Hola hermano. Desgraciadamente los medicamentos son inevitables para combatir determinados síntomas que no son atacables por ningún otro método (salvo el electrochoque, que genera controversias y se deja como segunda o tercera opción, cuando el estado del paciente lo requiere). A partir de ahí, es necesario seguir diferentes caminos como son el mantenerse activo dentro de las posibilidades de cada uno. Es sabido que en la esquizofrenia suelen aparecer unos síntomas de abulia y apatía, de dejadez, inacción e inapetencia que los medicamentos no sólo no combaten sino que contribuyen a exacerbar (al menos la mayoría). Por eso se buscan terapias ocupacionales, para "activar" al sufrido paciente y que no esté todo el día sin hacer nada. También puede ser importante, dependiendo del estado de cada uno, seguir una psicoterapia que ayude a identificar las señales de una posible recaída y a separar aquellos pensamientos fruto de la imaginación de los que nos atan a la realidad, para afirmar mejor los pies en este mundo que compartimos con todos los demás seres humanos, sufran o no esta u otras enfermedades, mentales o no. Quede claro pues que un tratamiento que se reduce a suministrar pastillas se queda corto, siendo como una silla a la que le falta alguna pata. Por eso existen los centros y los hospitales de día, dependientes de la sanidad pública, privada o de la iniciativa de las asociaciones e familiares y pacientes. Algunas personas pueden, dando un salto, llegar a trabajar a tiempo parcial, o en talleres protegidos, o en puestos reservados a discapacitados. Otros pueden desempeñar un trabajo perfectamente normalizado. Quedan, después, los que apenas se benefician del tratamiento farmacológico y llevan una vida inestable, con frecuentes ingresos hospitalarios, hábitos poco saludables o realmente perjudiciales, etc.
La esquizofrenia y los que la padecen muestran diferentes caras, aunque no cabe duda que la enfermedad es seria y ataca precisamente a la gente en la flor de su juventud.
Buena suerte.