Por la vieja carretera, entre estallidos
de luz y miel, dos hombres
van caminando
con la oscuridad dentro de sí,

ni se saben ni se conocen,
cada uno con su tormento,
avanzan uno hacia otro
desde angustias diferentes.

La mañana les enciende el rostro
enteramente surcado de soledades
y nada dentro de ellos les ayuda
a enderezar el futuro,

son dos hombres que caminan
esperando que un azar
convierta su silencio
en un gesto de libertad,

ah, si aprendiesen a mirarse,
ah, si los empujase el coraje,

ah, si encontraran la sonrisa,
ah, si el recelo no los separase.

Y los hombres que caminan
no se ven hasta que una curva
los encara el uno al otro
acusándoles de ir solos,

y será quizá entonces
cuando aprendan en secreto
que una pena compartida
no causa tanto tormento.

Los pájaros del cementerio
han dejado de cantar,
el río entre las piedras
modera también su paso,

no hay vados ni hay márgenes
que no los espíen todo el rato,
todos los árboles los contemplan
y ni el viento mueve el follaje;

ah, si se pararan y hablasen,
ah, si el paisaje los hiciese compañeros,

ah, si la luz de las miradas
enlazase sus manos,

qué maravilla
si una sonrisa dibujase sus labios
y aprendiesen a ir juntos
quizá para siempre,
qué maravilla
si un latido les tornase más suave el ánimo
qué maravilla
el coraje de amar

qué maravilla
si el azar que cruzó sus vidas
fuera como la promesa
de un nuevo tiempo luminoso y vibrante,
qué maravilla
aceptar el gran juego de descubrirse
qué maravilla
conjurar miedo y recelos.

En la vieja carretera
nada acaba, todo renace
y la vida muestra un ritmo
siempre igual y diferente,

y los dos hombres que la viven
a lo mejor habrán aprendido
que sólo ellos tienen la fuerza
de mudarla en sí mismos

ah, qué descubrirán al verse
ah, con qué gesto se acogerán

ah, ojalá la ternura
cambie sus miradas,

qué maravilla
si el eco del alba en las montañas
desvelase las notas
de algún canto de amor tal vez imprevisto
qué maravilla
si la fuerza siempre deseada
qué maravilla
dibujase sus destinos

qué maravilla
si del gozo incierto de una tonada
supiesen extraer el crecimiento
que los puede hacer mejores
qué maravilla
si el sendero que el corazón nos señala
qué maravilla
fuese siempre vial de amor

qué maravilla
si de tanto sentirnos solidarios
todos juntos pensásemos en ganar
el futuro juntando las manos
qué maravilla
si la paz fuera la única herramienta fácil
qué maravilla
para aprender a caminar.

hoy dia el psiquiatra ni siquiera te mira ya a la cara al tener que mirar tanto su ordenador