Comportamiento de la sexualidad del adulto mayor
Autor: MSc. Lic. María Isabel Ledesma Ferrer | Publicado:  29/07/2011 | Sexualidad – Sexología , Geriatria y Gerontologia , Articulos | |
Comportamiento de la sexualidad del adulto mayor .1

Comportamiento de la sexualidad del adulto mayor en dos consultorios del área II. Cienfuegos. 2009.

MsC Lic. María Isabel Ledesma Ferrer. Máster en longevidad satisfactoria. Profesor Asistente. Filial de tecnología de la salud. Cienfuegos. Cuba

Lic. Juan Carlos Penot Seijos. Licenciado en defectología. Profesor Asistente. Filial de tecnología de la salud. Cienfuegos. Cuba

Msc Jorge Luis Maceira Brito. Máster en Urgencias médicas. Profesor Asistente en la Facultad de Ciencias Médicas Cienfuegos. Cuba.

Msc Maritza M. Fundora González. Máster en Educación médica superior. Profesor Asistente. Filial de tecnología de la salud. Cienfuegos. Cuba

Lic. Mary Lidia Soriano Najarro. Profesor Asistente. Filial de tecnología de la salud. Cienfuegos. Cuba

Resumen

Se realizó estudio descriptivo prospectivo, para identificar aspectos sobre la sexualidad en adultos mayores del Área II, desde enero a julio del 2009. El universo lo conformaron 174 Adultos Mayores, tomando como muestra 110 pacientes de diferentes edades y sexo que consintieron participar en la investigación. Se les aplicó un modelo de recogida de información anónimo que mide diferentes variables como edad, sexo, escolaridad, estado conyugal, frecuencia de relaciones sexuales, qué las afecta y con quién las mantienen, si se les respeta la intimidad, si tiene lazos afectivos con la pareja y si se masturba.

Los datos se procesaron por una computadora Pentium Dual Core y fueron validados estadísticamente mediante el Chi Cuadrado. Se concluyó que predominaron los adultos mayores masculinos entre de 60 a 69 años, con bajo nivel escolar y unidos en concubinato. Los prejuicios y tabúes sobre los temas tratados fueron significativos durante todo el estudio, al no responder muchas preguntas. Hubo actividad sexual en la mayoría de los adultos estudiados con buenos lazos de afectividad con sus parejas, independientemente que no se les respetaba su intimidad por el resto de la familia por lo que se recomienda realizar estudios de intervención comunitaria en relación con la sexualidad del Adulto Mayor.

Introducción

“La sexualidad es una parte integral de la personalidad del ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas como el deseo de contacto, la intimidad, la expresión emocional, el placer, la ternura y el amor. Se construye a través de la interacción entre el individuo y las estructuras sociales". (1)

Estas y otras consideraciones sobre la sexualidad datan desde casi cinco mil años, tan solo se dispone de datos muy limitados sobre la descripción de las conductas y actitudes sexuales, en diversos pueblos con anterioridad al año 1000 AC, pero no es hasta el siglo XX que se empieza a investigar la sexualidad desde un punto de vista científico. Algunos autores ofrecen una visión más positiva de la sexualidad como por ejemplo: las publicaciones de Freud que han dado lugar a una corriente del pensamiento, el psicoanálisis que permanece viva y se multiplica en diferentes teorías y posiciones que impregnan toda la cultura del siglo XX. (2,3)

El pasado siglo se caracteriza por un vertiginoso desarrollo de la ciencia y la técnica, así como por un inusitado avance económico y social de la humanidad, lo cual redunda en una reducción de la natalidad infantil y la mortalidad, unido a un aumento de la expectativa de vida, lo que permite el envejecimiento poblacional, elevándolo a un nivel de prominencia jamás alcanzado. (4)

Si bien el envejecimiento no constituye, en modo alguno, un problema de salud sino un logro alcanzado por la humanidad, en el cual mucho tiene que ver el desarrollo científico técnico logrado, no es menos cierto que con éste comienzan a proliferar, de manera creciente, un grupo de enfermedades crónicas y degenerativas, así como limitaciones conexas a ellas, que disminuyen en los ancianos la percepción de su salud. (5)

El problema del envejecimiento es uno de los más agudos que se maneja en la actualidad si se tiene en cuenta la estructura vigente de la población a nivel mundial, fundamentalmente en los países subdesarrollados y también en Cuba. Fueron los países desarrollados de Europa y América del Norte los que manifestaron los primeros signos de envejecimiento poblacional. No obstante hoy día el fenómeno se extiende a muchos países en vía de desarrollo, dentro de los cuales Cuba se destaca como uno de los más envejecidos de América Latina y el Caribe. (6)

La actividad sexual en la tercera edad no representa una utopía, pues se ha demostrado que un número considerable de ancianos la realizan, pese a estar influida por un grupo de factores que pueden incluso hacerla desaparecer y cuyo conocimiento es necesario. Algunos de estos factores son: el incremento de la edad, la falta de pareja y las innumerables enfermedades mentales y físicas que influyen negativamente sobre la libido, entre otros. (7)

La sexualidad es considerada un elemento de vital importancia en la vida de los seres humanos, aunque hasta nuestros días ésta se encuentra llena de mitos y falsas creencias que se han tejido por causa de la desinformación y educación deficiente que se trasmite de forma generacional. (2)

Una de las falsas creencias de gran popularidad es, por ejemplo, la sentencia “No hay nada más parecido a un viejo que otro viejo”. Sin embargo más se parece un joven a su padre que un anciano a otro, ya que los diferencian el modo de vivir, la crianza y educación que le dan, la salud que poseen, las energías con que se afanan por ser útiles. Otros mitos muy conocidos declaran: “Los hombres y las mujeres envejecen igual” o “La sexualidad y la ancianidad no ligan”. Hay Anécdotas de ilustres ancianos como Picasso quien no solo concibe a los 80 años a su hija Paloma sino que nunca disminuye su exquisito arte. Pero también abundan los y las ancianas que disfrutan de su sexualidad hasta avanzada edad. (8)

En estos tiempos modernos, donde ciertos prejuicios quedan a un lado, se reconoce que el disfrute de la sexualidad es mucho más que la introducción del pene en la vagina, se puede hacer coito de muchas maneras solo hay que tener ingenio y ganas. Destruir mitos y hacer reflexionar a las personas de la mal llamada tercera edad, sobre sus potencialidades inagotables, es la pasión de muchos, porque las personas deben clasificarse, no por los años cumplidos, sino por la calidad de vida y forma de enfrentarla. (9)

En el ser humano la sexualidad no puede ser considerada únicamente como un fenómeno ligado a la función reproductora, su finalidad y sus objetivos son difíciles de definir, pero van más allá de hacer posible la continuidad de la especie. Es una necesidad humana, expresada a través del cuerpo como parte de la personalidad e identidad. (1, 9-11) La sexualidad es toda expresión de cariño, ternura, amistad y compañía, ésta se manifiesta por medio de abrazos, miradas y palabras; siendo un sistema de comunicación. (12)

En el mundo actual, donde la sexualidad y su disfrute va mucho más allá de la reproducción en sí misma, tanto los investigadores de este campo como el resto del personal de salud en el mundo, señalan la necesidad de dedicarle atención especial al Adulto Mayor, se hace énfasis en la búsqueda de mayor calidad de vida. Esto incluye, por supuesto, el cuidado y auto cuidado, desde la responsabilidad personal de su salud física y su bienestar psicológico. (13, 14)

Es por ello que la dirección del gobierno en nuestro país decidiera incrementar los esfuerzos para brindar calidad de vida óptima, se destaca dentro de esto la puesta en marcha de un nuevo programa de Atención Integral al Anciano con el objetivo de mejorar la salud del la población de 60 y más. (15)

Encaminados a cumplir con el propósito de dicho programa la atención primaria ha dado sus pasos con investigaciones orientadas al mismo, tal es el caso de la realizada por González Paredes A de la C, la cual estuvo dirigida a analizar el comportamiento de factores asociados a la sexualidad en la tercera edad, en el municipio Rodas, provincia de Cienfuegos, sus principales resultados demostraron que en el adulto de la tercera edad, el interés por la vida sexual decrece con la edad, pero mostraron interés por ella, sobre todo el sexo masculino, que la frecuencia de las relaciones sexuales está estrechamente ligado con el interés por la vida sexual referido, las enfermedades crónicas no transmisibles no modificaron el interés por la vida sexual y que el factor que más dificulta las relaciones sexuales es la falta de pareja.

Estos autores recomiendan estudios con enfoque personológicos, la promoción de programas educativos que fomente la aceptación de la sexualidad propia y la de los demás, así como el papel que debe jugar el médico y la enfermera de la familia en la estimulación de las prácticas sexuales armónicas en su población geriátrica, recomendación que asume la autora por considerarla, muy precisa y acertada.

Otra de las investigaciones es la realizadas por los autores Pérez Martínez V, y Arcia Chávez N, en el Policlínico Ana Betancourt, del municipio Playa, La Habana, la cual estuvo encaminada a definir el patrón sexual característico de las personas en edad geriátrica, tanto sus resultados como recomendaciones poseen puntos coincidentes, sobre todo en el papel que desempeña el médico y enfermera de la familia en acciones relacionadas con la educación de la sexualidad.

Hacia esta dirección debemos encaminar nuestros esfuerzos aquellos profesionales de la salud vinculados a la atención primaria, realizando un trabajo sistemático y tenaz para lograr acciones educativas de la sexualidad desde lo social, pero incorporando elementos reguladores de la personalidad, con la intención de lograr el desarrollo de seres humanos que puedan disfrutar de una sexualidad sana, responsable y placentera.

El Médico de Familia puede ser un eficaz instrumento en la educación e instrucción del individuo, mucho antes de llegar a la senectud, para aportar la información sobre los cambios que van a ocurrir en su vida sexual, y que dichas variaciones sean vivenciadas como fenómenos fisiológicos y, de este modo, eliminar falsas concepciones sobre la sexualidad geriátrica. (16)


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