidad adaptativa del individuo y del entorno donde este se encuentre inserto. 2,3

Lo definiremos entonces como el hábito de apretamiento o rechinamiento de los dientes, diurno o nocturno con distintos grados de intensidad y persistencia en el tiempo generalmente inconsciente y fuera de los movimentos funcionales (Parafunción). Se describe también como un trastorno neuro-fisiológico de los movimientos mandibulares, que pueden ser rítmicos (Rechinamiento) y/o contracciones isométricas mantenidas en posición de máxima intercuspidación (PMI) o en posiciones excéntricas (Apretamiento).3,4

El bruxismo es uno de los más prevalentes, complejos y destructivos desórdenes orofaciales ya que como solo un bajo porcentaje de los pacientes es consciente de que lo hace, generalmente lo que nos llama la atención son sus efectos, por demás bien difíciles para la rehabilitación. Ha sido descrito presente en un 6 a 8% de la población de edad media y hasta en un tercio de la población mundial,4,5, en Cuba que se han realizado estudios de prevalencia en varias localidades ( de Ciudad de la Habana, Santi Spirítus, ) se reportan cifras desde el 15 al 40%, en Santa Clara (1991) sin embargo Gonzáles Mentado en su Trabajo de Terminación de Residencia encontró una prevalencia del 67,6%.

Una alteración, en este caso sistémica, frecuente, que puede influir en la función del sistema masticatorio es el aumento del ESTRÉS EMOCIONAL, dado que los centros emocionales del cerebro pueden tener una influencia en la función muscular. El estrés puede activar al hipotálamo, que mediante vías nerviosas complejas aumenta la actividad de las gamma eferentes y de esta manera las fibras intrafusales del huso muscular se contraen. Ello sensibiliza al huso de forma que cualquier leve distensión del músculo causará una contracción refleja, el efecto global será un aumento de la tonicidad del músculo.1

La concepción de la respuesta de estrés puede ser compleja, de acuerdo con las diferencias individuales, pueden manifestarse en un canal de respuesta más que en otro. Las características personales implicadas en la respuesta de estrés son: cognitivas, motoras y fisiológicas.6

La respuesta fisiológica explica, que las situaciones de estrés producirán un aumento general de la activación del organismo. Aunque inicialmente se consideró que esta activación era genérica e indiferenciada para cualquier estresor, actualmente parece más adecuado considerar diferentes mecanismos neurales y endocrinos en la respuesta de estrés que pueden ser activados selectivamente. 6,7 ( Véase Anexo 5 Gráfico 1)

Es por eso que pensamos que el estrés debe ser comprendido y apreciado por el terapeuta, ya que por las razones antes explicadas podría estar relacionado con la aparición del bruximo. El estrés es una patología omnipresente en la ajetreada sociedad industrial de nuestros tiempos los sujetos somatizan el estrés, lo cual conduce a dolencias distintas según el órgano diana donde la patología se manifieste, de lo que no está excento el aparato Masticatorio, por lo que podría decirse que el BRUXISMO es la representación del estrés en nuestra Especialidad.8 . Lo cierto es que la etiología del bruxismo aún no se ha podido dilucidar completamente. En un comienzo se pensó que era provocado por interferencias oclusales y contactos prematuros que hacían que el organismo aumentara la actividad muscular en un intento por eliminarlas,( Ramfjord y Ash 1972) pero con el tiempo se evidenció que había muchos individuos que no bruxaban a pesar de tener contactos interferentes, (actuación de reflejos protectores), por eso se especula que el bruxismo obedece a múltiples factores etiopatogénicos9. Algunos autores coinciden en una etiología dual en el que los factores oclusales y los estados emocionales actuando conjuntamente, y sobrepasando la capacidad adaptativa pueden ocasionarlo.8,10

Toda esta confusión ha llevado a los investigadores a elaborar diferentes teorías para explicarla. La Teoría psicofisiológica manifiesta que factores centrales como el estrés y la tensión psíquica aumentada, son los factores desencadenantes de la hiperactividad muscular parafuncional y el estado de mioespasmo sostenido, explicando que el Sistema Límbico que es el responsable de la naturaleza afectiva de las sensaciones y de su interpretación emocional, por sus importantes conexiones con los centros neurovegetativos hipotalámicos y de aquí a los centros somatomotores subcorticales , es capaz de modificar la tensión muscular.

Por otro lado ya desde tiempos bíblicos se reconoce la tendencia a apretar y rechinar los dientes con sentimientos de enfado o agresividad. Tishler citado por Christensen11, desde 1928 ya postulaba la probable relación entre neurosis y bruxismo, denominándolo “ Neurosis del hábito oclusal”, estos autores afirman que es uno de los múltiples hábitos producidos por la tensión emocional.

Con estas evidencias y constatando que en los pacientes bruxópatas o con trastornos temporomandibulares, una sintomatología frecuente es la ansiedad, u otra manifestación de tensión emocional, a veces referida, otras explorada, nos hemos preguntado. ¿Es el bruxismo la patología de la masticación, la causa estará en los propios dientes, o solamente en ellos? Históricamente y sobre todo en el ámbito odontológico se ha tratado de encontrar la causa en ellos, en su ubicación, en obturaciones mal realizadas etc, pero corrigiendo tales anomalías no se ha resuelto el problema al menos permanentemente por lo que hemos tratado de buscar respuestas desde otras perspectivas con una visión más holística partiendo de la premisa que ninguna parte del organismo es ajena a las demás, es por eso que nos hemos afiliado en este estudio a la teoría psicofisiológica para dar respuestas a nuestras interrogantes, por lo que nos propusimos evidenciar la posible influencia del estrés en ese pernicioso hábito de frotar o apretar nuestros dientes.

OBJETIVOS

General.
Determinar la posible relación entre el Bruxismo y el estrés emocional.

Específicos. 
- Identificar la prevalencia del Bruxismo según edad y sexo. 
- Establecer la posible relación entre el Bruximo y los niveles de Estrés. 
- Comparar el comportamiento de la intensidad de los estados emocionales en individuos Bruxópatas y No Bruxópatas. 
- Precisar las estructuras anatómicas más afectadas según el tipo de Parafunción.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo, en la Facultad de Estomatología de Santa Clara, departamento de Prótesis en el período comprendido entre octubre del 2006 y febrero del 2007. Para la selección del universo de trabajo se partió del Área de Salud “Chiqui Gómez” de la ciudad de Santa Clara, el cual cuenta con 8 consultorios médicos funcionando en la actualidad, con una población de 5 668 habitantes comprendidos entre las edades de 15 a 55 años, del cual se seleccionaron 2 consultorios por el método aleatorio simple, el 24-1 y el 25-1, los cuales incluyen 885 personas de ambos sexos comprendidos en estas mismas edades. Para la selección del tamaño óptimo de la muestra se utilizó el método aleatorio simple a través de la siguiente fórmula.12 

bruxismo_formula

 DONDE:
N: Tamaño de la población.
№: Tamaño de la muestra óptima para población infinita.
n: “ “ “ “ “ “ finita.
Z(1∞/2): Valor de la distribución de Z para un nivel significativo de 0,05 ( en pruebas de dos colas).
P: Probabilidad estimada del carácter en estudio.
Q= 1-P.
e: Error máximo permisible escogido (7%).

El valor de N resultó ser de 90, pero se determinó escoger una muestra de 110 individuos para facilitar el análisis de los resultados con un mayor número de observaciones. Además los encuestados debían cumplir los siguientes:

Criterios de inclusión:
1. Pertenecer a los consultorios antes mencionados y estar comprendidos entre las edades de 15 a 59 años.
2. Deseo expreso de colaborar, mediante consentimiento informado. (Anexo 4)

Criterios de exclusión:
1. Pacientes desdentados totales, sin rehabilitar.
2. Pacientes con limitaciones físico-mentales que impidieran la colaboración con el proceder de la investigación.
3. Pacientes que no se encontraban disponibles durante el período de la investigación.

Una vez seleccionados los pacientes se procedió a la recolección de la información, la cual consistió en la aplicación de una encuesta a manera de Historia Clínica confeccionada al efecto (Anexo 1) que recogía datos generales de edad, sexo, un interrogatorio y examen físico del aparato masticatorio con un diagnóstico final de la patología clasificándola por tipo. Se utilizó como método la observación, y la palpación de los músculos y la articulación temporo mandibular utilizando la técnica recomendada por Okeson.1 Además se completaron dos test para la evaluación del estrés recomendados por la asesora (Anexo 2 y 3) que comentaremos a continuación.

TEST DE ACTITUDES QUE PROVOCAN ESTRÉS. Es un test dirigido a la evaluación de las fuentes de estrés.
La prueba está dirigida a reflexionar acerca del grado en que cada persona es un agente propiciador del estrés en sí mismo. Consta de 29 ítems que el sujeto debe evaluar con que frecuencia le ocurre.

AUTORREPORTE VIVENCIAL. Este está dirigido a evaluar las consecuencias del estrés.( Jorge Grau, 1985).

La prueba fue elaborada por Jorge Grau Ávalo y consiste en presentar al paciente una lista de 15 términos que expresan estados emocionales que pueden ser experimentados en cualquier momento. El sujeto debe evaluar cada uno de los términos de acuerdo con el grado o nivel de profundidad o intensidad con que él los experimenta y para lo cual se le presentan tres categorías en distintos niveles, que son: escasamente, moderadamente e intensamente.

La encuesta fue aplicada por los autores de la investigación, alumnos ayudantes del departamento de prótesis, supervisados y entrenados por los tutores y asesores de dicha investigación quienes tuvieron a su cargo el análisis y evaluación de las encuestas.

El examen se realizó en un local, en el que no se permitían personas ajenas a la actividad, lográndose condiciones favorables de comodidad y privacidad enfatizando en su estricta confiabilidad. Además se consiguió su autorización para la participación mediante carta de consentimiento informado (Anexo 4).

Posterior a la recogida de la informacón, se confeccionó una base de datos, la que fue vaciada en cuadros para realizar el análisis estadístico el cual consistió en: Prueba de Chi-Cuadrado (x2) para establecer si existe dependencia significativa entre las variables Nivel de Estrés, Sexo, Edad con la presencia de Bruxismo, lo que nos permitió conocer si las diferencias encontradas en la distribución de las variables eran estadísticamente significativas, considerando valores de p>0.05 no significativo, cuando p<0.05 significativo y cuando p<0.01 altamente significativo, y para las variables Estados Emocionales se utilizó el Test de Mann-Witney el cual se aplica para comparar dos muestras independientes en cuanto a determinadas variables con un nivel de significación de 0.05 para un 95% de confiabilidad.

OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLES.

tabla1

tabla2

tabla3

tabla4

CONTROL SEMÁNTICO.
Estrés.

D. Zaldívar, Guevara y M. A. Roca. (1996)
Es un estado vivencial displacentero, sostenido en el tiempo, acompañado en mayor o menor medida de trastornos psicofisiológicos que surgen en el individuo como consecuencia de la alteración de sus relaciones con el ambiente que impone al sujeto demandas o exigencias las cuales, objetiva o subjetivamente, resultan amenazantes para él y sobre las cuales tiene o cree tener poco o ningún control.

M. Alvarez (1989, 1998)
Proceso continuo de adaptación activa al ambiente inicialmente originado por mecanismos psiconeuroendocrinos. Por ello la corteza cerebral desempeña la función integradora al más alto nivel.
Parafunción.
Actividad Parafuncional: Relación lesiva o no, en dependencia de la tolerancia del individuo, que se caracteriza por una serie de movimientos paralelos a la función normal, pero sin objetivos funcionales, por lo que son alterados o pervertidos, constituyendo una fuente productora de fuerzas traumáticas de:
• Dirección anormal
• Intensidad excesiva
• Frecuentes y duraderas


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