Los traumatismos por quemadura representan la agresión biológica más grave que puede sufrir el organismo y es necesario involucrar de una manera rápida al oftalmólogo en el manejo de estos pacientes. Presentamos el caso de un varón de 34 años de raza negra que ingresa en la Unidad de Grandes Quemados tras sufrir quemaduras por llama en el 18% de la superficie corporal total. El trasplante de membrana amniótica fue exitoso para la regeneración de la superficie ocular y se evitaron las consecuencias catastróficas de un daño visual bilateral severo.
La neoplasia de conjuntiva y córnea es uno de los tumores más frecuentes de la superficie ocular y la alta tasa de recidivas llevó a la investigación de otros tratamientos coadyuvantes como son: Mitomicina C tópica, terapia tópica con Interferón alfa-2b, aplicación de crioterapia en el lecho quirúrgico, 5-Fluorouracilo tópico, queratectomía con láser Excimer, radiación externa o urea tópica como agente queratolítico. Aunque la literatura describe resultados excelentes mediante la combinación de este arsenal terapéutico, en nuestro caso clínico expuesto aparecieron recurrencias a pesar de emplear dos tratamientos tópicos adyuvantes y el tratamiento fundamental consistió en cirugía escisional.
La queratolisis es una lesión inflamatoria, inmunológica y destructiva de la córnea que puede complicarse con una perforación ocular. Presentamos un caso clínico en el que fueron inexistentes los signos y síntomas de patología aguda como el dolor, la inflamación y la pérdida brusca de visión y por este motivo el diagnóstico fue casual. A pesar de posponer la queratoplastia penetrante por el estado general de la paciente, no se ha producido ninguna complicación añadida.