Paniculitis mesentérica, lipodistrofia mesentérica y mesenteritis fibrosante o retráctil obedecen al espectro patológico de una misma enfermedad. Esta entidad se caracteriza por la infiltración de la grasa del mesenterio intestinal por células inflamatorias que, de forma infrecuente, progresa a necrosis, fibrosis e incluso produce retracción de este tejido. Aunque de etiología y patogenia desconocidas, su posible asociación a enfermedades inflamatorias fibrosantes (como la fibrosis retroperitoneal, la colangitis esclerosante, la tiroiditis fibrosante de Riedel y el seudotumor orbitario) está bien documentada. Asimismo, está descrita como síndrome paraneoplásico en el contexto de enfermedades linfoproliferativas, melanomas y neoplasias de mama, pulmón y colon. Es un proceso que en pocas ocasiones se presenta con sintomatología clínica y suele ser un hallazgo radiológico frecuente y casual al practicar exploraciones abdominales radiológicas. Más frecuente en varones, en edades medias de la vida, y cuando cursa sintomáticamente lo hace en forma de dolor abdominal inespecífico, con náuseas, vómitos y masa abdominal palpable. Puede acompañarse de cuadro constitucional con pérdida de peso, anorexia y fiebre. El mesenterio del intestino delgado, sobre todo en el ámbito yeyunal, es la localización que está afecta con una mayor frecuencia y, en casos extremos, puede ocasionar obstrucción mecánica e incluso infarto intestinal por compresión vascular. Los casos sintomáticos requieren tratamiento, y la administración de glucocorticoides solos o asociados a colquicina o inmunodepresores (azatioprina, ciclofosfamida) es el tratamiento que ofrece mejores resultados. En casos rebeldes a tratamiento médico y cuando hay complicaciones graves (obstrucción, infarto intestinal) puede requerirse cirugía, con resultados no siempre satisfactorios por la dificultad en la resección del tejido patológico. Aunque se recomienda la confirmación histológica, ésta no está exenta de morbilidad, por lo que en el contexto apropiado y con un seguimiento clínico juicioso, la presencia de pruebas de imagen compatibles permite el diagnóstico.