La piel se desarrolla a partir del ectodermo y del mesodermo, primero aparecen la epidermis, la dermis, los anexos cutáneos y luego la diferenciación (queratinización), se desarrollan los anexos, el tejido subcutáneo y los vasos de la piel, prosigue la maduración funcional y el crecimiento progresivo de la piel (1). En la reconstrucción de defectos cutáneos hay que tomar en cuenta las líneas de tensión: líneas cutáneas que por la tensión biomecánica modifican la forma de las heridas (3). Cuando se realice una cirugía en la piel, se debería seguir en la línea de lo posible la dirección de estas líneas de tensión para evitar alteraciones en el cierre cutáneo.
La miasis es la infestación de órganos o tejidos por larvas de moscas. La infestación con larvas de mosca produce diversas manifestaciones según el sitio afectado y puede incluso, causar la muerte. No es una enfermedad común en humanos pero se observa con alguna regularidad en países neotropicales. Afecta con mayor frecuencia las áreas expuestas de la piel y se presenta raramente en ojos, nariz, senos paranasales, tracto urogenital o recto; en estos casos la infestación se asocia con traumas previos o secreciones purulentas que atraen a las moscas adultas. Se presenta el caso de una paciente femenina de 80 años de edad, con prolapso total del útero (histerocele grado IV) complicado con miasis.
Los quistes ováricos son el tumor abdominal más frecuente en las recién nacidas. Presentan complicaciones agudas y a largo plazo. La más frecuente es la torsión anexial que presenta dificultades diagnósticas en la etapa neonatal. El diagnóstico prenatal es fundamental para el manejo oportuno de las pacientes. Existen diferentes alternativas terapéuticas donde la cirugía mínimamente invasiva y conservadora juega un importante rol (1).