Con un cuidado regular, los suelos de madera son extremadamente resistentes y ofrecen una longevidad impresionante. Diversos tratamientos de superficie, como el aceite, la laca, protegen la madera de la humedad, la suciedad y los arañazos. Sin embargo, la vida deja huella en todo, y el parquet no es la excepción. Los suelos de madera auténtica se pueden lijar fácilmente para recuperar su aspecto original. Y además, tienen otra ventaja: si ya no le gusta su antiguo parquet, puede renovarlo por completo, incluso después de décadas de uso.