Paciente de 28 años con cáncer de cérvix T2b N1 M0 sometida a cirugía (doble anexectomía y linfadenectomía radical pélvica bilateral y paraaórtica), quimioterapia (cisplatino), radioterapia externa concomitante, y finalmente braquiterapia. A la paciente se le realizó una extirpación del tumor, y se le comenzó a dar quimioterapia concomitante con radioterapia externa (45Gy).
Desde las consultas de radioterapia observamos que los pacientes que más dolor irruptivo tienen son los diagnosticados de un cáncer de cabeza o cuello. Estos pacientes suelen sufrir disfagias y mucositis severas, que producen un gran dolor al paciente, y una gran repercusión en el estado nutricional.
La radiodermitis aparece, en mayor o menor grado prácticamente en todos los pacientes sometidos a tratamiento radioterapéutico y provoca una variedad de reacciones dermatológicas que incluyen dolor, irritación, picor, sensación de quemazón y un cuadro de dermatitis inflamatoria supurada o no, entre otras.
La radioterapia puede provocar reacciones adversas que provocan lesiones dolorosas, irritan la piel y producen picor durante o después del tratamiento. Estas reacciones se les conocen como “radiodermitis” y es sufrido por la mayoría de pacientes sometidos a un tratamiento con radioterapia.
Dado el alto grado de radiodermitis que se observa en los tumores ginecológicos, bien porque son zonas con muchos pliegues o con mal acceso para hidratar. También son zonas que han sufrido grandes intervenciones quirúrgicas, ya que frecuentemente comienzan tratamientos de radioterapia sin haber terminado de cicatrizarse las heridas y además son zonas constantemente húmedas que habitualmente presentan incontinencia urinaria, aumento de flujo vaginal y posiblemente diarreas por los efectos de la radioterapia.