Perspectiva Evolutiva Sobre La Enfermedad De Alzheimer.
Autor: David Puchol Esparza | Publicado:  4/05/2006 | Neurologia , Geriatria y Gerontologia | |
ESTADIOS EVOLUTIVOS.

A lo largo de los últimos años, numerosos investigadores y expertos en este trastorno neurodegenerativo han constatado,de forma sistemática, la existencia de una serie de patrones, rasgos o estadíos característicos por los que parece atravesar el enfermo de Alzheimer a lo largo del tiempo, en directa proporción a la propia progresión de la enfermedad, a partir de la observación del nivel de deterioro funcional del enfermo y de la presencia de una serie de síntomas, déficits y alteraciones especialmente característicos. A partir del estudio de estos patrones evolutivos, comunes en numerosos enfermos de Alzheimer, se han propuesto diversos marcos de referencia o modelos de categorización que sirven de base a partir de la cual ‘predecir’ el probable desarrollo de la enfermedad en un individuo concreto, lo que facilita enormemente la planificación y aplicación de las diversas medidas y estrategias terapéuticas así como el proceso de afrontamiento eficaz ante la enfermedad por parte de los familiares más cercanos.

La ‘disección’ teórica de la Enfermedad de Alzheimer en diferentes estadíos o etapas evolutivas (siempre susceptibles de revisión o mejora) aunque reconociendo un cierto aire de ‘artificialidad’ así como la algo más que probable influencia definitiva de la variabilidad individual (p.ej. estado de salud general) y ambiental (p.ej. estructura sociofamiliar de apoyo) de cada enfermo en particular, presenta algunas ventajas que es importante reconocer...

A.- En primer lugar, proporciona un marco de referencia útil y fácilmente entendible con el que avanzar en una mejor y más ajustada comprensión de la enfermedad y sus secuelas, tanto para el propio enfermo como para su entorno familiar, reduciendo de forma significativa la sensación de impredictibilidad, incertidumbre y desconocimiento que suele acompañar al desarrollo de este trastorno neurodegenerativo.

B.- En segundo lugar, facilita enormemente el diseño,ejecución y valoración de planes de intervención específicos adaptados a las peculiariedades y necesidades de cada una de las etapas así como la previsión de aquellos recursos de intervención especializados necesarios en función del avance de la enfermedad, todo ello en el marco de las peculiariedades y necesidades personales y ambientales detectadas en el enfermo.

Reconocer las ventajas de este tipo de propuestas no debería hacernos olvidar la necesidad de una imprescindible ‘flexibilidad’ en su interpretación, motivada por dos factores fundamentales...

A.- Las etapas descritas en la literatura especializada deben interpretarse como una ‘orientación’ que permitirá tanto a los profesionales como a la propia familia preveer las medidas a aplicar así como la evolución prevista o más probable, pero en modo alguno representan etapas rígidas o universalmente generalizables para todos los enfermos, independientemente de sus circunstancias personales o contextuales.

B.- La duración de cada una de las fases en modo alguno puede interpretarse como un fenómeno homogéneo o totalmente predecible, no siendo infrecuente que determinados enfermos ‘avancen’ a una mayor velocidad en unas fases y no en otras o, por el contrario,tiendan a ‘permanecer’ largos períodos de tiempo en determinados estadíos.

A continuación se exponen los rasgos básicos que caracterizarían los estadíos evolutivos prototípicos de la Enfermedad de Alzheimer,observados en la mayoría de enfermos, tomando como referencia diversas escalas y modelos teóricos propuestos a lo largo de los últimos años,como la Escala de Deterioro Global (GDS) de Reisberg y cols.(1984), la Escala para la Valoración Clínica de la Demencia (CDR) de Hughes y cols (1988), la Escala de Progresión de Bouchard y Rossor (1999) o diversas conceptualizaciones teóricas en relación a la progresión clínica más previsible o habitual de esta enfermedad neurodegenerativa (Becker y cols., 1994; Galasko y cols., 1991; Martínez-Lage, 2003; Petersen y cols., 1999; Piccini y cols., 1998 ; Small y cols., 2000):

Estadío 1 : Ausencia de Deterioro Cognitivo

El estadío inicial de la enfermedad suele caracterizarse por la aparente ‘normalidad’. No parecen existir, objetivamente, problemas significativos relacionados con los procesos cognitivos básicos y el enfermo no es ‘detectado’ durante las entrevistas médicas habituales ni levanta especiales suspicacias entre sus familiares más cercanos o su entorno sociolaboral habitual.

Parece constatado que el proceso neurodegenerativo característico del Alzheimer se inicia años antes de que aparezcan sus primeras manifestaciones clínicas ‘observables’ y aunque sería especialmente beneficioso, desde un punto de vista terapéutico, detectar la enfermedad en estos primeros momentos críticos, en la actualidad carecemos de intrumentos diagnósticos que hagan posible este deseo. Hoy por hoy el diagnóstico clínico del trastorno sólo puede realizarse cuando el deterioro de las funciones cognitivas es ya abiertamente manifiesto a través de unos rasgos clínicos particulares claramente identificables.

En este sentido,Braunwald y cols. (2001) afirman lo siguiente: “En las primeras fases de la enfermedad la pérdida de memoriapuede pasar inadvertida o atribuirse a olvidos benignos. Poco a poco, los problemas cognitivos comienzan a interferir en las actividades diarias, como al estar al tanto de la propia economía, seguir correctamente las instrucciones que se dictan en el trabajo, conducir, ir de compras o realizar las labores del hogar.”

Estadío 2 : Afectación Cognitiva Muy Leve

En este estadío,el individuo suele ser el primero en tomar conciencia de algunos ‘lapsus’ en su memoria, especialmente en aquellas situaciones relacionadas con el olvido de nombres familiares, las dificultades en encontrar ‘la palabra adecuada’ o la localización exacta de algún objeto personal. Sin embargo estos primeros ‘indicios’ de la progresión de la enfermedad continúan pasando mayoritariamente desapercibidos tanto para los profesionales médicos como para su propio entorno.

El lento (pero progresivo, sistemático e inexorable) deterioro que el individuo comienza a experimentar a partir de este estadío parece corresponderse con bastante precisión con los propios mecanismos biológicos que, se cree en la actualidad,subyacen y caracterizan a este trastorno neurodegenerativo. Así el proceso de degeneración de las células nerviosas se concentra,en los primeros momentos, en aquellas áreas responsables de la memoria y del aprendizaje, expandiéndose gradual pero irremediablemente, hacia aquellas otras áreas y regiones cerebrales responsables del pensamiento,la capacidad de razonamiento y las habilidades para regular y controlar el comportamiento y los rasgos característicos de la propia personalidad.


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